Capítulo Uno

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Él la observaba mientras que ella dormía plácidamente. Lo había hecho cuando habían sido pareja durante un año y le gustaba hacerlo ahora. Al menos en el poco tiempo que Alonso la tuvo secuestrada y tuvo que morderse la lengua. 
Él tenía los ojos de color azul-verde más bonitos que ella pudo ver. También era alto. Medía 1,86 de estatura. De pelo castaño con un flequillo de color blanco. La cual conservaba porque sabía que le hacía más macarra de lo que aparentaba. Vestía con una camisa de seda y unos pantalones de lino de color negro. Y junto a esos tirantes del mismo color que el pantalón, le hacía más atractivo y sexy. Algo que cambió cuando se pasó esos meses fuera de la ciudad buscando su vocación para su vida privada. Sin embargo, Tristán no se olvidó de ella. Pues muy en el fondo supo, que en ese tiempo de novios; ella era su verdadera heroína. La mejor droga que un hombre podía tener. Hasta que probó a otras y no les supo igual que a ella.
Tristán pensó en la forma en la que había sido tratada Eleanor por Alonso y comenzó a pensar en alguna forma para poder retenerla a su lado. Aunque sabía que después de lo que le hizo dos meses atrás junto a él, nada le haría cambiar de opinión a Eleanor con respecto a quién era él. Sin embargo, fue los planes de Alonso lo que cambió todo en ambos. Pues ella no había logrado olvidarse de él en esos meses tras dejar su relación y cuando lo logró al conocer a Carlos tras lo sucedido con Tristán, ambos la secuestraron. Fue en una pequeña conversación durante el secuestro, lo que le hizo entender a él que Eleanor le odiaría toda la vida. Él supo durante esa conversación que fue el veneno de Alonso, lo que le hizo actuar para dejarla y bloquearla en todas las redes sociales.
Pero él no se detendría en sus planes con Eleanor. Tenía muy claro que la iba a retener por un tiempo hasta que todo estuviera como antes. 
Tristán miró hacia el lugar donde la había llevado y se dio cuenta que no era un buen lugar para tenerla. Por lo que pensó en que tenía que buscar un lugar que fuera habitable para los dos. Uno en el que pudiera tenerla sin que nadie los encontrase.
Ella comenzó a despertar poco a poco. 
Él se percató que su pelo castaño claro revuelto, le hacía más atractiva. Fue cuando recordó que hace muchos meses, se la ponía dura con tan solo verla así.
Eleanor por fin abrió los ojos y se puso mirando hacia arriba. Donde se percató que no estaba en el mismo lugar donde había estado en su tiempo de secuestro. Algo que le hizo entrar en pánico.
Se levantó como pudo. Pues estaba exhausta porque aún tenía el olor que Tristán le había puesto en su nariz. Un cloroformo muy potente, que te hace dormir durante algunas horas. 
Ella miró hacia la ventana y se percató que él estaba ahí. Por lo que su corazón comenzó a latir más rápido.
―Tranquila ―le dijo él―. Ya estás a salvo.
―Me habéis traído a otro lugar tras el intento de rescate ―le dijo ella un poco exhausta. 
Después, recordó cómo sucedieron las cosas y recordó los disparos que Tristán le dio a distancia a Alonso. Algo que uno de sus hombres terminó de rematar en segundos. 
―Mejor dicho, te he traído a otro lugar ―le dijo él aclarándole un poco la situación.
―¿Dónde está Alonso?
―Está donde los gusanos puedan comérselo ―le respondió―. Ya no te hará más daño Eleanor. 
Cuando ella terminó de ubicarse, vio que estaban en una especie de nave. Veía ante sus ojos una habitación que ni siquiera estaba terminada de cementar. Como tampoco de pintar. Entonces, se preguntó dónde estaba.
Tristán le entregó un vaso de agua y ella lo cogió. Bebiendo con mucha ansia después.
―No te preocupes por el lugar. Nos iremos en unas horas ―le dijo él.
―¿Vas a seguir con esa estúpida venganza? ―preguntó ella mientras que tragaba esa poca de agua que le quedaba en la garganta.
―Yo no voy a vengarme Eleanor. Quien quería hacerlo, era el bipolar de Alonso. Ya lo has visto. 
―¿Y cuál es el propósito de este secuestro? ¿Hacer que mantengamos relaciones sexuales?
―Hacer que tu matrimonio se cancele. Y ya sabes que consigo lo que me propongo.
―No voy a dejar que canceles mi matrimonio con Carlos.
―No puedes hacer nada. Estas contra la espada y la pared desde hace dos meses. 
―Te odio ―le dijo ella con rabia.
―No lo hacías cuando follabamos juntos y estuvimos de novios.
―Te recuerdo que fuiste tu quien me bloqueó y no quisiste saber nada de mí, hasta que supiste de la existencia de Carlos.
―Lo hice por un buen propósito Eleanor. 
―¿Qué propósito? ¡Las drogas! ―exclamó ella un poco furiosa mientras que él bajaba la mirada―. Así es. Lo sé todo. Han pasado meses Tristán. No vas a recuperarme tan fácilmente.
―Lo sé. Pero no voy a ser yo quien te obligue. Acaso no recuerdas que fuiste tu quien se enamoró de mi sin pensarlo. 
Entonces, se hizo el silencio y ella no supo que hacer. Solo tenía la intención de escapar para volver con su familia.
―Vas a llamar a los tuyos y le vas a decir que estás bien ―le dijo él de nuevo―. Que te vas un tiempo de la ciudad. Como también romperás tu compromiso con Carlos. Si no lo haces, sufrirás las consecuencias.
―Estoy cansada de tantas amenazas.
―Tómalo como quieras. Pero ya sabes lo que tienes que hacer. 
Tristán hizo una breve pausa.
―Te dejaré un rato sola para que pienses en ello.
Él se levantó de donde estaba sentado y se marchó de allí. Poniéndole un candado en la puerta para que ella no escapase. Eleanor corrió mientras que él lo ponía y le dijo:
―No pensaras dejarme aquí sola. 
―No estarás sola. La soledad te acompañará durante un rato para que pienses. Cuando vuelva a venir, ya tendré algún lugar para que nos vayamos y puedas darte una ducha.
Ambos se miraron a los ojos y ella le demostró que lo odiaba con toda su alma.
Tristán se marchó finalmente después de terminar de poner el candado en la puerta y ella volvió a la cama. 
Eleanor se sentía tan asustada que no quiso hacer nada que pusiera su vida en su contra. Algo que había hecho en esos dos meses cuando estuvo al lado de Alonso.
Ella volvió a quedarse dormida. Pues solo sabia pensar que aquello era una pesadilla y que pronto se despertaría.

Él llegó cuando la noche había caído. Había estado buscando un lugar perfecto para que ambos pudieran estar y estar cómodos. Algo que encontró, pero que no se lo darían hasta que no pasaran unas horas. Un lugar que le gustó mucho. Pues quería cumplir lo que ahora se había convertido en sus fantasías más ansiadas en su vida sexual.
Tristán abrió la puerta y se percató que ella estaba demasiado tranquila. Por lo que no quiso molestarla. Pues llevaba consigo algo de comida que compartiría con ella cuando se despertase.
Eleanor se despertó, porque había notado el olor del perfume de Tristán en su nariz en segundos.
Cuando ella le vio, se incorporó rápidamente y comenzó a observar lo que tenía en la mano. Sin embargo, Tristán no le estaba mirando. Pues estaba en lo suyo.
Eleanor se bajó de la cama muy silenciosamente y caminó sin hacer ruido hasta la puerta.
Ella la abrió en breve y salió corriendo.
Eleanor llegó hasta los profundos árboles del bosque y se dio cuenta que había cada vez más. Fue cuando se percató que Tristán le había llevado hasta lo más lejos que pudo de su familia.
Él en cambio, se giró y cuando no la vio, puso enfadado un cuchillo que tenía en mano en la mesa, mirando hacia la puerta. Y cuando vio que esta estaba abierta, salió también corriendo para buscar a Eleanor. Fue cuando le dio gracias al diablo de que ella no se percató que tenía su coche detrás de la casa de ladrillos.
Tristán se montó en breve de su coche y condujo por el bosque. Pues se sabía perfectamente el camino por donde había ido Eleanor.
Ella se paró a descansar en uno de los árboles. Se dijo que ya tenía que estar demasiado lejos de donde estaba Tristán y que podía descansar para poder llegar a una carretera.
Eleanor se consoló que por fin Alonso estaba muerto y comenzó a desear que Tristán también lo estuviera. Pues ya comenzó a ver qué es lo que quería de ella. Se preguntó si su unión con Alonso fue por para volver a verla y tenerla cerca o solamente fue un capricho. 
Una luz se hizo de pronto entre la fauna y ella se levantó enseguida.
El coche llegó ante ella y al cabo de unos minutos, él se bajó del coche.
Eleanor vio a Tristán salir de él y comenzó a salir corriendo de nuevo. Pero fue un disparo lo que la frenó.
―Eleanor, sube al coche ―le dijo furioso.
Ella se giró y vio que Tristán le estaba apuntando con un arma. Por lo que se quedó sin saber que decir y hacer. 
―Sube.
Eleanor se echó un poco hacia atrás y para su mala suerte, tropezó con la rama de un árbol. La cual cayó al suelo de culo y sin ella darse cuenta, se golpeó la cabeza contra él.
Tristán se acercó corriendo a ella. Pues Eleanor se había quedado inmóvil tras el golpe.
―¡Joder! ―exclamó―. No te podías estar quieta.
Ella comenzó a recobrar la conciencia, mientras que Tristán le cogía en brazos. 
Eleanor fue ver que él la había atrapado de nuevo y comenzó a forcejear de una forma muy continuada. Eso hizo que él la soltase y cogiese el mismo pañuelo que tenía en su bolsillo y ella, forcejeando aún más para evitar que se la llevase de nuevo a donde la retenía.
―Eleanor para. 
Hubo un silencio y después, ella se fue quedando dormida poco a poco. Donde Tristán se fue aliviando cuando Eleanor dejaba de forcejear.
―Voy a tener que hacer algo para que no vuelvas a escapar. No pienso permitir que lo vuelvas a hacer.
Cuando él vio que por fin Eleanor estaba dormida, la montó en el coche y en pocos segundos, volvieron al lugar que la retenía.
Ahí en pocos minutos, Tristán buscó una inyección que había llevado que duraba dos días para cuando la trasladaran al nuevo lugar. Fue cuando se la inyectó en el cuello. 
Después, la bajó del coche y la llevó nuevamente hasta el interior de la casa de ladrillos y cemento. Pues no quería que ella se constipase y tuvieran que recurrir a un hospital que ahora no necesitaban.
Mientras que él la observaba dormir, comenzó a pensar en la forma de cómo hacer que no se escapase de nuevo. Hasta que encontró la solución para retenerla.

Tú. Mi PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora