Capitulo seis: Circo

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No todos los payasos en el circo son deshonestos

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No todos los payasos en el circo son deshonestos

El dirigible es un circuito cerrado, no un laberinto con paredes escurridizas y arbustos que sólo llevan a una salida. En ese vehículo aéreo no había más salida que enfrentar o esconderse de los maniáticos recuerdos.

Cuando cumpliste seis años tu madre escogió un circo estacional como epicentro de tu improvisada fiesta de escasos amiguitos. Después de todo, no encajabas muy bien con el resto de los niños debido a tu honesto carácter y que siempre tienes la cabeza entre las nubes. Por ende, la persona más esperada por ti era tu quiera abuela. Quién había tomado un largo viaje en tren hasta la ciudad.

—¡Qué lindo vestido llevas puesto!

Giraste para hacer mover los volantes blancos en el vestido celeste de tirantes, tus risitas hicieron sonreír a la mujer mayor.

—Gracias.

—Dime, ¿Quién te lo hizo?—preguntó guiñando un ojo— Debió ser un modista asombroso...

—¡Fuiste tú, abuela!

Su mirada enternecida por su nieta sonrojó sus mejillas con pura alegría y amor, del mismo modo que tus pómulos se tintaban con el clásico rubor infantil.

Al poco tiempo de bromear y jugar en busca de ganar un gato de felpa, el cual obtuvieron, tu madre regresó con un panfleto entre los dedos y la nariz arrugada por el olor del circo.

Apenas la habías visto unos cuantos minutos antes de que desapareciera entre el grupo de madres que habían traído a sus mocosos. Por otra parte, comer golosinas a montón sin que ella lo supiera no tenía precio.

—Bien. ¿Qué quieres hacer? —dijo con la mirada fija en el itinerario impartido por el circo —¿Quieres ver a Weasel Jack?

—¿Quién?

—Weasel Jack. Aquí dice que es un payaso juguetón y de humor curioso, su función en la carpa comienza a las seis de la tarde.

Siempre habías amado las ferias y loa circos, enfatizando el pasado, puesto que se convirtieron en un nido de pesadillas luego de la dichosa función del payaso. Sin embargo, aún de adulta conservas un un nítido amor por la magia.

La musica, las mazorcas, los premios y loa juegos mecánicos te tenían embelesada por donde quiera que viera, pero sabías que decir en cuanto te lo preguntó.

Magia. La magia te salvó la vida...

—¡Quiero ver al mago!—tu sonrisa era de oreja a oreja. Pero a tu madre de no le importó.

—No. No podemos ver al mago.

—¡Por favor! ¡Quiero ver al mago!

—¡No, Alicia!—gritó apretando el panfleto — El mago empieza a las nueve, ¡Y no voy a quedarme esperando por un idiota que hace trucos estúpidos!

Bunny's Garden [Hunter x Hunter] HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora