Capitulo 8 "El tenso cumpleaños"

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—Hija, ¿has visto los adornos para la mesa?—
preguntaba mi madre
mientras yo inflaba un globo rosa, para la pequeña fiesta de mi hermana, hoy ya cumplía 9 años y estábamos tan ocupadas y llenas de cosas en la cocina que mamá no encontraba lo que necesitaba
—Me parece haberlos visto en una bolsa en el mueble—
dijé, mientras seguía inflando globos, mi padre entró por el umbral de la cocina con una
sonrisa beso a mamá y luego se acercó a mí, me dio un cálido beso en la frente, amaba sus demostraciones paternas, era un padre cariñoso a pesar de todo
—¿ te ayudo con eso pequeña?— Preguntó, asentí con mi cabeza y él se dispuso a inflar unos cuantos globos, mi pequeña hermana bajo ya vestida para su fiesta, traía un hermoso vestido rosa, que a ella claramente si le quedaba bien, su piel era blanca como el papel igual que mi madre, tenía una sonrisa de felicidad en su rostro que me lleno el alma de satisfacción, terminamos de inflar los globos, colocamos muchos en la sala donde sería la pequeña reunión, me dispuse a cambiarme para acompañar a mi familia, así que, subí a mi habitación, tomé un baño tibio para relajar mis músculos, salí de la ducha me coloqué unos vaqueros negros, una franela gris y unos tenis negros, como siempre, negro, arregle mi cabello, y me dispuse a bajar las escaleras, llegando a la sala ya llena de niños escuchó el timbre, deben ser más invitados, pensé, así que caminé hacia la entrada abrí la puerta, y mis ojos se abrieron como platos de la sorpresa, puse cara de
confusión, ¿Qué hacía Jack otra vez en mi casa?
—¿Qué haces aquí?—
Pregunté de mala manera
—Mi hermana es compañera de clase de tu hermana, así que ella la invito a su cumpleaños— respondió Jack, le hice señas a la pequeña que tenía a su lado de que entrara y así lo hizo, voltee hacia Jack que pretendía entrar
—La fiesta es de niños, no de adultos, tu hermana es la invitada, tú no—
dije de forma neutra, Jack se puso nervioso, me dio una sonrisa
—Celeste, vine a acompañar a mi hermana, jamás la dejan ir a una fiesta sin mí—
respondió, puse los ojos en blanco me di la vuelta dejándole la puerta abierta
—Está bien, cierra la puerta cuando entres—
no comprendo a que está
jugando el destino conmigo, de verdad no lo entiendo, me dirigí al área de juegos, Jack seguía mis pasos, mi hermana jugaba con sus amigos, mi madre estaba incluída en el juego, y papa solo observaba con los padres de algunos niños, mi madre vió a Jack puso una sonrisa gigante en su rostro y se acercó a nosotros
—Hola Jack, que bueno verte de nuevo por aquí—
saludó mi madre dándole
un abrazo, yo solo ponía los ojos en blanco y suspiraba frustrada
—Gracias señora Griselda, el placer es todo mío al acompañarlos—
respondió el aludido con tono coqueto y pude notar como me veía de reojo, ¿será que no se cansaba de jugar con mis sentimientos? me ponía los nervios de punta
—Celeste hija, porque no vas con Jack a la cocina por algunos bocadillos para los niños, —
dijó mi madre, puse mala cara, genial mi madre sí que sabía cómo hacer de cupido, este era el colmo, me di vuelta para ir a la
cocina, y claro Jack le tomó la palabra a mamá y me seguía los talones, entramos a la cocina, me dispuse en abrir la nevera para picar algunos bocadillos, Jack entró y se paró frente al mesón de la cocina ubicando el pan que estaba en la alacena, en silencio le di un cuchillo para que lo
pícara en trozos, me acerqué al mesón con el queso y la crema para acomodar todo en la bandeja
—Celeste—
lo vi de reojo y el continuó
—No quiero hacerte sentir incomoda, no es mi intención, realmente estoy
muy arrepentido de lo que hice en el pasado, sinceramente lo lamento mucho, pero en una cosa no te mentí, me gustas Celeste Brown y me gustas mucho, a veces solo pienso en esas caderas que me hacen
enloquecer y perder el sueño, esa forma tan única y especial en la que ves el mundo—
me quede mirándolo, mientras mi corazón latía desenfrenadamente, un calor subía por mis mejillas y podría jurar estaban teñidas de color rosa, Jack se acercó a mi lentamente, con su mano rozó
mis caderas, yo casi no podía respirar con ese acto, él estaba frente a mi viendo como su mano subía y bajaba lentamente por mis caderas, mientras se mordía el labio inferior yo sentía que el aire pasaba con dificultad a mis pulmones, se acercó un poco más hasta que nuestros rostros quedaron milimétricamente cerca uno del otro, sus manos pasaron a mi espalda y luego muy lentamente a mi nuca, su rostro se abrió paso por mi cuello dejando besos húmedos en él, enderezó su rostro y sin yo poder procesar nada, me besó, un beso lento, suave sin prisa, degustando cada milímetro de mí, y yo allí siguiéndole aquel exquisito
acto, que me hacía sentir en las nubes, y sin poder calcularlo, alguien interrumpió
—¿interrumpo algo?—
dijo Marco en el umbral de la cocina, me separe de
Jack con la vergüenza amenazándome, Jack volteó, vio a Marco paso su mano por su rostro repitiendo la acción con su cabello, suspirando
frustradamente y se dispuso a continuar su labor con los bocadillos, yo me acerqué a Marco lo abrace en modo de saludo, él me devolvió el
abrazo
—Estamos preparando bocadillos para los niños, ¿nos ayudas?—
Pregunté, Marco vio a Jack, y luego a mi
—No sabía que los bocadillos se preparaban con algo de lujuria— abrí mucho los ojos por las palabras de Marco, me mordí el labio por la vergüenza, pensaría que estoy loca, después de todo lo que paso, verme en un apasionado beso con Jack no era muy correcto después de todo
—No comprendo que te molesta, si la beso o no, eso no es de tu
incumbencia, ¿o es que sientes celos? Tal vez yo te gusto, después de todo, las mujeres no son tu tipo—
soltó Jack ofuscado desde el mesón con una ceja arqueada, ¿Por qué dijo eso? Parece que después de todo seguía siendo un idiota, Marco lo fulminó con la mirada
—Mis gusto no son de tu incumbencia, me preocupa Celeste porque es mi mejor amiga, es casi mi hermana, y ya le hiciste daño una vez y no pude hacer nada, créeme que esta vez no me voy a sentar a ver como la vuelves pedazos otra vez, idiota—
Jack soltó una sonora carcajada, que me sorprendió, se
acercó a Marco de forma amenazante
—La vida íntima de Celeste a ti no te incumbe, ella es libre, y yo ya tuve una conversación muy seria con ella respecto a mis errores, y tú no eres quien
para juzgar Marco, o ¿me equivoco?—
Mi amigo se tensó, apretó los
labios y pude ver como sus manos se hacían puños, realmente estaba furioso, yo solo los veía a los dos a mi lado discutir y sostenerse las
miradas
—Bueno chicos porque tardan tanto esos bocadillos, recuerden que los niños cuando tienen hambre parecen pequeños demonios hambrientos—
dijo mi madre entrando a la cocina, se quedó parada a mi lado viendo a los dos chicos retarse con las miradas
—¿ sucede algo?— Preguntó mi madre con algo de confusión
—No señora Brown, yo ya me iba, le dice a Camila que mi padre la recogerá en una hora— dijo Jack, con lo cual yo me confundí, no había dicho que su hermana ¿ no vendría sin él? Mi madre se despidió de el dándole un abrazo, Jack salio por el umbral de la cocina y yo le seguí los pies mientras le hacía seña a Marcos que me esperara un momento
—Jack ¿Por qué me mentistes? Me dijistes que tu hermana no vendría sin ti, y ahora veo que te vas dejándola aquí y confirmando que tu padre vendrá por ella—
dijé, con clara molestia en mi tono
—Celeste quería hablar contigo enmendar mi error, quiero estar contigo no soporto más verte y no poder tocarte besarte protegerte, te quiero Celeste — dijo Jack acariciando mi mejilla, se acercó más y esta vez fui yo
la que me aleje de su cercanía, no sabía si esto era real o una treta de Isabella, no quería arriesgarme
—Vamos a paso lento Jack, esto es muy rápido, ya una vez fracasamos en el intento, no quiero que me vuelvas a lastimar—
él asintió, me besó la
mejilla de forma suave y lenta, se despidió y se fue, dejándome con los recuerdos de lo que pudo haber sido, y no fue, y ahora vuelve con la misma intensidad de hace tres años derrumbando todas las murallas que
había puesto para el.
—Celeste, ¿no te das cuenta que te va a volver trizas cuando bajes la guardia otra vez?— pregunta Marco, con un deje de irritación, cuando entré a casa, no estaba en la cocina, lo busqué por toda la casa y tampoco
estaba en mi habitación, hasta que papá me dijo que estaba en el patio de la casa y se veía muy irritado, cuando lo vi sentado en la banca del patio tenía las manos en su cara con la cabeza gacha, elevó su mirada y
realmente se veía preocupado, y aquí estamos discutiendo mi vida sentimental
— Marco puedes dejar de ofuscarte, son mis sentimientos de los que estamos hablando, joder, es que Jack no quedó enterrado en mi pasado
en su totalidad, aún tengo sentimientos inexplicables
por él—
Marco me vio de reojo, y levantó su vista al cielo, soltó un suspiro frustrado
— Celeste, solo ten cuidado, por favor, no le entregues todo de ti, porque si lo haces, te destruirá, y yo jamás me perdonaría no haber hecho nada—
yo solo asentí a sus palabras, y lo abracé, el me devolvió el abrazo de forma protectora, besó mi cabeza y dijo
—Mañana vuelvo a Francia, tengo que sacar unos papeles, voy a volver aquí contigo, pero debo arreglar unos asuntos, prometo que en unas semanas
estoy de regreso, o tal vez antes, no te dejaré sola Celeste,
no más—
una lágrima cayó de mi rostro, Marco era realmente especial conmigo, jamás entendí porque me protegía tanto, o porque se preocupaba tanto por mí, cuando se fue tanto él como yo lloramos mucho, recuerdo que estuvo pálido toda esa semana que esperó para irse, se veía enfermo, yo me preocupaba mucho, incluso llegó a Francia y no supe de él hasta después
de un mes, fue horrible, estaba feliz porque regresaría y eso me hacía sentir mejor, lo extrañaba mucho.

El despertar de la loba blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora