capitulo 40

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CELESTE

—thànatos aímatos kai ekdíkiai thànatos aímatos kai ekdíkiai thànatos aímatos kai ekdíkiai— se repetía lo mismo una y otra vez mientras yo estaba sumida en la oscuridad, no entendía que significaban esas palabras estaba totalmente perdida, sentía miedo desesperación pero sobretodo odio, sentía mucho odio dentro de mi como si ese sentimiento se adueñase de todos mis pensamientos, abrí los ojos poco a poco, sentía mis párpados bastante pesados, estaba en la habitación del aquelarre, no se que había pasado se que mis manos inconscientemente desprendieron un humo negro Bianca cayó en el suelo Lucían la levantaba y mi cuerpo comenzó a levitar luego caí de golpe en el suelo y estaba rodeada de brujas dentro de un pentagrama, ellas comenzaron a recitar algo en una lengua extraña y fui sumida en la completa oscuridad —que carajos me está pasando— me pregunté —yo quisiera saber lo mismo— respondió Atenea —estabas muy callada allí dentro, ¿que nos está pasando?— pregunté —no lo sé Celeste pero no es algo bueno, esas palabras que repiten en tu cabeza significan "sangre muerte y venganza" en griego y eso sinceramente no es nada bueno— dijo Atenea, mi corazón se detuvo por un momento y estoy segura que mi rostro perdió color, ¿que mierdas me esta pasando? me pregunté, me levanté de la cama tome una rápida ducha y salí hacia el pasillo, pude divisar que varias brujas corrían hacia sus habitaciones y otras hacia otro lado con tal de mantenerse alejadas de mi, no entendía que sucedía, yo sería incapaz de lastimarlas, ingresé al salón y estaba Lucían con un rostro que reflejaba temor y curiosidad —ya despertaste sobrina—  dijo confirmando lo que sus ojos veían  asentí y me acerque a los muebles hasta que el mueble que estaba de espaldas pude divisar a Marcos, y allí, todo se fue a la mierda.

KAY

—señor trajimos lo que usted a pedido— el informe completo de la heredera del difunto alfa Coult— dijo uno de mis soldados, tomé la carpeta entre mis manos y la abrí, era una chica robusta con unas enormes caderas, y blanca como la nieva su cabello negro como la noche igual que su madre, tenía esa mirada oscura que a su madre tanto la caracterizaba era muy hermosa, mi mundo se hizo mierda cuando leí el nombre, Celeste Brown —¡mierda! es la mate de Jack— dije en voz alta mientras me agarraba el cabello, tomé el teléfono con rapidez y marque el número de Isabella —¿dime donde coño estas?— exigí a Isabella —caminando hacia la mansión ¿que sucede?— preguntó curioso —¿llevastes a cabo tu plan?— pregunté algo nervioso —si, pero su amigo fue a hablar con ella para persuadir la situación, yo me hice la víctima ante todos y por desgracia tuve que exponer a James pero sin nombrarlo— respondió —resulta que la hija del difunto alfa es Celeste Brown— dije, pero ella hizo silencio —¿lo sabias?— pregunté molesto —me enteré hace unas noches, James me comentó sobre la guerra que la chica quiere llevar a cabo y así que uní los hilos, dos más dos son cuatro ella era el problema para que Jack y yo nos casaramos y era la misma chica que quiere llevar su guerra a cabo, lo que ella no sabe es quien eres tu, así como su familia no te reconocerá con el cambio de imagen que te hicistes— dijo la pequeña arpía, no me cabía la menor duda Isabella era perfecta jugando a la chica buena, no tenía identidad propia sabía jugar con todas las fichas en el tablero —¿porque no me lo dijistes?— pregunté aún molesto —justo en este momento te lo iba a decir— dijo entrando a mi despacho, cuando la vi mi miembro se elevo de una forma atroz quería meterselo y que gimiera encima de mi, pero debía contenerme esta chica era igual de arpía que su madre, pero era mucho más inteligente y sobre todo exitante —bienvenida querida— dije levantándome de mi asiento y dejando el teléfono sobre mi mesa, ella  entró sentándose en una de las sillas frente a mi, me levanté llendo hacia el pequeño mini bar,le serví una copa de vino y tomé una de whisky para mi, me acerqué a mi silla y le entregué su copa, ella posó sus rojos labios sobre la copa tomando el líquido por completo —muchas gracias alfa— dijo ella dejando la copa sobre la mesa y subiendo sus piernas sobre el escritorio dejándome ver sus lisas, blancas y largas piernas que me hacían enloquecer, llevaba una diminuta falda y una camisa ajustada que dejaban ver sus voluminosos cenos, mi pene ya no podía contenerse o salía de aquí o terminaría follandomela hasta que dijera mi nombre —¿que tanto me miras?— pregunta con fingida ignorancia —nada cariño, eres muy sutil cuando te lo propones— respondí, ella se levanto de su aciento se acercó a la puerta y pasó el seguro, volteó hacia mi y con una cara de picardia se mordió los labio gemi inconscientemente  sentía que mi pene iba a estallar, me levanté de mi asiento tenía que salir de aquí o hacer que se fuera, ya no me podía contener —siéntate alfa— dijo con voz autoritaria dejandome pasmado, por primera vez alguien que me habla así no me hace sentir menos, me hizo exitarme mucho más de lo que ya estaba, tomé asiento nuevamente de forma cómoda, Isabella aún parada frente al escritorio comenzó a desaserse de su blusa y su brasier lentamente, sin que ella me viera lleve mi mano a mi miembro bombeando lentamente para sentir algo de placer y mi inchazon cediera un poco, Isabella comenzó a tocarse los pezones lentamente exitandose ella misma soltando diminutos suspiros de sus labios tenía unas tetas hermosas, comenzó a morder sus labios juguetonamente, yo seguía bombeando mi miembro tuve que abrir la bragueta completa y sacarlo porque ya no me entraba dentro del pantalón con tan enorme erección —¿te gusta este juego?— preguntó , yo asentí —es la más deseada fantasía— contesté, me lanzó una sonrisa fugaz y comenzó a bajarse la falda dejándome ver sus pequeñas bragas, se dio la vuelta dejándome ver su redondas nalgas listas para enrojecerlas con mis azotes, se recosto sobre el mueble abriendo sus piernas y dejándome ver lo húmedo que estaba su vikiny, yo bombeaba y apretaba cada vez más mi pene, sentía como el líquido pre seminal goteaba por mis manos estaba locamente exitado, Isabella llevo dos dedos a su boca y los chupo con suavidad cerrando los ojos y gimiendo, ese acto hizo que me pusiera más cachondo emitiendo un pequeño grito de mis labios, llevo sus dedos a su vagina y comenzó a masturbarse frente a mi, su cuerpo se movía de arriba hacia abajo como si estuviera danzando, sus pómulos estaban totalmente rojos ella aceleró su ritmo y yo acelere el mio, sus gemidos se confundían con los míos mi lobo quería tomar posesión de mi cuerpo, estaba hecho un animal, me levanté de mi asiento y caminé hacia ella quitándome la ropa en el proceso, la levanté con posesión cortando su masturbacion y la besé, pegando sus tetas a mi pecho, quite su vikiny destruyendolo en el proceso, la voltee, tomé sus manos hacia atrás y la penetre de espaldas la folle como si de eso dependiera mi vida, le di nalgadas le mordí la espalda estaba hecho un maldito animal, Isabella gritaba, gemia, pedía más y yo no paraba de follarla hasta que gritamos juntos llegando al clímax  —ni una palabra a tu madre— le dije antes de darnos un apasionado beso.

ISABELLA

Estaba en el baño de mi habitación, era la tercera vez que vomitaba, estaba llena de asco, luego de ese encuentro con el cerdo de Kay subí a mi baño y me limpie con un cepillo todo el cuerpo, me raspe tanto que comencé a hechaer sangre, terminé vomitando en la ducha, maldito cerdo asqueroso, tenía claro que si no hacía esto, jamás subiría, ya no quiero ser la buena, en la cabaña me di cuenta que siempre seria la mala, la rechazada, y eso nadie lo iba a cambiar, ni yo, aunque quisiera, tenía que hacer que Jack volviera a mi y nos casaramos, quería ser la mala del cuento en realidad quería destruir a Celeste, al final todos me ven así, al demonio entonces, eso seré entonces, comencé a pensar en James, su pensamiento me mantuvo exitada en el despacho de Kay, su cuerpo sus besos su forma de follarme, es James quien acaba con todos mis sentidos, comencé a tocarme mientras imaginaba sus labios en mi, sus manos acariciando mi cuerpo, no podremos estar juntos porque el debe llevar su venganza a cabo y yo debo mantenerme en mi lugar, comencé a mover mis caderas recordando la noche en el bar, cuando me penetraba con rapidez, la forma en que besaba mis pechos, sentí una corriente eléctrica por todo mi cuerpo hasta llegar al clímax, James acabaría con mi estabilidad mental, tenía que destruir a Celeste aunque no me importara el poder, ella es la única buena, la única importante, yo ni aunque me arrepienta de mis pecados soy buena, lo único bueno que sacaré de esto es que mi padre sobreviva y el poder de una manada que ni me interesa, pero por lo menos podré seguir teniendo lujos, lo que intento con Kay es quitarme de encima a mi madre, necesito que el confíe en mi para que me obedezca necesito quitarme a Amelia de encima y como no darse cuenta que el muy idiota me ha defendido de ella, hay que aprovechar lo que hay, sonó mi teléfono, era un mensaje de James, nos veríamos en el bar en media hora, cogi la ropa más sensual y me dispuse a vestirme.
Al llegar al bar estaba James con cara de impaciencia esperándome en el bar —dime cariño— dije sobre su oído acariciando sus mejillas —no es momento de juego Isabella, siéntate—  le hice caso, su rostro era algo tenso, pero a la vez satisfecho —Celeste perdió el control de sus poderes— dijo y yo me confundí —¿que poderes? — pregunté curiosa —tiene magia negra en sus manos— eso sí era una sorpresa, le hice señas de que continuará —se volvió loca y atacó a Marcos,  destrozó parte del aquelarre, hasta Lucían salió lastimado, se entero que Marcos fue quien la atacó cuando estaba con Jana en el bosque, se volvió loca y empezó a atacar a Marcos y a todos a su alrededor — dijo James con una sonrisa de loco en los labios —¿nosotros que carajo tenemos que ver con eso?— pregunté aún perdida —sencillo el plan funciono, no quiere hablar con nadie, solo se acerca a mi, pronto la tendré en mis brazos— dijo con seguridad, se me revolvio el estómago y todo mi ser se lleno de furia odio y celos, maldita Celeste yo que intente alejarme de Jack por ella y ahora la muy perra me quita James —vale ¿que tienes pensado?— pregunté con fingida tranquilidad —esperar, dejar que todo tomé su rumbo y dejarla, que su oscuridad se haga en ella, solo debo evitar que la lleven donde una bruja blanca como la nieve porque hay si se me van los planes al carajo, aunque su magia es genética no se la podrán quitar, pero si la pueden bloquear— dijo seguro —¿como sabes tu todo eso?— pregunté curiosa y desconfiada —se lo escuche decir a una bruja— contestó tranquilo —me tengo que ir, tengo pensado llevarla a la cama esta noche, voy a hacer que se entregue a mi y la voy a marcar, no puedo perder más tiempo, eso nos unirá y la hará seguirme— dijo con cara de felicidad bajo de  la barra mis manos se hacían puños, y estoy segura que mi loba quería salir y despedazarlos a los dos, James se acercó a mí, dejé que me diera un beso de despedida —¿estamos bien verdad?— preguntó el muy sinico antes de irse, asentí con mi cabeza —todo maravilloso cariño, que los planes salgan como tengan que salir— dije con fingida tranquilidad,  James se fue y sobre la barra tomé hasta la última gota de licor hasta sentir un leve mareo, me fui del bar y entré al despacho del cerdo de Kay seduciendolo una vez más para que me follara tan duro que me olvidara de mi propio cuerpo.

El despertar de la loba blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora