CAPÍTULO 25: Un día en la feria - Parte 3

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— ¡No mames! que pendejo —se lamentó Jake luego de perder contra Niki en una mesa de futbolito.

— ¡A huevo, perro! Yo decido —gritó el menor triunfante, pues ahora le tocaría escoger el próximo juego — Vamos a ese  —señaló a una montaña rusa azul en la que los asientos estaban sujetos por la parte de arriba y los pies de los chicos iban colgando.

— ¡No, ni madres! yo si me mato ahí, wey —contestó el mayor asustado.

— Lo prometiste, pinche Jake —se quejó.

Tsk, de acuerdo, esta bien, esta bien —Jake alzó las manos rendido — pero haya tú si te vomito —advirtió, en un último intento por que el menor se negara a ir a ese juego.

— Claro que no, ahora ¡vamos! —Niki lo empujó por la espalda con fuerza, pues Jake recargó todo su peso, resistiéndose a avanzar — ¡Shim Jake! —el mayor se enderezó con un puchero y se dejó guiar por el menor. La fila no era tan larga y avanzaba a un buen ritmo. Aunque aún quedaban unos minutos para su turno. Jake decidió acorralar al menor con un tema pendiente del que tenía mucha curiosidad.

— Y... ¿hay alguien que te guste? —preguntó recargándose en los barandales de metal de la fila. Niki se giró atónito <<¿A qué se debe esa pregunta?>> pensó. El menor se sentó en el barandal paralelo y se mantuvo con una expresión pensativa. — O ¿hay alguien que te parezca lindo? —Niki lo volvió a mirar directamente a los ojos, parecía que había acertado en la descripción.

— Em... bueno... si, hay alguien —contestó apenado y se rascó el cuello nervioso. A Jake se le desorbitaron los ojos, no esperaba que fuera tan sincero y que respondiera a su pregunta sin insistir un poco más.

— ¡¿En serio?! ¿Quién es? —obviamente Jake sabía que se trataba de Taki.

— Es Taki... — <<Joder, que bueno soy para estas cosas>> se alagó mentalmente el mayor — Pero solo me parece lindo, eso es todo, no pienses otra cosa —

— ¿Pensar otra cosa? ¿cómo qué? —decidió molestarlo un poco.

— ¡Tú sabes qué cosas! —por primera vez, Jake vió al menor con la cara colorada como un tomate. Esto se estaba volviendo divertido.

— Y dime, ¿que hizo que tu corazón frío y amargado, que nunca se había enamorado, se haya interesado por él? —

— No mames— Niki lo miró molesto, pero luego de pensar en la pregunta decidió responder —pues... es divertido y... ¡yo qué sé! ¿guapo? —Jake lo miró divertido, irritando de nuevo al menor. — ¡Ya basta! no me mires así —se levantó de la barandilla para taparle la cara de forma juguetona. — Avanza que ya casi es nuestro turno —Jake soltó una corta risa.

— ¡Niki está enamorado! ¡Niki está enamorado! —comenzó a tararear.

— ¡Callate! —le tapó la boca avergonzado, pero no lo negó.

Llegaron al inicio de la fila y luego de unos minutos, fueron los siguientes en pasar. Decidieron sentarse hasta los lugares de enfrente. Luego de abrochar sus cinturones y que los encargados de la atracción les colocaran las demás protecciones del juego, empezaron a avanzar. Unos escalofríos recorrieron a Jake al notar como sus pies comenzaban a tambalearse en el aire, apretó las hombreras del juego y se volteó a Niki, quien parecía de lo más normal. El trayecto se desvió hacia arriba, dejándolos totalmente de forma horizontal, a Jake le empezaban a dar cosquilleos más fuertes. Llegaron a la punta más alta del juego y este se dejó caer, no dejaba de dar giros de 360°, luego subía y los bajaba de cabeza. Jake perdió la noción de donde estaba el suelo y donde el cielo, pero empezó a reírse por la sensación. Niki también soltaba una que otra risita en las partes más fuertes.

No controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora