Bunny's Garden [Hunter x Hunter] HIATUS

Capitulo quince: mentiras

Mentiras y Comodines (Wild Card)

El sombrerero loco siempre te ha parecido un personaje singular, capaz de animar o confundir a quién se lo proponga con sus locuras, misma razón por la que obtiene ese característico apodo en los cuentos. No nació loco, tampoco solía bromear con abundancia, sin embargo, el mercurio ligado a su oficio fue aquello que convirtió su mente en un mariposario lleno de sombreros y plumas.

Anticipabas que, en algún aspecto, tu propio sombrerero estuviera inmerso en la locura, en el desgaste de su oficio. Y diste en el clavo.

Illumi, el hombre que tenías frente a ti, había jugado con su identidad, tan liberar como un comodín, una carta que puede transformarse en un reemplazo, o bien ser eliminada por completo de la baraja. Más que un peón blanco, y una carta libre, crees que será una pieza valiosa en el juego de ajedrez que te llevará a tu hogar.

Pero si no puedes vencerlos, en esta dichosa y espantosa alianza, tendrás que recurrir a un truco desesperado...unírteles.

-Entonces...¿Entonces, no te gustan los dulces?

Tu pregunta lo tomó por sorpresa, también las gordas lágrimas que comenzaron a desbordarse y gotearon por tu barbilla hasta desembocar sobre sus manos. Eran suaves y para nada dolientes, tu llanto le recordó a la lluvía.

-Me gustan.

-¿Y la película? ¿No te gustó cuando te conté aquella película? -forcejaste nuevamente en su contra, aunque esta vez te dejó ir con facilidad- ¡¿Todo lo que dijiste sobre ti era mentira?!

-Me gustó. Disfruté tus historias extrañas, en especial la de los estudiantes que deben asesinar una abominación.

Sus respuestas eran cortas, a veces, eran un simple sonido que te daba la razón. Pero cuando agregaba algo a la conversión, era porque verdaderamente necesitaba decirlo y no porque tuviera que hacerlo para crear una coarta. 

En sí, los Zoldyck no tienen coartada, tampoco les cuentan sus gustos a otras personas.

¿Por qué lo había hecho en primer lugar?

-¡Mentira! ¡Mentiras y más mentiras de tu sucia boca!-exclamaste sintiendo un tirón en el brazo, la sangre había empapado por completo tu brazo- ¡¿Crees que soy tan débil para ser un juguete inútil que puedes desechar?!

Hisoka se sentó en un tronco, cruzando la pierna y reposando el codo sobre su rodilla, disfrutando de una manera golosa el enfrentamiento entre ambos. Ansioso y a la vez expectante, prefería que tu relación con Illumi no fuera tan estrecha, porque si el azabache conseguía encerrarte en esa casa y "hacerte parte de la familia" el hombre circense jamás podría averiguar qué clase de secretos ocultabas dentro de ese libro.

Quería saberlo todo.

-Las mentiras son necesarias en mi oficio.

-Esa no es una excusa...Illumi.