Al día siguiente vieron mejorías drásticas en el Rey Viserys, Su nieta mayor lo fue a visitar, y se encontró con su tío Aemond en la habitación del rey.
Cuando el rey la vió se le iluminaron los ojos.
—¡Oh, hola niña bonita! ¿Qué te trae por aquí?
Deanerys solo se dedicaba al verlo por no querer mirar a su tío sentado al lado de él.
—Averiguaba si querías ir a dar un paseo con Darrai y conmigo.
El rey tose cubriendo sus intenciones. Aemond solo ve a su sobrina vestido de un vestido negro que le cubre casi todo excepto su cuello, donde ve que lleva su obsequio.
—Oh, lo siento tanto mi niña bonita, me siento muy débil —el hijo del rey le pasa un vaso con agua y cuando toma le echa una ojeada a su hijo, las manos de ambos estaban temblando levemente, uno por enfermedad y otro por nervios—. ¡Ya sé!
Cuando Deanerys escuchó que su abuelo tenía una idea no pensó tanto en el sujeto que también estaba en dicha habitación. Sonrió esperando la respuesta de su abuelo.
—Que te compañe Aemond —el señor se aferra a las sábanas como si de un niño se tratara—. Yo hoy me siento muy débil pero igual, pronto será el torneo.
La risa de Deamerys se congela y mira a su tío que la está viendo.
—Entonces no podré porque quería charlar contigo.
El rey vio cómo ella rechazaba a su hijo, raramente. Siempre fueron amigos pero luego de vez que alguien el sus nietos se sacaron el ojo ya no había tanta confianza. Suponía él, si supiera que es por la tensión.
—¿Quieres que cómo rey te ordene?
—No.
Su sonrisa crece en un gesto de inocencia mientras que su hijo y nieta están al borde del colapso.
—Entonces vayan, diviértanse por mí.
—Padre ¿no crees que es mejor que yo te lleve al dragón y así ustedes den el paseo?
La cara del rey se pone seria y no les queda mas que aceptar.
—Si, exacto, vámonos.
Apesar de que su padre era muy gentil, daba miedo cuando se ponía en sus moños. Deanerys empezó a caminar maldiciendo en sus adentros que su tío hubiera estado en esa habitación. Su tío cuando salió de los aposentos del rey, la siguió. Vió como sus cabellos blancos caían por toda su espalda, esa espalda que lo vuelve loco y sus manos pálidas, pequeñas y delicadas iban en puños ejerciendo presión en casa pasó que cada más, acercándose a Darrai.
—Tenemos que hablar.
Cuando se estaba presionando contra su dragón, Aemond empieza a hablar.
—No tenemos nada de que hablar, tío.
Cuando él se sujetó de la cintura de ella enroscando sus brazos completamente, Deanerys tragó duro. Sería un tenso paseo.
Deanerys siente la respiración de él chocando en su cuello, dándole nervios y cosquillas. Se mantuvo quieta mientras su tío se esforzaba en hacerla saber que aunque sea tenían que hablar una vez en todo el paseo.
—Sé que piensas que te rechacé pero no fué por las razones que crees.
—¿Ah, si?
Realmente Deanerys no sabía qué pensar ya que si estaba al tanto de que ella había reaccionado mal siendo una hormonal ya que la dejaron con las ganas.
—Si, fue porque aún no merezco poseer completamente tu cuerpo.
Deanerys quería gritarle en la cara y decirle que él es el único que la logra merecer pero no, se mantuvo estática con las manos en las riendas de Darrai.
—Quiero que sepas Deanerys que yo he estado enamorado de ti desde antes de que tu hermano me quitara el ojo. Lo único que pensaba en cuanto me enteré que lo perdí era que ya no te vería, porque no tengo nada más que admirar que a ti.
Deany dejó a Darrai andar solo, su gran vuelo, no le daba miedo pues, ya se había acostumbrado.
—Lo ruda que eres en muchas circunstancias y lo delicada que eres en otras, siendo sincero eso, me vuelve cada vez más loco por ti.
—¿Acaso no lo entiendes, Aemond? No debemos estar juntos.
El corazón de los dos se partió nuevamente.
—Pero ¿porqué? Si los dos queremos, podemos.
—Tu madre, hermano y abuelo me odian a muerte, aún es un milagro que no hicieran algo en mi contra cuando le diste el puñetazo a Aegon.
—Ellos no harán nada.
Aemond quería sonar seguro de sus palabras pero no pudo.
—No los subestimes, tu madre es capaz de todo por poner una corona en alguna de las cabezas de sus hijos.
—¿Quieres que renuncie a mi derecho a la corona? Lo hago. ¿Quieres que me una al bando negro? Lo haré.
Deanerys se vió a sí misma negando con la cabeza y dando un fuerte suspiro, el aire estaba escaso.
—No quiero eso, quiero que no muera mi familia por culpa de ustedes.
Cuando a Deanerys se le empezó a quebrar la voz Darrai se empezó a dirigir a Rocadragón. Aemond ya no supo que más decir.
Lo único que sabía Deanerys era que el nombre de Aemond era inolvidable, lo tenía ya viviendo en su corazón, antes de que lo lograra olvidar siempre lo vuelve añorar.
Cuando al fin llegaron, se fueron a sus respectivas alcobas, no sin antes darse una mirada, que contenía emociones, no pasión, si no tristeza.
Cuando Deanerys llegó a su habitación antes de cerrar su puerta, algo la golpeó fuertemente a la cabeza, dejándola desmayada.
—Llévenla ante la reina.
El cuarteto de hombres, cubrieron el cuerpo y uno lo cargó en su hombro como si de un costal de papas se tratara. Aemond, temía, no sabía de lo que su madre era capaz por la ambición de su abuelo. La Reina había pedido a su equipo fiel de seguidores que trajeran a la hija de Rhaenyra para darle una lección por meterse con sus dos hijos al mismo tiempo.
La reina tenía muchas cosas en mente para su nieta.
.
.
.
Todo sucede lentamente...¿List@s para el siguiente capítulo? Creo que no.
*inserta risa malvada* nos vamos a enojar.
![](https://img.wattpad.com/cover/324026273-288-k758392.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Secreto Targaryen
أدب الهواة"Amar no es para débiles pero te hace saber con cada parte de ti que tienes una debilidad".