Capítulo 30

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Capítulo 30

Finalmente lo conocía... Ni en fotos lo había visto, Esteban al profesor de arqueología no, mientras que el susodicho al príncipe por supuesto que sí. En televisión, periódicos, revistas, internet...

Y absolutamente todos pensaron lo mismo, era más alto e imponente en persona. Y guapo...

Pero también tenía un alto grado de humildad, que le hizo extenderle la mano al tal Ernesto.

Gesto que el otro hombre ignoró, dejando al príncipe con la mano extendida.

Y no era Esteban quien debía sentirse avergonzado, sino el arqueólogo. Por su falta de educación.

El príncipe le dio la misma importancia que aquel tipo merecía, es decir, ninguna.

Quien sí se indignó y mucho fue María, por amor y por las hormonas, 2 fuerzas que movían a las mujeres.

M: ¿qué te pasa, Ernesto??

E: María, cálmate...

Ern: ¿preguntas qué me pasa?? ¿Piensas que no tengo orgullo y que debo de darle la mano al hombre que te arrebató de mi lado??

Ernesto intentó acercarse a María, pero Esteban no le iba a permitir ni que la tocara, así que se interpuso entre ellos.

E: no tiene importancia, María... De verdad...

Ern: vino aquí para regodearse de quien es, ¿no?

M: Esteban y yo vinimos con deseos de pasar una velada agradable, entre amigos...

E: es mejor que vayamos a sentarnos...

M: ¿quién se cree para hacerte ese desplante??

Ninguno de los presentes se imaginaron ver una escena como aquella.

Ern: Nadie... No soy nadie... Por eso preferiste los lujos y las riquezas...

El príncipe contuvo tanto las ganas de practicar un poco de boxeo esa noche, pero sí le habló muy molesto.

E: no le permito que hable así de mi mujer. Ni a usted ni a nadie. Así que cállese.

Ern: ¿por qué debo callarme? ¿Porque usted lo dice??

M: Esteban, ven... Vamos...

Lo más sensato era alejarse. Incluso irse, pero sería una descortesía con la cumpleañera.

Cla: María... Su Alteza... Lamento tanto el incidente... Por favor, les ofrezco mil disculpas...

E: no es culpa tuya, no tienes por qué disculparte...

Cla: no creí que algo así iba a suceder...

M: yo no creí que fuera tan inmaduro...

El príncipe miró a su esposa con cara de "te lo dije"

E: el incidente no tuvo importancia, ¿eh? Vinimos a compartir un rato con Claudia, ¿no es así, María...?

M: sí... Por eso viajamos hasta aquí...

Cla: mil gracias por eso... También por el regalo, me encantó...

M: con mucho cariño...

Otros invitados llamaron a la anfitriona unos minutos después y se disculpó para ir con ellos.

Esteban aprovechó y le tomó una mano a María, se la llevó a los labios.

E: ¿estás bien...?

M: sí... Avergonzada contigo...

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