Un hombre con gafas y cerdos salvajes
Durante el trayecto a la línea de metal, el cual estaba más cerca de lo que habías imagino, fuiste una clase de experimento para Killua. El menor trató de ponerte a prueba en cada oportunidad que tuvo, indicándote el camino incorrecto de forma espontánea para ver tu reacción, esperando a que mostraras tus verdaderos colores. Sin embargo, tu ingenuidad y confianza desmedida terminaron por generarle un dolor de cabeza intenso.
No importaba que tan espantoso se viera el camino, irías con una sonrisa amable y sin mirar atrás. Gracias a eso, tuvo que regresar a buscarte luego de que su conciencia le recriminara con culpabilidad. Algo en su interior le impedía dejarte sola.
—¿Por qué estas ayudándome? Según lo que me explicaste, se supone que esto es una competencia—preguntaste una vez salieron del bosque espeso y el sendero se liberó para que pudieras ver al resto de participantes.
—¿Por qué confías en mí? —inquirió—¿Por qué supones que no estoy usándote para mi propio beneficio?
El peliblanco había sido lo suficiente amable, y paciente, para explicarte de que iba este examen. Aunque estuvieras en tu mundo de maravillas y te vieras en la necesidad de asentir sin haber comprendido del todo la idea, pero había algo que te quedaba claro. Ya no estabas en el jardín de tu abuela.
Este ya no es tu hogar. No. Eres una Alicia rebelde que cayó por una madriguera hacia una tierra de bestias gigantes y cazadores.
—¡Yo pregunté primero!
—Actúas como una niña—bufó, ocultando las manos en los bolsillos de tu short—. Está bien. Lo diré primero, pero debes decirlo inmediatamente después o no habrá trato. ¿De acuerdo, anciana?
—¡¿Anciana?! Tengo edad para ser tu hermana mayor, tarado—sin embargo, aceptaste.
Killua deliberó. Sintiendo que diversos pares de ojos intensos los observaban llegar, por ende, se sentaron debajo de un lejano árbol.
—Me recuerdas a alguien que conozco, pero que no puedo recordar...Te toca.
Era verdad, aunque pareciese que no. Había una niña en sus memorias trastocadas, de cabello negro y una mirada esperanzada como la que le has mostrado desde su primer encuentro. Haga lo que haga, no puede traer ese recuerdo.
Mientras Killua se esforzaba una vez más por recordar, tú te preparaste para soltar una mierda muy cursi, pero que para ti alberga todo el sentido del mundo.
—Eres un buen chico, Killu. ¿Me explico?
—Un... ¿Buen chico? —repitió incrédulo.
Su cerebro se atrofió por unos cuantos segundos. La cruel mentalidad de asesino que engendró de su familia era incapaz de procesar la etiqueta que por primera vez es colocada sobre él, de algún modo, quema.
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Bunny's Garden [Hunter x Hunter] HIATUS
FanfictionPerseguiste a los conejos equivocados en el jardín trasero, caíste y giraste por una madriguera hasta emerger en una tierra de maravillas y cazadores. Ahora tendrás que enfrentarte a un rey, una bestia y un lunático para poder encontrar al conejo q...