CAPÍTULO 28: Nuevo comienzo

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Finalizó la primera temporada de exámenes de ese semestre. Los chicos por fin podían darse un respiro de los proyectos finales y de las pesadas noches de estudio. Y como era costumbre, Niki, Jungwon y Sunoo hicieron otra pijamada. Esta vez fue en la casa del menor, ya que les menciono que tenía algo muy importante que decir y que necesitaba de su ayuda. Al terminar el horario de clases del viernes, se encontraron en la cafetería.

— ¡Estoy acabado! —se quejó Jungwon recargándose en el menor.

— Vienes de educación física, pinche puerco, no me toques —dijo Niki empujándolo.

— El calor apesta —murmuró Sunoo.

Se dirigieron a la salida de la preparatoria, donde solían estacionar sus bicicletas. Jungwon se subió en una y Niki en otra junto con el mayor, quien no quiso manejar por el agotamiento. El trayecto era tranquilo y disfrutaron de las leves brisas de aire. Hasta que llegaron a una bajada algo empinada y decidieron hacer unas carreras. Niki terminó ganando y Jungwon gritó frustrado para luego estallar los tres en carcajadas.

Al llegar a la casa de Niki dejaron las bicicletas votadas en la entrada y se fueron directo a la cocina para beber un vaso de agua. Estaban sedientos. Luego subieron a la habitación de su amigo y se recostaron de forma horizontal a la cama, el menor se acostó en medio. Sunoo puso algo de música en su celular y se quedaron pensando mientras escuchaban las canciones aleatorias.

— ¿Y qué pasó? —preguntó Jungwon volteándose curioso hacia Niki, aún no sabían lo que el menor les quería decir.

— Es cierto, ibas a decirnos algo —Sunoo se giró apoyándose en sus antebrazos. El menor se sentó y recargó su espalda en la pared, se le colorearon un poco las mejillas.

— Se los diré... con una condición —

Yaaah déjate de mamadas y suéltalo —se quejó Jungwon.

— ¿Qué condición? —A Sunoo le estaba pareciendo interesante la actitud de su amigo, casi nunca pedía ese tipo de cosas, debía ser algo que le avergonzara mucho o que debían mantener en total secreto.

— No griten —dijo.

— Eso es fácil —contestó Jungwon con una sonrisa retadora, su amigo estaba aumentando sus ansias de saber que rayos tenía que decir.

— Bien... —Niki se aclaró la garganta — me gusta Taki —confesó. Miró con detenimiento a sus dos amigos, que tenían la boca abierta y los ojos desorbitados. Se miraron entre ellos, sonrieron y luego voltearon a ver a Niki.

— ¡MAMONA! —Sunoo empezó a gritar por el cuarto dando pequeños saltitos emocionando.

— ¡Cállate, pinche perra loca! —Niki tomó la almohada más cercana y se la lanzó, pero aún con todo eso no logró callar a su amigo.

— ¡NIKI! —Jungwon imitó los gritos del mayor y lanzó patadas al aire.

— ¡Era la primera y unica chingada regla, joder! —se quejó Niki levantándose de su cama para forcejear con Jungwon.

Fueron unos largos minutos en los que sus amigos no dejaban de gritar emocionados y soltar frases sin sentido al aire. Niki los persiguió por toda la habitación con su almohada, pero eran tan escurridizos que mejor optó por jalonearlos. Los tres terminaron tumbados en el suelo entre carcajadas. Sunoo no podía parar de reírse por el rojo rostro del menor, era algo que pocas veces se podía apreciar. Mientras que Jungwon imitaba el sonido de besos nombrando a Taki cada cierto tiempo, Niki le tapaba constantemente la boca, pero el mayor lograba librarse de alguna forma. Al final, Niki también terminó explotando en carcajadas.

No controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora