Capítulo 17 "FLASHBACK"

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FLASHBACK
Corría por el bosque, tenía la respiración agitada,no podía correr más, estaba cansada y llena de suciedad tenía horas en este maratón
—sabía que esto era una mala idea—
decía a la nada mientras lloraba, seguí corriendo y encontré una carretera, divisé que venía un vehículo, me aproxime a él, pero no se detuvo, este aceleró y tuve que salir de su camino para no ser atropellada, cayó la noche y me escondí debajo de un árbol con frío, con miedo, al mínimo ruido estaba alerta, pase la noche llorando y estaba en shock
—Maldita sea Jana, porque no fuimos al cine, de compras, o al parque de juegos, porque teníamos que venir solas a
este maldito bosque en medio de la nada, te odio Jana, porque me hicistes esto para irte así— comencé a llorar desgarradoramente, tenía
tanto miedo, me quedé dormida de tanto llorar.
A la mañana siguiente, sentí que alguien me removió , me desperece con rapidez destilando temor, cuando levanté mi vista había un
guardabosques
—¿Eres Celeste Brown?— preguntó el señor, asentí con
un poco de desconfianza —¿Donde esta tu amiga Jana?— pregunto aquel hombre viendo mis manos y mi ropa manchadas en sangre, yo negué con
la cabeza y comencé a llorar, el hombre me observo detenidamente con rostro interrogativo y preocupado para luego darme un cálido abrazo
—Tranquila, ya la encontraremos, todo va a estar bien, vamos a casa—
palabras reconfortantes, pero ¿cómo superas ver a tu mejor amiga siendo despedazada por un lobo en el bosque? mientras trató de defenderte, aquel lobo iba por mí, pero Jana se interpuso luego de que
me hiciera una herida en el brazo, aquel lobo despedazo sus piernas y comió de su mano derecha, cuando le golpeé la cabeza con una roca logré
neutralizarlo, pero era demasiado tarde, Jana respiraba lento, abracé lo que quedaba de ella, veía como se quejaba de dolor, y con su último aliente solo me dijo "despertara, corre y no mires atrás, corre Celeste yo
ya no tengo mucho tiempo, te quiero, siempre serás mi mejor amiga, ¡CORRE!" me despedí de mi mejor amiga para nunca más verla y corrí tan fuerte que mis lágrimas se secaban  al salir.
—Tenía que ser ella la que falleciera, no mi hija— decía Jazmín la madre de Jana en el hospital mientras cuaraban mis heridas y llevaban los restos
de Jana a la morgue, mi madre se levantó y le propinó una sonora cachetada
—Ninguna de las dos debía morir, pero mi hija no es culpable, se intentaron proteger, pero la desgracia alcanzó a Jana, creó que tu hija hubiera reprochado tus palabras, tenía mejor corazón que tu—
escupió mi madre con veneno hacia Jazmín, mientras ella me observaba con odio puro y crudo —Jazmín, vámonos, Griselda tiene razón, Jana era una chica
muy noble de corazón puro, por favor, deja de culpar a Celeste, Jana le dijo que se fuera, por favor, ya basta—
decía Germán el esposo de Jazmín para poder calmar la situación
—Suéltame Germán, lo tomas tranquilo porque no es tu hija, sencillamente no te importa lo que le haya pasado a Jana, apenas la conociste cuando tenía tres años, mi hija solo me
importó a mi, maldita sea— Jazmín se derrumbó en el frio suelo y comenzó a llorar, German solo la abrazaba y yo no paraba de llorar sintiéndome culpable por haber apoyado esa desicion de Jana, tal vez ahorita estuviera molesta conmigo si me hubiera negado, pero estuviera
viva, o tal vez las dos estuviéramos muertas, llore aún más y tuvieron que
darme un tranquilizante, no podía soportar la culpa, y el dolor que me albergaba, mi madre solo me abrazaba y daba gracias a Dios porque yo
estuviera viva.
Regrese a casa con un vacío inmenso, con un dolor penetrante, me sentía
sola y devastada, tocaron la puerta de mi habitación, y se asomo Marco con unos chocolates
—¿estas bien?—
me preguntó con un deje de
preocupación
—¿como quieres que este? mi mejor amiga falleció por mi
culpa, porque no pude decirle que no, porque no deje que el lobo me comiera a mí— respondí entre lágrimas que brotaban de mis ojos,
Marcos me abrazo, y me apoyo todo este tiempo, no me dejó sola ni un minuto, Jack sin embargo, nunca apareció, siempre estuvo fuera en cosas
de su padre y me dejo totalmente sola.
—Muñeca, tengo que irme—
dijo Marcos, yo asentí
—esta bien, espero vengas mañana—
respondí, Marcos se quedo viéndome con lastima, y
negó con su cabeza
—me voy del país Celeste, me voy con mi padre a
Francia, le hicieron una propuesta de trabajo allá y estaremos un buen tiempo fuera de aqui— sentí que mi corazón se iba a salir, mi respiración
fallaba y un miedo calaba mis huesos, no, Marcos también me dejaría, negué repetidas veces con mi cabeza
—no Marcos, quédate, tu papá te puede dejar a ti—
el negó con la cabeza, pude vislumbrar algo de tristeza
en su mirada y ciertas ganas de llorar
—no Celeste soy menor de edad, mi padre no me dejará, y el quiere que yo aprenda más del negocio, asi que no me puedo negar—
comencé a llorar, lo golpeé repetidas veces y pude
sentir su piel fría, no había notado hasta este momento que Marcos estaba pálido
—¿porque estás tan pálido? tienes aspecto de estar muy
enfermo y tus manos estan helando—
Marcos negó con la cabeza y me dió una sonrisa ladina llena de tristeza
—no es nada Celeste, a sido una gripe bastante fuerte que me ha agarrado pero todo está bien— asentí con la cabeza, lo abracé muy fuerte en forma de despedida, cada dia me
quedaba más sola, solo tenía a Jack de ahora en adelante —adiós Celeste, te extrañaré, espero visitarte pronto—
me dijo Marco y así se fue
desapareciendo por el umbral de mi habitación y dejándome aquí, vacía.
FIN DEL FLASHBACK

El despertar de la loba blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora