1 de Septiembre, 1966.
— ¡Buenos días! —Dijo Berbi feliz mientras entraba a la cocina de su casa en dónde estaban todos.
Esa mañana era la primera de toda su vida en la que estaba vestido y casi perfectamente arreglado antes de las 9 am sin que nadie le hubiera pedido hacerlo, incluso él lo había realizado voluntariamente, sorprendiendo a toda su familia que lo observaba tan extrañados como alegre, quizás era por el hecho de que se había levantado con tanto ánimo que cualquiera dudaría si había perdido el juicio, sobre todo al pensar que exactamente hace un año atrás había estado llorando por el sólo hecho de pensar que tendría que separarse de su padre para ir a ese mágico colegio del que no sabía hasta entonces, sin embargo, ahora todo eso había cambiado y es que ahora era tanta la emoción que sentía por saber que en tan solo un par de horas más volvería a ver a sus amigos, tal vez contarle sobre su extraño verano, escucharles, tener la esperanza de que O'Brien no dejaría el colegio, planificar quizás algunas bromas, volver a correr por esos pasillos de piedra, recorrer una vez más los montes aledaños al castillo.
Se preguntaba si este año los Gryffindor ganarían la copa de quidditch, aunque sentía un poco de desesperanza al pensar que casi la mitad del equipo ya se habían graduado el año anterior, por lo que ahora sólo quedaba una persona que jugaba bien, Baktrik, pero tenía la fe de que él podría lograr sacar adelante el campeonato, o eso al menos podía asegurarse ya que Saint Claire se había quedado a alojar con ellos durante todo el resto del verano desde el campamento y, a suerte del albino, se había convertido en su compañero de cuarto al dormir en cama de su melliza, Antu, quien le había cedido voluntariamente la mitad de su cuarto al visitante, lo que daba la sensación de que se estaba convirtiendo en un Aeneas más, ya que compartía un poco de tiempo cuando el hermano mayor de ellos entraba al dormitorio de su hermano para hablar de lo que sea, también era partícipe de las discusiones que se provocaban entre ellos para decidir qué comer por las tardes, incluso escuchaba las historias que Bælfire contaba sobre los superhéroes, hasta ya recibía los consejos que Eskol les daba sobre sus aventuras de adolescente, la vida, la música y el arte, aunque aún seguía pasando gran parte del tiempo charlando con Andrew, sobre todo en las tardes luego de almuerzo, dónde se iban a volar en escobas hasta la cena.
Dormir bajo el mismo techo les había permitido sostener a ambos chicos largas conversaciones durante toda la noche sobre ese tema, aunque también hablaban de otras cosas, como hechizos de defensa, Francia, los Rolling Stones (Banda que se estaba volviendo la favorita del rubio al escucharla tanto en casa de los Aeneas), algunos consejos para afrontar el segundo año escolar, aquella carta en la que le habían dicho que este año sería prefecto (lo que había significado que tuvieran una cena de celebración), también sobre Astrid Admes, la ex buscadora y capitana de Gryffindor, quien también era una de las personas más admiradas por el chico de cabello rubio, señalándola como su principal mentora, quien, junto a River, le había enseñado casi todo lo que sabía del juego, además de ser una de sus principales confidentes, refiriéndose a ella como "Mejor amiga".
Todas esas noches los habían vuelto más cercanos a ambos, tanto que al francés ya no le importaba vestirse en el mismo cuarto ni comenzar con su rutina de belleza que incluía cremas distintas para su cara, cabello y cuerpo tras sus largas duchas matutinas, incluso eran capaz de compartirse temas profundos como que Andrew le había enseñado hace unas semanas a afeitarse por primera vez, aunque también sobre Cosette Baudelaire, la chica francesa quien había sido su vecina desde que tenía uso de razón, a quien el chico de ojos turquesa le daba el título de "Amor de mi vida", frase que provocaba cierto enojo injustificado en el peliblanco, haciendo que su pecho doliera, sobre todo cuando él viajó a verla en tres ocasiones durante el verano acompañado de Admes, aumentando el malestar, sobre todo al saber que por besarla le había sido infiel a Meredith McGowan, la Ravenclaw de cuarto año que seguía siendo su novia.
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Star-Man
RomanceBerbi Aeneas es un joven albino inglés que realmente sabe poco y nada del caótico mundo exterior de los años 60'. Siempre ha estado concentrado en la pequeña burbuja que lo rodea, la cual contaba de unos papás amorosos, hermanos revoltosos y la músi...