Capítulo 1 "todo en calma"

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- Buenos días madre - saludé entrando a la cocina con cara de sueño,porque realmente aun lo tenía, -muero de hambre- agregué frotándome el estómago y una mueca que afirmaba lo dicho.
-Buenos días celeste, aquí está tu desayuno, ¿estás lista para terminar tu año escolar? - dijo mi madre, con una sonrisa satisfecha mientras tomaba su café
-Pues si madre estoy muy feliz de salir de ese infierno llamado
secundaria con esos íncubos llamados "populares"- puse cara de asco, y abrí comillas con mis dedos, porque si, realmente los odiaba hicieron de mi vida un infierno empezando la secundaria, todo por mis calificaciones,mi aspecto físico y mi asocial conducta, jamás iba a fiestas aunque quisiera, nunca me sentí bien alrededor de otras personas y mucho menos de los "populares" que literalmente hacían de tu vida un infierno, pensaba mientras terminaba de desayunar, me fijé en la ventana y miré que pasaba el bus escolar así que, decidí despedirme de mi madre -adiós ma!!!-
-Adiós hija, esperaré gustosa esas excelentes calificaciones ya que se que eres una chica muy aplicada- dijo mi madre con una mirada dulce y condescendiente en su rostro, salí de casa sin mediar más palabras con mi madre, a veces me saca de quicio su actitud sobre protectora y esa manía de elogiarme, realmente me hacía sentir incomoda ya que sentía que era un ser tan débil que mi madre sentía lastima, subí al bus escolar y como siempre tomé el último puesto sin mediar palabra con nadie, mientras todos me veían con caras de repulsión, porque como siempre iba vestida desde la punta del cabello hasta la punta de los pies de negro toda mi vestimenta era oscura así que era una rara, todo el camino pasé viendo por la ventana y pensando en algo que siempre martilleaba mi cabeza, "¿existirá algo más que este mundo?" siempre tenía esa pequeña ponzoña dentro de mí y aunque moría de miedo siempre miraba la oscuridad en busca de una silueta o alguien que me hablara, veía los espejos en las noches esperando que mi
reflejo me devolviera el rostro de otra persona, pero nunca me sucedía nada, solo era mi imaginación y los libros de fantasía que leía cada noche
hasta la madrugada antes de dormir.
llegue a mi escuela, pasé el día en clase viendo todas las materias que faltaban por aprobar y me detuve antes de entrar a la clase de física
"DIOSSSS COMO ODIABA FÍSICA" allí estaba ella Isabella Harrys, alta delgada con un cuerpo de muerte figura totalmente tonificada, cabello rubio ojos grises con tonalidades verdes, una perfección en lo que a diosas griegas se refiere, un monumento de mujer, y un demonio en todo su esplendor con el alma podrida, pero al fin y al cabo una diosa a mis ojos; entré al salón con mi cabeza gacha, me senté y escuché claramente cuando Isabella le dijo a Jack
-llego el fenómeno- Jack solo me miraba con lástima porque ni asco le daba, que irónico el chico popular sentía lastima, Isabella se volteó hacia mi
-Entonces Brown¿ qué se siente ser la chica más fea de la clase?, a la que nadie quiere invitar a salir porque simplemente, "da asco"- dijo Isabela
con una sonrisa burlona y de satisfacción surcando su rostro
Yo simplemente me inmuté, sentía mis mejillas arder de vergüenza y me levanté para ir al baño porque de verdad eso me había afectado, aunque no lo quisiera admitir, caminé a prisa por toda la estancia del instituto con las lágrimas amenazando mi rostro, Isabella se había levantado de su asiento siguiéndome los pasos al baño sonriendo de forma satisfactoria, llegué al baño con la respiración entrecortada y los sentimientos a flor de piel, pensando en este dolor punzante en mi pecho, en ese momento, entro Isabella
-¿Que sucede perdedora Viniste al retrete a llorar o a desahogar toda esa grasa que te cuelga?- preguntó, con ironía mientras se cruzaba de brazos con una una mirada burlona, ella reía con un cinismo digno de una bruja, así que decidí plantarle cara al monstruo llamado miedo, me voltee parándome frente a Isabella, lista para encararla
-Isabella hoy no estoy de humor para tus estupideces, y esa inmadura conducta que te caracteriza, porque realmente lo que tienes de belleza física no lo tienes de cerebro-
Contraataque en mi defensa con el rostro decidido y sin quitarle la mirada de encima, debía demostrar valentía, pero no se en que momento dudé de mi misma al observar que Isabella solo se reía de mi defensa, y respondió con un deje sarcástico
-Hay celeste que amable eres con tus palabras, pero ¿de qué sirve el cerebro del cual tanto haces amago? Si de todas formas solo recibes un reconocimiento en la escuela y no tienes ninguna fortuna en el amor, ¿Que no te das cuenta lo sola que estas? Nadie quiere salir contigo y lo más gracioso es que con tanto cerebro que tienes y no eres capaz de sostener una amistad, pobre nerda sin autoestima.
Y asi en tan solo segundos Isabella logró lo que quería, destruirme con tan solo unas palabras sinceras, dejándome allí parada a mitad del baño con unas lágrimas queriendo salir y la rabia creciendo en mi corazón.

El despertar de la loba blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora