CAPÍTULO 19: Reconciliación

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Sunoo recorrió gran parte de la planta baja sin éxito en su búsqueda por Sunghoon. Decidió salir unos minutos para tomar aire. Se acercó a una zona cercana a la gran piscina, donde se encontraba una llamativa fuente de hielos con botellas de vidrio y latas. Además de ser iluminada por luces azules y púrpuras encontradas en el interior de la misma. Tomó un jugo de uva y se sentó en una orilla para beberlo. La bebida era refrescante, y el aire frío golpeando su rostro lo reanimó luego del calor abrumador que desprendían las personas dentro de la mansión.

Relajó sus hombros y se sumergió en sus propios pensamientos. Sunghoon estaba presente en cada una de las ideas que le llegaban a la mente. Pensó en cómo se sentiría al respecto: <<¿Estaría molesto por su repentina huida? ¿Estaría harto de esperarlo y buscaría a alguien más? ¿Decidiría terminar con esa confusa relación que mantenían? >>
Probablemente estaba siendo muy dramático, pero no podía evitar sentirse culpable por ir a un ritmo más lento. Tenía muy claras sus intenciones con Sunghoon, pero al mismo tiempo lo invadía el miedo de que el mayor perdiera el interés por él al esperarlo.

Recordaba con detalle cada una de sus palabras cuando confesaron que se gustaban mutuamente. Pero ¿qué tanto tiempo podría mantener esas palabras? Ahora que se conocían mejor que antes ¿se habrá aburrido de él? En la mente de Sunoo era algo posible. Y no podía forzarlo a seguir gustándole, la atracción solo te aseguraba un interés momentáneo, tener una relación iba más allá y se relacionaba con sentimientos más profundos. ¿Sunghoon seguía queriendo tener una relación con él, luego de sus constantes interrupciones y retrasos?

Igual, Sunoo sabía que quedarse ahí sentado no solucionaría nada. Tenía que encontrar a Sunghoon y hablarlo directamente con él. Se levantó decidido luego de terminar su jugo, sacudió un poco la superficie de su chaqueta y estrechó el paso para encontrarlo y aclarar las cosas lo más rápido posible.

Mientras caminaba por los bordes de la gran alberca, logró escuchar unas risas a lo lejos, sumergidas entre los árboles y algo alejadas de la casa. Caminó en dirección de donde provenían esas sonoras carcajadas, buscó con la mirada a los costados en busca de alguna persona entre los árboles. Y luego de un rato, por fin pudo ubicar a un grupo de personas amontonadas alrededor de una piedra que usaron como mesa para jugar cartas. Algunos chicos estaban sentados en los extremos, otros parados para observar el juego y otros en grupos más reducidos bebiendo y hablando acerca de otros temas completamente diferentes.

Se acercó dudoso para escabullirse en busca de Sunghoon. Y cuando llegó al centro de la multitud lo encontró. Estaba enfrente de él, del otro lado de la bola de personas que jugaban cartas. Estaba abrazando por los hombros a un chico alto. Ambos bebiendo un líquido rojo en copas de cristal con pelotitas de luz que le daban un toque extravagante. Se veía alegre. Sunoo caminó sigiloso por las orillas, pero al estar a unos cuantos metros, toda la atención de los chicos explotó en aclamaciones y abucheos mezclados. Dió un brinco del susto.

— ¡Mierda! —maldijo uno de los chicos que jugaba cartas. La mitad de personas detrás suyo suspiraron molestos y comenzaron a sacar billetes de sus bolsillos o carteras.

— ¡Que viva el Rey Nicholas! —se levantó el chico del lado opuesto con los puños alzados causando más risas entre la multitud, que eventualmente empezó a corear una porra. El chico empezó a tomar los billetes de todos los demás, se le veía muy animado. Sunoo dedujo que estaban apostando — No iba a dejarte ganar en mi casa, Jo —se burló Nicholas, dándole un toquecito en la frente con los dedos al otro.

Luego del susto, Sunoo logró llegar hasta un costado de Sunghoon. Tocó levemente su hombro para llamar su atención. Sunghoon, junto con el chico que abrazaba y un par de personas más alrededor, dirigieron sus miradas a él, esto lo hizo sentir algo intimidado.

No controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora