CAPÍTULO 23: Espontáneos

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El despertar de Niki no fue tan placentero. Se encontraba roncando con fuerza y con sus extremidades extendidas. La cama era bastante cómoda y el clima era el ideal, no tiritaba de frío y no sudaba por el calor. Todo estaba en orden para una siesta perfecta a su parecer, hasta que sintió una gran bofetada en su mejilla que lo despertó en un instante, seguido del grito agudo de un chico.

— ¡Lo siento! ¡Lo siento! no te reconocí y me espante —empezó a hablar Taki con un ritmo acelerado. Niki se sentó y lo miró con el ceño fruncido mientras se sobaba la zona golpeada.

— ¡¿Eres idiota?! tienes la mano pesada —se quejó — deberías comprarte lentes —

— ¡AAARRGHH! —gritó una tercera persona. Taki y Niki saltaron del susto e inmediatamente se abrazaron.

— ¿Qui-quién es? —señaló el menor a la cama de al lado. Se levantaron en silencio y se acercaron cautelosos a un costado. Fuera quien fuera esa persona, estaba boca abajo con el trasero alzado y roncando de una forma espantosa. Niki retiró las enredadas sábanas de su cabeza y por fin pudieron descubrir de quién se trataba, era K. De seguro tuvo algún sueño extraño. Los dos chicos suspiraron aliviados.

— Joder, es muy ruidoso —

— Tu roncas igual —dijo Taki haciendo ruborizar al mayor, quien apenas se había percatado de que durmieron juntos.

— ¿Qué hora es? —Cambió de tema. Taki buscó algo en los bolsillos de sus pantalones y chaqueta, luego regresó a la cama para remover las sábanas y por fin logró encontrar su celular debajo de una almohada.

— Son las 4:00 de la tarde —

— ¡4:00 de la tarde! —

— ¿Estás sordo? —se burló el menor. Niki también buscó su celular, no podía creer que se había quedado dormido toda la noche en esa casa, con un montón de extraños y sin saber nada de sus amigos. Al leer sus mensajes se quedó congelado: "Voy a dormir en la casa de Sunghoon", "Jay me acaba de traer a mi casa" <<¡¿Esos hijos de puta me abandonaron?!>> pensó. La puerta de la habitación se abrió y de nuevo, los menores se asustaron, pero al ver los rostros conocidos relajaron sus hombros.

— ¡Niki! que bueno que ya despertaste, oí un grito y me preocupé —dijo Jake adentrándose a la habitación, seguido de un chico más alto, Heeseung.

— ¡Jake! que bueno que tú no me abandonaste como Sunoo y Jungwon —Niki corrió a abrazarlo.

— Jay y Sunghoon me dijeron que se irían con ellos, y como estuve con Heeseung confíe en que K te cuidaría bien —Jake sonrió de forma inocente y Heeseung hizo un esfuerzo sobrehumano para aguantarse las ganas de reír. Niki lo fulminó con la mirada indignado.

— Con ¡¿él?! —Niki señaló a K, quien seguía en la misma extraña posición y con la misma potencia en sus ronquidos. Jake se encogió de hombros.

— ¡Hey! ¿Qué problema tienes con K? —bromeó Taki.

— En fin, nosotros ya nos íbamos, venimos a despertarte para llevarte a tu casa —dijo Heeseung. Niki sintió sus palabras como un rayo esperanzador, los chicos al menos eran considerados con él. Se giró hacia Taki dudoso, no sabía si también necesitaba irse a su casa o si necesitaba buscar a alguien. El menor pareció notarlo.

— No te preocupes por mí, yo me voy a ir con K y otros amigos —aclaró.

— De acuerdo, entonces... ¿adiós? —

— Adiós —Taki y Niki sostuvieron sus miradas unos segundos más <<¿Qué rayos? ¡Voltéate ya, Niki! pero, mira que bonitos ojos tiene... ¡No!>> Niki terminó haciendo una gesto raro, no entendía porque su cuerpo no reaccionaba. Fue entonces que el sonido de Jake aclarándose la garganta lo sacó de esa extraña atmósfera que había experimentado. Taki también reaccionó y apartó la mirada, parecía... ¿avergonzado? Niki no pudo deducir por qué el chico tenía las mejillas coloradas.

No controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora