CAPÍTULO 25: Un día en la feria - Parte 4

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Sunghoon y Sunoo caminaban tomados de las manos. El menor balanceaba sus brazos jugando mientras miraba interesado las tiendas y demás juegos de alrededor. Sunghoon llevaba en la otra mano un frappe de chocolate con menta, el favorito de Sunoo. Había empezado a oscurecer y los juegos mecánicos se veían aún más extravagantes con las luces de colores que los decoraban. Los dos se habían subido a un par de juegos no tan extremos y se entretuvieron en los locales de peluches, donde Sunghoon ganó un pequeño zorrito que le regaló al menor, en ese momento Sunoo lo abrazaba con la mano que tenía libre.

Sunoo no lo comentó, pero se había dado cuenta de que al mayor no le agradaban las montañas rusas, así que prefirió buscar otros juegos. En su tranquilo camino se cruzaron con la fila para la rueda de la fortuna, el menor la miró con anhelo, aunque no sabía si Sunghoon le tendría miedo a las alturas. El mayor notó la mirada de Sunoo y apretó más su mano.

— ¿Quieres subir? —preguntó. Sunoo se volteó a verlo con algo de sorpresa, y luego de estudiarlo con la mirada supuso que no sería tan desagradable si subían juntos.

— Si —contestó con una sonrisa.

— Entonces vamos —Sunghoon le dió un rápido beso en la sien y lo jaló con delicadeza hacia la fila.

No muchos de los jóvenes estaban entusiasmados por ese estilo de juegos, por lo que pasaron casi al instante. Se subieron a la pequeña cabina con paredes de cristal. Los asientos rojos eran cómodos y de una textura suave. Se sentaron en lugares opuestos para quedar de frente. El juego comenzó a funcionar y los elevó lentamente, la vista era sorprendente. Cuando estuvieron cerca de llegar a la parte más alta, la noche había abarcado por completo el firmamento. Los edificios, los autos, y también los juegos y locales, iluminaban la zona. Y por encima de todo el paisaje se encontraba la luna, que por alguna razón parecía más brillante y redonda esa noche. Era hermoso.

Sunghoon se giró hacia su acompañante, siempre le habían parecido cursis y aburridas ese tipo de escenas, pero ahora las entendía perfectamente y le agradaban. La imagen de Sunoo contemplando con asombro la ciudad era simplemente hermosa, quería guardar ese recuerdo para toda la vida. No pudo despegar la mirada, se concentró en admirar cada parte de su fino rostro, su suave cabello iluminado levemente por la luna, su clara piel, pero su sonrisa... definitivamente estaba experimentando la sensación de derretirse vivo, ver la sonrisa de Sunoo le provocaba tantas emociones que tuvo que parpadear varias veces para disimular su intensa mirada. Al menos Sunoo no se percató de que el mayor lo estaba observando.

Sunghoon llevaba días pensando en formalizar su relación, pero de nuevo, no quería tomar decisiones apresuradas. Aunque ese parecía el momento perfecto, pensó un rato más en sí sería lo adecuado. Finalmente tomó una decisión, pero antes de decir una palabra el menor se volteó.

— Voy a tomar un poco, me dió sed —se rió luego de tomar el frappe y dar un pequeño sorbo a través del popote. Sunghoon ahora se sentía nervioso, pero ya no había vuelta atrás.

— Sunoo... —se inclinó un poco para tomar la mano que el menor tenía libre — tal vez sea muy pronto para ti, así que no necesitas corresponderme, solo quiero decirte que... me gustas desde que te conocí, y estar a tu lado se ha vuelto mi pasatiempo favorito, en el transcurso de estos meses te has vuelto alguien verdaderamente especial para mi... Te amo y...quisiera que fuéramos novios —el mayor se sorprendió un poco por sus palabras, en su mente creyó que se trabaría en cualquier momento.

Sunoo se ruborizó a más no poder y los nervios dominaron su cuerpo, estaba a punto de decir algo, pero se olvidó por completo que estaba bebiendo del frappe. No alcanzó a tragar todo el líquido por la sorpresa y comenzó a toser, sus dedos también dejaron de funcionar y un leve temblor lo hizo soltar la bebida, o eso creyó, pues el mayor alcanzó a tomarlo en el aire para evitar que se derramara. Aunque no pudo evitar manchar un poco su suéter. Por fin, Sunoo dejó de toser y recuperó la compostura.

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