Capítulo 3

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Hello, hello :)

No se olviden de comentar, por favor.

Se dice que el príncipe Daemon ayudó a la princesa Rhaenyra Targaryen a escapar de la fortaleza pasada la hora del buho. Ambos, camuflados, recorrieron las calles, permitiéndose ver la vida de la gente común.

Muchos comentan que la princesa Rhaenyra estaba emocionada ante todo lo que veía; mientras que el príncipe Daemon no podía apartar sus ojos de ella.

La noche continuó para ambos en un búrdel de la zona, de los más frecuentados por hombres de alta cuna y mujeres nobles.

Lo que allí sucedió, aún es un misterio.

Aunque ya se han empezado a esparcir algunos rumores... 

DAEMON

Habia entrado la habitación de Rhaenyra sin el permiso de nadie. Para su suerte, nadie lo había visto entrar a la habitación para las ropas que había comprado y el mapa que esperaba la princesa siguiera.

De que ella fuera capaz de hacerlo dependía el plan que había trazado.

Pero nada podía ser perfecto, y a mitad del pasillo se encontró a la reina Alicent. Lucia cansada y triste, caminando sola perdida en sus propios pensamientos.

—Príncipe Daemon —saludó ella, al darse cuenta de su presencia—. ¿Qué hace en estos pasillos? Sus aposentos están en el ala opuesta.

—Paseaba. ¿No se me tiene permitido pasear? —contestó Daemon, usando su humor envenenado—. No tuve oportunidad de felicitarte en tus nupcias. Ni por el nacimiento de mi sobrino. Tu padre debe estar ciertamente feliz.

—Lo está, se lo aseguro. Al igual que lo estábamos todos antes de tu regreso —escupió ella.

Daemon rió.

—Oh, querida Alicent... Tanta rabia contenida... ¿Sigues sintiendo celos de mi sobrina? —preguntó, con una sonrisa—. ¿Qué mas quieres? Estas casada con el rey. Ciertamente ninguna muchacha te envidia, pero es un logro.

—No te atrevas a decir una palabra más —amenazó Alicent.

—¿O qué? ¿Me culparas ante mi hermano? ¿Irás corriendo a decirle a papá que el príncipe Daemon fue malo contigo? Por favor, Alicent. Sabes que me debes un favor por no contarle a nadie lo que sucedió hace años.

Alicent trago grueso.

—Eso fue hace ya mucho tiempo. Y, aunque lo confesarás, nadie te creería.

—Ciertamente no tengo nada que ganar, pero sembraria la duda en algunas mentes de la corte acerca de tu castidad al momento de casarte con mi hermano.

Alicent lo observó, furiosa.

Había cometido un error una vez, dejándose guiar por los deseos de la carne en vez de por la razón.

Solo había sido un beso. Un tonto beso acompañado de algunos tocamientos impropios por parte de ella hacía él.

Aunque Alicent habia querido más. Ella estaba dispuesta a entregarse a él, pero él la había rechazado.

Wanna be Yours (Daemon & Rhaenyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora