―Mami, mira qué bonita es ―escuchó ella desde lejos.
Eleanor se giró y vio al niño pequeño que iba hacia a ella. Pero también junto a su esposo. Algo que le hacía sonreír.
Ella comenzó a pensar y a darle gracias a la Virgen de Altagracia por todo lo que había pasado tras el intento de asesinato de Tristán. Y supo que el amor de su vida tenía razón. Todo iba a ser felicidad tras lo que había ocurrido.
―Alejandro, deja a mamá tranquila. Esta muy cansada y necesita reposar para que no le pase nada a tu nuevo hermanito ―la voz masculina le llenó de paz.
Eleanor se acercó a Carlos. Quien llevaba cogido de la mano a su primer hijo. Al cual le pusieron Alejandro. Y su marido no opinó al respecto. Ya que sabía que le debía al que fue el amor de la vida de su esposa, mucho más que la vida de ella.
Carlos besó a su esposa. Quien estaba más guapa que cuando hacían el amor cuando tenían intimidad.
Cuando le soltó los labios, él cogió a su hijo y abrazando a su esposa, miraron el jardín de su nueva casa. Una casa que había comprado Carlos para formar una familia ahí.
―No puedo creer que hayan pasado siete años desde que me salvaste la vida.
―Y siempre lo haré nena.
Ella llevó la mano de Carlos hacia su estómago y notó una patadita del bebe que esperaban.
―Nuestra niña será una guerrera como su madre.
―También como su padre. Nuestros hijos serán dignos de tener lo que nosotros hemos tenido.
―Te amo nena. Que no se te olvide que te prometí en el altar que estaría en lo bueno y en lo malo. Como también en la salud, en la enfermedad, en la riqueza o en la pobreza.
Entonces, ella abrazó a padre e hijo y miraron como el atardecer se ponía en su nuevo hogar.
Por unos instantes, ella notó algo en su piel. Algo extraño que no podía explicar. Sin embargo, sabía que ese algo le estaba dando paz. Algo que no había sentido hasta ese día con completa tranquilidad. Fue cuando recordó las palabras del que un día fue el amor de su vida y supo que había sido él quien le había tocado. Pero en algo se equivocó. Pues si le había sentido, aunque él no le hablase o se le apareciese en sueños desde que estuvo en el quirófano debatiéndose entre la vida y la muerte.
Entonces, ella rezó para que Alejandro descansase en paz y que su alma fuese feliz donde estuviese. Una felicidad que había recibido ella tras lo que un día intentó hacer su pasado. Un pasado que se quedó atrás.Fin.
ESTÁS LEYENDO
Tú. Mi Pasado
Romance¿Qué harías si tu pasado repercutiese sobre las vidas de tus seres querido y tuvieras que decidir entre ambas cosas? ¿Qué harías si tu pasado interrumpe en tus planes de futuro? ¿Qué harías si tu pasado interrumpiera tu felicidad parar siempre? Tris...