Secreto Targaryen

29. "Traición".

Los días pasaron rápidamente y los que estaban en rocadragón recientemente se habían enterado de la pérdida de su rey y la traición a la corona. Deanerys estaba al lado de su madre, cuando su abuela Lady Rhaenys les dió aquella noticia que provocó que su madre tuviera un adelanto de su parto.

Deanerys estuvo al lado de su madre, hasta en los peores momentos, cuando su madre sostuvo a su difunta hermana en brazos lo único que podía era darle apoyo a su madre mientras lloraba por su querido abuelo Viserys, el primero en su nombre. Lloraba de ira mientras aún pensaba en la pésima traición que han recibido. Ella no lo esperaba.

—Madre...

Daenerys guió su mirada a la entrada mientras acariciaba a su madre quien arrullaba a su bebé sin vida. Su apariencia era una rareza, las escamas que adornaban su piel simbólicas a la sangre de dragón que corría por sus venas. Lucerys y Jacaerys entraron viendo a su madre en uno de sus peores momentos.

—Creo que es mejor que la dejemos estar sola... —las palabras de la princesa Deanerys hacen que sus hermanos asientan, se gira hacia su madre—. Si quieres nuestra compañía solo llámanos, madre, siempre estaremos para ti.

Rhaenyra arulla a su bebé mientras asiente, Daenerys solo quisiera olvidar ver a su madre tan mal, los sentimientos de impotencia e ira son los amigos más cercanos de la princesa.

Salen de su habitación y los príncipes miran las ropas de su hermana, las cuales están húmedas, de sangre.

—Hermanos míos, tenemos que ser fuertes, honrar nuestros apellidos.

Ellos asienten.

—Espero que esté bien.

Lucerys mira a su hermana con los ojos brillosos, ella lo mira con una media sonrisa intentando reconfortarlo.

—Lo estará, ella lo logrará al igual que nosotros.

Los tres pegan sus frentes dándose el apoyo que rigorosamente ahora más que nunca necesitan.
Las manos de Deanerys toman las de sus hermanos.

—Es mejor que vayan a cenar, yo me iré a limpiar.

Cada quién toma su camino mientras Deanerys se va a su alcoba pero antes de llegar se topa con su tía, quien estaba viendo a un insecto.

—Me he enterado... sé que fué algún plan de mi abuelo, me duele admitirlo pero es la verdad —Helaena se levanta del suelo y toma las manos de su sobrina—. Tú mejor que nadie Deany, sabes que él nunca quiso ser rey.

Deanerys solo la observa.

—Pero lo es.

Deanerys se aleja de su tía mirando fijamente la puerta y su alcoba, al entrar mira a Alessandro, sentado en su cama y este al verla se para.

—¿Estás bien? —ella lo mira agotada, mientras empieza a desabotonarse el traje de la parte de arriba, él solo la observa—. En nombre del norte sentimos mucho las pérdidas que ahora sufrió tu familia. En el poco tiempo que estuvimos con tu abuelo y rey, nos dimos cuenta del amor, cariño y respeto que sentías por él.

Deanerys se quita la ropa quedando como solo la había visto su madre, Alessandro no tarda en pasarle una bata que ella acepta pero no se la pone, yendo a su baño, se mete a la tina, algunas partes de su cabello estaban completamente rojas y viscozas, había visto, ayudado en un parto de su madre.

—¿Estás bien, nube?

Ella recuesta contra la esquina de la tina su cabeza mientras siente el agua llegar a todas partes de su cuerpo.

—Lo estaré si me acompañas, ahora.

Aún con los ojos cerrados pudo sentir las grises esferas de Alessandro chocando contra su cuerpo, empezó a escuchar como aquel joven empezaba a quitarse cada prenda que cubría su esbelto cuerpo. El hombre que se deslizó a su lado, se empapó completamente para tomar una esponja y pasarla por la clavícula de la princesa.

Él sabía que lograría hacerle olvidar el mal rato.

—A mi nunca me vieron con inocencia ¿sabes? Siempre pensaron lo peor de mi y no se equivocaron.

Empezó a hacer un leve masaje en su clavícula que la hizo jadear, estaba demasiado estresada. Ella sabía que tarde o temprano habría una guerra, era inevitable.

—Siempre supieron que sería su infierno y creo que me gustará terminar de hacerlos arder.

Un motivo necesitaba Daenerys. El destino y los dioses se encargarían de dárselo.

—Si tu fueras el infierno, me quemaría solo por sentir tus labios contra los míos de nuevo.

Ella abre los ojos y las esferas púrpuras y grises chicaron entre sí.

—Alessandro, necesito tu apoyo y lealtad, te seré sincera, me asusta no ser una buena esposa.

Alessandro deja de hacer su masaje y toma las dos mejillas de Deanerys con sus manos.

—El apoyo y lealtad de los que hablas siempre han estado, desde la primera vez que te ví. —Deanerys solo lo observa en silencio, cuando está a su lado siempre de alguna manera quiere dormir—. Desde que tus cabellos blancos, ojos púrpuras y tu mal humor se hicieron presentes en mí, no he visto otro lugar en el que más me gustaría estar.

—Tus palabras siempre provocan sensaciones y sentimientos de los que temo terminar explorar.

—No debes preocuparte por nada más, nube, la tormenta pasará y el sol brillará mostrándote todo lo hermoso que esconde.

Ella acerca su rostro al de él para dejarle un corto beso.

—Eso espero.

[...]

Deanerys despertó a dishoras de la madrugada, se tambaleaba y no sabía si era por el sueño o por cansancio. Al llegar a un pasillo que daría a la cocina y entrar, vió un gran tazón lleno de fresas grandes y rojas.

La saliva se le hizo agua.

Primero vió si no había nadie asomando su cabeza y lo tomó alejándose rápidamente de allí, llendo al lado de carne de la cocina, tomando una ternera muerta empezando a caminar con ella en su hombro llendo a visitar a Darrai.

Llegando a la jaula de su dragón, la abrió lentamente mientras este asomaba la cabeza lentamente.

—Vamos Darrai.

Darrai obedeció y ambos fueron a sentarse en el campo pequeño de dragones, Darrai devoraba la ternera y Deanerys comiendo las fresas a su lado.

—Aveces creo que es una ilusión que nos entendamos ¿sabes?

El dragón la vió, mientras ella sentía que talvez todo era falso y ella no existía.

—Aunque es obvio que sea porque tengo sangre de dragón ¿no?

El dragón alzó la cabeza al cielo, mientras Deanerys también pero masticando su fresa.

—Pero, igualmente si fuera una ilusión, me gustó que fueras parte de esto junto conmigo.

Daenerys se acerca a Darrai para acariciar sus escamas, mientras le sonríe levemente. Algunas estrellas solo son unidas por la noche y otras cuando el sol brilla con fuerza.

.
.
.
Apesar de que lo intento siempre se me hace poco.

¿Que tal están? Estaré actualizando un poco más seguido, se viene la danza. :<