Secreto Targaryen

18. "Desquite".

Cuando Deanerys salió de aquella sala se dirigió a la tina de agua caliente que se encontraba al lado de su habitación, antes de meterse, obviamente se quitó la sangre aparte obviamente para no contaminar. Se quitó las únicas prendes que evitaban que estuviera en toda su desnudez, un vestido de seda que tomó de su habitación y su ropa interior.

Sentía su cuerpo frío pero aún así sentía que temblaba de calor. Metió todo su cuerpo hasta su cabeza, sumergida. Este baño estaba siendo el más relajante que jamás en estos tiempos había tenido.

—Diablos, que deliciosa.

Deanerys cerró lo ojos mientras solo su cabeza estaba fuera. Estuvo así por un buen tiempo hasta que llegó alguien a arruinar su momento de silencio.

—¿Está tibia?

Abrió y volvió a cerrar los ojos, los volteó mentalmente, cuando menos lo quiere ver más se le aparece.

—Revisa tú mismo, tío.

Deanerys se levantó para irse y dejarle el sitio solo a su tío.

—Oh no, no te vayas, en unos momentos me iré.

El pelo blanco se empezó a desvestir mientras veía fijamente a su sobrina. Aquella solo lo ignoro. Cuando Deanerys se sentó en una grada de la tina, vio como entraba una chica.

Pelo rubio, ojos claros pero no podía verla a detalle perfectamente, linda. Muy linda.

Su tío interrumpió sus pensamientos mientras hacía señas para que saliera de su rara ensoñación.

—Espero no te moleste.

¿Por qué debería? Se preguntó pero si encontró respuesta.

—No se preocupen.

Deanerys volvió a sumergir su ceniza y cerrar sus ojos, ya no podía estar en la paz divina de antes. Cuando se levantó de nuevo, Aemond estaba sentando en una de las gradas y la chica, estaba sobre él, besándolo eufóricamente.

Deanerys se sintió incómoda y asqueada porque mientras se besaban él la miraba a ella y cuando Daenerys se levantó para irse él vió su cuerpo, separando a la chica automáticamente para sonrojarse. La pelo blanco salió de la tina solo para ponerse el vestido de seda e irse. Se había incomodado y excitado.

Sabía que pronto debía sería su primera vez, se fue a caminar y a unos metros de la cocina alguien chocó con ella.

—¡Lo siento!

Esa persona la ayudó a levantarse tratando de que no se le viera el rostro y ella solo volteó los ojos quitándole la capucha.

—Aegon, no seas patético.

Aegon se acomoda el cabello y Deanerys solo lo mira, juzgándolo aunque pensándolo él podría ayudarla con su problema. Nunca se había imaginado darle un beso a este tío, podía ser bueno o podía ser malo.

—¿Qué haces a estas horas fuera de tu habitación, mujer?

Aegon pone las manos en su cintura y ve a su sobrina con una ceja alzada mientras la escanea notando su escasez de ropa sonrojándose levemente.

—Siempre haciendo preguntas que no responderé ¿estás sobrio? Qué raro.

Era más raro ver a Aegon sobrio a que ver a Aemond perdiendo un combate cuerpo a cuerpo.

—Lo estoy, estaba buscando comida pero me dió pereza tardarme más.

—¿Tú con pereza? Creo que el fin del mundo se acerca.

Aegon hace una risa sarcástica y su sobrina solo lo mira medio riendo. De un momento a otro Deanerys lo lleva contra la pared.

—¿Me vas a sesinar ahora? ¡Dioses! que fácil será.