Capítulo 12

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Gracias por todos los comentarios y por la paciencia. Estoy infinitamente agradecida.

RHAENYRA

Su padre estaba claramente furioso. Con ella, con Daemon, con los dos en igual medida, eso no importaba. Lo único que importaba es que no había forma en el universo de que Rhaenyra consiguiera convencerle de que la decisión que había tomado era la correcta, y que era él quien se equivocaba en juzgar con tanta dureza a Daemon.

Aún así, intentó no titubear. Con la mano de su esposo tomando fuertemente la suya con cariño, Rhaenyra caminó con la barbilla en alto, bajo la mirada de todos los lords ahí presentes. Parecía que todos habían sido invitados a presenciar lo que estaba por ocurrir, y Rhaenyra no tuvo duda de que todo era obra de Otto Hightower, que ciertamente disfrutaría de la posibilidad de verla caer para que el pequeño Aegon fuera rey.

Rhaenyra notaba las miradas de todos los presentes. Algunas, para su sorpresa, eran de respeto, admiración e incluso un poco de temor. Aunque Rhaenyra se había casado por amor, sabía que una unión entre ella y Daemon devolvería la gloria a la casa Targaryen, gloria que muchos respetaban, y que otros tantos temian.

—La princesa Rhaenyra Targaryen, heredera al trono de hierro, y el príncipe Daemon Targaryen, su consorte real —anunciaron a su entrada.

Rhaenyra miró a su alrededor. Distinguía al primer hijo de la casa Strong, Harwin Strong. Un buen hombre había oído, y se había encargado de la guardia de la ciudad después de que su tío había abandonado. No habían coincidido más que en algunas contadas ocasiones, pero era un hombre leal y agradable con ella.

Habia demostrado su lealtad y su interés genuino por ella cuando la había descubierto aquella noche con su tío, y no había mencionado una sola palabra a nadie. En cierto modo, él era el primero que había sabido del romance entre ellos, mucho antes de que corrieran los rumores.

Cuando Harwin reparó en que la princesa le miraba, dibujo una pequeña sonrisa al tiempo que hacía una reverencia. Harwin Strong no solo era un buen hombre, sino que admiraba a la pareja. 

—Padre —saludó Rhaenyra.

—Hermano —dijo Daemon.

La vena del cuello del rey se hinchó de una manera que ninguno de los príncipes creía posible, como si el parentesco que les unía le disgustara.

Rhaenyra observó a Alicent, a un lado junto a su padre y algunos miembros de la familia Hightower. La miraban con odio la mayoría, pero también con una cierta envidia.

—Mi reina —dijo, mirando a la que alguna vez fue su amiga.

Esta la miraba con enfado y resentimiento.

Rhaenyra podría mentir y decir que se arrepentía de haberse aprovechado de los intentos de Alicent por hacer las paces en su camino a conseguir casarse con su tío, pero lo cierto es que no sentía arrepentimiento alguno.

Alicent había sido la primera en traicionar su confianza, y ella habia traicionado ahora la suya. Habiendo ambas cometido una traición, ahora sí que podrían intentar dejar el pasado atrás.

—Alicent —dijo Daemon, a regañadientes después de su esposa le hizo un gesto para que mostrara respeto.

Lo último que necesitaban era ofender a la reina, la única persona con potestad de intervenir a su favor ante el rey, con un poco de suerte.

Wanna be Yours (Daemon & Rhaenyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora