Capítulo 15

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¡Buenas, buenas! Nueva semana, nuevo capítulo. He puesto tantísimo esfuerzo en este capítulo que creo lo van a notar en cada palabra (me ha quedado larguísimo, pero no se merecen menos).

Por favor, si os gusta, no os olvidéis de dejarme aunque sea un comentario. De verdad que me motiva muchísimo.

Dicho esto, hasta la semana que viene <3

Ah, casi se me olvida.

ADVERTENCIA+18

Rhaenyra sintió que su respiración se volvía irregular mientras observaba a su esposo, que no mostraba el menor signo de que aquello fuera una broma de mal gusto por su parte. ¿Cómo podía estar tan tranquilo ante la idea? ¿Acaso le parecía bien? 

Estaban recién casados, lo normal sería que quisiera pasar todo el tiempo posible con ella, que no sintiera necesidad de nada más.

Por lo menos así se sentía ella en lo que a él respectaba, sobretodo después del estrés que habían supuesto estos días.

Daemon, por su parte, no entendía de donde provenía el enfado tan repentino de Rhaenyra. El príncipe pensaba que ella se alegraría de que su padre quisiera darle un puesto más permanente, algo que hiciera menos probable que le exiliara en su próximo ataque de ira. Viserys podía no estar del todo de acuerdo con su unión, pero por lo menos mostraba voluntad para mejorar las cosas.

Rhaenyra y él podrían tener un hogar en la Fortaleza, indispensable si Rhaenyra pensaba convertirse en reina y tenían que mantener a los Hightower lejos. Además, Daemon ya había sido Comandante de la Guardia Real antes, había convertido a esos hombres en lo que eran ahora. Nadie mejor que él podía encargarse de ellos.

Bajo su mandato, Daemon se aseguraría de que las calles de Desembarco del Rey fueran seguras para cuando Rhaenyra ascendiera al trono. Sería un problema menos en el que pensar, y permitiría a la gente común ver que los príncipes estaban comprometidos en mejorar la vida del pueblo.

Sus abuelos, más concretamente su abuela, habían estado implicados en mejorar la vida de la gente común. El pueblo —en su inmensa mayoría— los había amado por ello, y su legado se habia perdido bajo el mandato de su hermano. Tendría que hablarlo con Rhaenyra, ver si ella estaría dispuesta.

Aunque la princesa era inteligente y perspicaz, no había hecho nada por asegurar su posición en el trono, cosa que Daemon no terminaba de entender. ¿Acaso no era consciente del peligro que corría? Realmente, no importaba si Rhaenyra se había dado cuenta o no — Daemon no pensaba permitir que siguiera por el mismo camino, no con Otto Hightower en las sombras tramando planes para quitarla de en medio.

—¿Comandante de la guardia real? —repitió Rhaenyra, intentando que el enfado no tildara su voz. No tenía porque perder los nervios antes de tiempo.

—Es un gran honor —concedió su esposo, con suavidad, valorando la reacción a sus palabras—. Serviré al reino y eventualmente a ti.

Eso fue la gota que colmó el vaso. La rabia le empezó a latir en las venas y Rhaenyra sintió que su respiración se volvía pesada, tanto que Rhaenyra considero sentarse en el borde de la cama a tomar una bocanada de aire.

Se movió de donde estaba, pero en lugar de ir hacia la cama, le dió la espalda.

No quería mirarlo a los ojos, porque si seguía mirándolo temia romperse y comenzar a llorar desconsolada, lo que la harían perder toda la razón en su argumento. Rhaenyra no quería que su tío la viera como una niña débil. Ya no. Ella era una mujer, su mujer. Eran iguales en todo lo que importaba y no pensaba romperse ante él.

Wanna be Yours (Daemon & Rhaenyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora