Bunny's Garden [Hunter x Hunter] HIATUS

Capítulo veintisiete: mariposa

No tengo mucho para decir hoy, sólo que espero que les guste el capítulo, trabajé mucho para que los sentimientos puedan llegar a ustedes. Y cuidado, ya que considero este capítulo angustiante.

En el próximo capítulo la pandilla se reunirá gracias a un ligero time skip. Os quiero. Gracias por los comentarios, alivian mi triste humor.

Perdón por las faltas de ortografía.

Mariposa celeste

Los personajes principales también mueren.

Fervientemente creíste que ser la protagonista de este cuento macabro abriría un camino entre la maleza para que pudieras salir, siendo tu nombre el primero en mencionarse al inicio de la historia, abusaste de esos privilegios para ser tan audaz como te fuera posible, siempre y cuanto pudieras salirte con la tuya. Sin embargo, las buenas estrategias se han terminado, lo único que te espera dentro de la tetera es una bonita marcha fúnebre.

Atacaste como una fiera que no le teme a nada, sin dejar aberturas, golpeando repetidamente los antebrazos del azabache (que cubrían su rostro) con tu palo de croquet recién materializado. Cada batazo iba con más fuerza que el anterior, pero tus desorientados pies tropezaron con las trenzadas raíces sobresalientes...Esa fue su oportunidad de contraatacar.

Illumi se enfrascó en tus piernas gelatinosas y en tu centro de balance, la espalda baja, aún de actitud cómica por su restricción apenas funcionando. Sus golpes precisos no te dejaban apartar la mirada, entonces, en un parpadeo accidental, Illumi golpea tu hacia arriba tu quijada seguido de tu estómago tenso. Te derrumbas vergonzosamente sobre el fango.

-No vas a ganarme si lo único que puedes hacer es caer.

Ruedas sobre tu estómago amoratado, un jadeo sale de tus labios cuando te pones de pie de un salto. Unos centímetros más sobre el lodo y ahora serías su alfiletero personal.

-¿Lo único que tú sabes hacer es lanzar agujas?-limpias con el dorso de la mano la sangre que emana de un corte en tu pómulo-Hipócrita.

-Perdiste desde el momento en el que propusiste esta absurda cacería de brujas.

-Suenas muy seguro.

-Lo estoy.

-Entonces aceptar que te equivocaste te dolerá como nunca.

Sus parpados decaen en una expresión parecida a un mohín.

-Yo no fallo.

Su rostro inexpresivo es literalmente un papel en blanco, pero has averiguado que todas sus emociones reprimidas pueden sentir en las líneas de su vos, como en esa ocasión, donde la seguridad oscila con la ofensa. Por el contrario, su lenguaje corporal es un desabrido diccionario en sueco, sin embargo, su pie derecho se gira de manera sutil hacia tu posición.