Capítulo dos:cazadores

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País de bestias y cazadores

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País de bestias y cazadores

La tierra quebradiza entre tus manos era suave y cremosa por la humedad, tu respiración calmada giraba entorno a la prisión de raíces en la que yacías durmiendo plácidamente, como un adorable retoño en posición fetal que pronto germinaría para convertirse en una bella margarita, o tal vez en una rosa espinosa.

Tan pronto como el suelo tembló despertarte abruptamente, y lo primero que sentiste fue la falta de oxígeno en tus pulmones apretados. No sabías donde estabas, no entiendes lo que sucede, pero un agujero apenas luminoso en el techo parece ser una señal. Enterraste los dedos en los muros de tierra, gritando y escarbando hasta que las uñas se tornaron marrones.

Sentiste la gloria cuando el aire helado golpeó tu rostro lloroso, empujaste todo tu cuerpo fuera de la madriguera con ayuda de tus brazos flácidos y exhaustos. Tragaste la mayor cantidad de aire posible antes de desplomarte sobre el musgo mojado.

—Eso...Eso fue horrible— murmuraste con dificultad.

Desde tu posición pudiste observar con claridad las copas de los árboles moviéndose violentamente, el olor boscoso mezclado con el de agua estancada arruinaron tu nariz, además de las corrientes de viento calando tus huesos.

No tienes idea de donde estas, tampoco cómo has llegado allí, tus pantuflas han desaparecido y todo recuerdo previo a la caída también. Pensaste lo peor...te habían secuestrado.

Diversos sonidos de pasos hicieron un eco apabullante en tu mente saturada, no sabías de donde provenían con exactitud, pero mientras el temor aumentaba conforme se acercaba. Había algo (más bien alguien) en ese gran número de personas que emitía una vibra peligrosa, por lo que, preferiste ocultarte detrás de un enorme tronco.

Suponer es la madre de los errores.

—¡No se aparten, futuros cazadores! Síganme de cerca y esto será sencillo, la meta nos aguarda—gritó un hombre alto de cabello lila, corría como un robot.

Discretamente lograste ver a las personas que perseguían su espalda, cada uno de ellos emanando poder a comparación de ti.

Era posible que tu sentido de supervivencia se hubiera estropeado durante la caída, porque una extraña bruma de curiosidad y emoción reemplazó aquel miedo inicial, incitándote a unírteles a toda costa.

— Tengo que moverme, tengo que buscar ayuda—caminaste entre los árboles con el deseo de no llamar la atención en el camino principal—, tengo que... ¡No puede ser!

Un cadáver aún tibio salta en tu visión luego de tropezar con una rama gigantez, no había rastro de olor putrefacto emanando de sus mejillas pálidas, pero a juzgar por sus uñas ennegrecidas de forma natural, dirías que se envenenó al comer el hongo incorrecto.

La naturaleza podía ser impredecible, como el hambre del ser humano por vivir.

Con lágrimas en los ojos te apresuraste a quitarle la ropa al cuerpo de la mujer rubia, tenías que ser rápido, o recuperarías la cordura. El corto vestido húmedo y anteriormente blanco estaban por causarte una grave hipotermia, sin contar tus pies magullados por las ramas y rocas que se incrustan en cuando das un paso adelante. Eras tú, o tu principio no perturbar a los muertos.

Bunny's Garden [Hunter x Hunter] HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora