30. "No acaba".

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Dos dias después del fallecimiento de la segunda hija de Rhaenyra Targaryen, Visenya. Rhaenyra y sus hijos, buscan hacer el encuentro de fuego más íntimo, hay ciertos guardias quienes protegen y respaldan a la reina. La reina se mira devastada junto a su esposo y consorte Daemon Targaryen.
Se sabe que ella no ha sido coronada pero siendo la heredera eso no importa realmente.

Los pasos cansados que se estaban acercando hicieron que Deanerys dejará de ver su mano entrelazada con la de Alessandro. Un guardia del castillo, que ella reconoció como el gemelo Erryk, era el más bajo de los dos.

Los guardias más cercanos a la reina Rhaenyra desenfundaron sus espadas para erguirlas en su dirección, viéndolo como una amenaza. La princesa Deanerys se acercó a aquellos hombres hasta llegar al lado del rey consorte, Daemon.

—No soy una amenaza, hermanos.

Aquel guardia paró al llegar casi al frente de esos guardias, para quitarse su casco de protección. Estos al verlo bien, solamente bajaron sus espadas. El príncipe Daemon y la princesa Deanerys ya se habían acercado por inercia con una de sus manos en las mangas de sus espadas, padre e hija comparten una mirada para luego de un momento mirar a sr Erryk que se acerca y se agacha en él la tierra para ponerse sobre una de sus rodillas dejando la otra de respaldo.

Traía una bolsa de tela, de la que sacó la corona del difunto rey Viserys l, Deanerys al ver esa corona miró al cielo con un nudo en la garganta.

—Juro proteger a la reina.

Aquel hombre hablaba con sinceridad y tranquilidad, la reina ya había puesto su atención en él.

—Con todas mis fuerzas, y dar mi sangre por ella.

Sr Erryk flexiona sus brazos ofreciendo la corona. Deanerys mira a Daemon y este asiente, se acerca para tomar la corona, teniéndola en sus manos —No tomaré a una esposa, no tendré tierras, ni engendraré un hijo —la siente pesada, su color amarillento, teniendo los emblemas de las casas grandes del poniente—. Yo guardaré sus secretos, obedeceré sus órdenes, cabalgaré a su lado y defenderé a su nombre y su honor.

Deanerys mira a sr Erryk con una sonrisa diminuta que no pasó desapercibida solamente por él. Ella se voltea y se acerca a su madre lentamente, viéndola con algo que ella llamaba calma pero bien sabía que la tormenta que compartía era obvia.

Con la corona entre sus manos, le pide permiso a su madre para colocársela con un asentimiento. Esta acepta, sus ojos llorosos hacen que a Deanerys también se le pongan así.

Ella si pensaba que esto era el fin, de las guerras y de las luchas internas, que todos estarían unidos alguna vez sin hipocresías, que habría perdón pero ¡ella estaba totalmente equivocada y nosotrxs lo sabemos muy bien! Solamente hay que prepararse, porque lo que se viene, talvez sería el final inminente de algunos linajes.

Cuando Deanerys se hinca, su prometido y el rey consorte lo hacen también.

—Mi reina.
—musita ella y Daemon al mismo tiempo, subiendo la mirada topándose con los ojos púrpuras de su madre. Volteando para atrás nota que todos repiten su movimiento, respetando a la reina.

[...]

—Mi padre mandó un cuervo para decirme que la boda será en Invernalia.

Deanerys siente la vibración del pecho de Alessandro al hablar. Estaba contra su pecho ya que habían dormido juntos, demostrándose el cariño y respeto que se tenían.

—Es mejor que se lo digas a mi madre, no creo que quiera festejar —Deanerys mira el rostro de Alessandro mientras este se ve pensativo mientras enreda sus dedos en el cabello de su casi esposa—. No ahora.

Secreto Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora