capítulo 15 "hazme el amor" (+18)

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NARRA MARCOS
Celeste y yo estábamos fundidos en un beso dulce que poco a poco se volvio en un beso apasionado, ardiente, nuestros cuerpos quemaban, y
gritaban por mas, poco a poco entramos a la habitación sin cortar nuestro tan necesitado beso, su lengua se mezclaba con la mía, sentía como mordía mi labio inferior, cerramos la puerta y profundizamos el beso, comiendonos los labios, tomé sus nalgas y ella me rodeó con sus piernas frotándose desesperadamente con mi
erección ya presente , la coloqué en la cama lentamente cortando aquel ardiente beso y separando nuestros cuerpos
—Hazme el amor Marcos—
dijo celeste, mi corazón comenzó a bombear de forma desenfrenada, Celeste me veía con el más puro deseo en sus ojos, se inclinó hacia mí y comenzó a quitar mi camisa sus manos acariciaban mi pecho desnudo, la recosté sobre la cama y comencé a acariciar su
hermosa cabellera, nos miramos fijamente y una vez más nos fundimos en un beso apasionado poco a poco mis manos levantaron el borde de su
camisa dejando besos sobre su abdomen subiendo a sus pechos, mis manos rápidamente retiraron el sujetador de su brasier me relamía los
labios y pude deleitarme con cada pezón erecto de sus pechos, me volvía loco su manera de gemir, ella realmente estaba muy exitada, Celeste acariciaba mi cabellera mientras yo devoraba sus cenos con el más puro deseo, baje a su ombligo con mis labios dejando castos besos sobre su abdomen, mis dedos tocaron el borde de su pantalón y decidido lo deslice
por sus piernas hasta quitarlo totalmente de su cuerpo, me retire un poco para observar su cuerpo casi desnudo y definitivamente Celeste Brown
era una obra de arte para mis ojos, rellena sí, pero con muchas curvas con mucha pierna, unos enormes cenos listos para ser mordidos poseía un
cuerpo que a pesar de sus imperfecciones era perfecto ante mis ojos, ninguna mujer por mas delgada que sea se compara a ella, Celeste era más exitante más ardiente, ella se sonrojó al ver como la devoraba con la
mirada, tomé sus piernas y de forma rápida la voltee dejando su espalda y sus nalgas a la vista, mi pecho comenzaba a subir y a  bajar de forma acelerada me sentía extasiado desenfrenado y con unas enormes ganas
de fundirme en ella, mi boca fue al borde de sus bragas y con ayuda de mis manos las deslice fuera de su cuerpo, la respiración de Celeste era
irregular, estaba muy exitada podía notarlo, comencé a besar sus nalgas y a apretarlas con mis manos subí haciendo pequeños masajes lentos en su espalda, subí sobre ella dejando mi pecho sobre su espalda y mi erección
apretada sobre su enorme y jugoso trasero, mis manos viajaron a sus pechos masajeandolos de forma suave, mientras mis dedos jugaban con sus pezones y mi dura erección frotaba su culo —AH—
gemía Celeste, removiendose debajo de mí pidiendo más atención, su culo hacía movimientos suaves y locamente exitantes hacia mi pene, yo daba atención a su espalda y su cuello con mis labios, mordía su oreja
mientras mis manos seguian jugando con sus pechos
—Hazme tuya por favor, quiero sentirte dentro de mí—
expresó Celeste con la voz ronca y llena de lujuria, yo lancé un gemido suave tras escuchar sus palabras, sentia que mi exitación crecía aun más con su petición, realmente deseaba hacerla mía, lo que más añoraba en este momento era estar dentro de Celeste, me retire un poco de su cuerpo la voltee con un poco
de fuerza y la bese como si mi vida dependiera de ese beso apasionado, ella llevo sus manos a mis pantalones, y de forma inexperta desabrochó el botón de mi jeans, con una de mis manos quité el pantalón
—¿Estas segura de esto? — pregunté un poco inseguro de la situación, Celeste afirmó con su cabeza y mordió su labio inferior, motivo suficiente para yo deslizar lentamente mi boxer fuera de mi cuerpo dejando mi pene erecto y expuesto rosando su muy húmeda vagina, Celeste hacia movimientos de caderas hacia mi pene pidiendo atención, me estaba volviendo malditamente loco, posé mis verdes ojos en su mirada color café
—Te amo Celeste jamás dejare de hacerlo, me encantas, cada dia me encantas más—
dije con la voz ronca llena de lujuría, dije aquello que durante años he añorado decirle, Celeste trago seco, sin apartar su mirada de la mía
—Yo, te quiero Marcos, no tengo claro lo que nos pasa, y no se a que nos lleve esto, pero hoy quiero ser tuya—
dijo Celeste de forma sincera, y sin esperar nada más deslice mi pene dentro de ella, sintiendo un gemido suave que salia de sus labios, se sentía tan húmeda y tan estrecha, ella me recibió por completo, pude divisar en su rostro una mueca de dolor, cuando fije mi vista hacía nuestras partes me di cuenta que había roto su inocencia, por
aquel hilo de sangre, pero sabía que ella deseaba esto tanto como yo, y me alegra saber que e sido su primero y espero ser el unico, pensé, esperé un poco a que su vagina se acostumbrara a mi intromisión para luego
comenzar a bombear lento y pausado, mientras la veía asi con su cabello suelto y su rostro lleno de placer disfrutando cada una de mis estocadas, sus manos recorrían mi pecho, y yo solo podía verla mientras la penetraba una y otra vez sintiéndome tan exitado con sus gemidos, con sus movimientos de caderas, chocando su jugosa vagina hacia mi pene
—¡¡¡Mas rápido!!! —
decía Celeste al borde del clímax, comencé a bombear más y
más rápido, ella dio un gemido de placer y de inmediato sentí como sus jugos vaginales
abrazaban cálidamente mi pene, luego gemí con ella llenandola por completo de mí,
respirabamos con dificultad, sonreímos al mismo tiempo y nos besamos apasionadamente una vez más, me recosté a su lado, Celeste me abrazo,
y posó su rostro sobre mi pecho, nuestras respiraciones eran aceleradas
—Descansa y recupera fuerzas, quiero más de esto, no pensé que me perdía de algo tan placentero—
dijo Celeste, yo sonreía de forma pícara, de verdad lo había disfrutado, pensé, cerré mis ojos, y poco a poco me fue
invadiendo el sueño hasta que caí completamente en los brazos de morfeo.

El despertar de la loba blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora