Capítulo 19

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Capítulo 19

La princesa María volvió con un semblante nada bueno. Y aparte de sentía avergonzada, jamás le había pasado algo así.

M: les ofrezco una disculpa nuevamente... De seguro me cayó algo mal de lo que comí...

"O quizás pescó un virus en el viaje, Su Alteza..." — Dijo el único hombre en la sala.

M: es posible... (Pensando en esa opción)

Sec: ¿desea que marque una cita con el médico, Su Alteza...?

M: no creo que sea necesario, pero si para mañana no me siento bien, te lo hago saber...

Sec: claro que sí...

La asistente entró con un vaso de agua.

Asist: ¿cómo se siente...?

M: mejor... Gracias por el agua y por retirar el té... Podemos seguir...

El resto de la reunión de trabajo transcurrió con normalidad.

María empezaría desde esa semana a acompañar a Esteban en todos sus actos, y de vez en cuando tendría actos en solitario.


******************


Esa misma tarde recibió junto con su marido un grupo de niños exploradores.

Al tratarse de infantes, fue difícil seguir el protocolo, ni los instructores lograron hacerlos actuar como adultos, porque no lo eran.

A todos los sentaron en la alfombra y Esteban hizo lo mismo, pero frente a ellos, María no quiso quedarse atrás y se sentó a su lado, aunque calzaba tacones.

E: ¿trajeron sus cuerdas...? ¿Qué clases de nudos saben hacer...?

Los niños respondieron que no llevaron más que sus brújulas con ellos, y el príncipe pidió que les consiguieran sogas para todos, mientras escuchaba las clases de nudos que no sabían hacer.

Ni 5 minutos cuando les llevaron el pedido y hasta María recibió una.

A los pequeños exploradores se les hizo muy fácil hacerlo, pero no a la princesa.

M: no recuerdo hacer ese nudo... Arruiné la soga...

E: no te preocupes, eso pasa... Los exploradores somos expertos en desatar nudos, no sé las niñas exploradoras...

M: claro que también...

E: Detén el mío...

M: yo puedo hacerlo...

E: no quiero que se te dañen las manos... Déjame a mí...

Fue la audiencia más divertida que ella había tenido. Hasta vio cantar a Esteban con los niños, y les prometió ir con ellos a uno de sus campamentos...

M: eres muy bueno con los niños... (Caminando abrazada a él por los pasillos)

E: solo con los exploradores, por esos nuestros hijos tendrán que tomar el curso...

M: no hablas en serio... ¿y si no quieren...? No vamos a obligarlos...

E: tienes razón... No los obligaría a nada... Bueno, quizás a ciertas cosas... ¿quieres galletas...? Nos regalaron muchas, pensé que nos las venderían...

M: ¿galletas...? No, no me apetecen... He estado algo mal del estómago...

E: ¿qué tienes?? ¿Le hablaste al médico??

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