Capitulo 2: La Pieza

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"Otro callejón sin salida" Raditz resoplo y puso sus manos detrás de su cabeza, aburrido. Habito que incluso su tonto hermano tenía. "¿Como es que nadie sabe nada? ¿No que Kakarotto era uno de los guerreros más fuertes de los doce universos?"

"Cállate, por favor" dijo Vegeta, desconsolado.

Era el vigésimo primer planeta que visitaban entre los que habían marcado en el mapa del universo siete. Nuevo Namek, Yadarath, un planeta sin nombre y muchos otros que habían sido recomendados por la Patrulla Galáctica. No había rastro de Kakarotto, ni siquiera un avistamiento, nada en absoluto. No tenían pistas, no tenían ideas.

Caminaron a paso vivo por las calles periféricas de esa ciudad hipertecnológica, la capital del planeta Takioine.

Habían viajado a lo largo y ancho de los rascacielos, conocido a personalidades importantes e incluso participado en eventos mundanos de dudoso disfrute para poder congraciarse con personalidades importantes, pero no habían llegado a nada.

"Vamos, salgamos de este almacén" Dijo Vegeta bruscamente.


"El señor está nervioso"

El gruñido de un ser humanoide al costado del camino los hizo frenar. Estaba allí, de cuclillas sobre un escalón de mármol pulido, envuelto en una extraña capa de colores brillantes. De piel arrugada, amarilla y marcada. Con tres grandes ojos hundidos en su espaciosa frente. Parecía un mendigo comparado con la mayoría de las personas en ese planeta rico. Además, no parecía un lugareño.

"El señor siempre está nervioso" Raditz se rio burlonamente.

"Porque le falta una pieza. Al señor le falta una pieza. Una pieza que hace falta" grazno el anciano, luego señalo con el dedo a Vegeta.

"Una pieza perdida. Una pieza que hace falta" Continuo con una especie de canto fúnebre. Se envolvió mejor en su capa de colores y se levantó para acercarse, pero ambos Saiyajin dieron un paso atrás.

"Bien...quizá te falta una pieza, pero a este tipo le faltan algunos tornillos" susurró Raditz en su oído.

"Dagrabah" susurró el anciano, acercándose cada vez más para volver a poner al Príncipe contra la pared. Raditz al ver eso, no traiciono su naturaleza asesina y preparo su mano para poder acabar con esa vida, pero Vegeta lo detuvo con un gesto firme.

Tenía un sentimiento extraño acerca de ese hombre.

"¿Que dijiste?" entonces pregunto Vegeta, desde un costado.

"Dagrabah. En Dagrabah hay alguien que puede ayudar a encontrar esa pieza que le falta al señor" canturreo el anciano y, tras dirigirle una última mirada penetrante con sus tres ojos, se giró y con un salto volvió a sentarse en el suave escalón "una pieza, una pieza perdida"

Vegeta comenzó a respirar de nuevo con el ceño fruncido. La extraña sensación disminuyo cuando el anciano siguió repitiendo cosas sobre la pieza perdida.

La pieza ¿Qué era esa pieza?



Y así fue como llegaron al planeta Dagrabah, solo porque en el planeta Takioine un extraño anciano les había dicho que fueran allí. Y esa era su mejor pista, en dos meses.

Solo demostraba cuan escasos de ideas estaban.

Incluso antes de que la nave colocara sus largos pies amortiguadores en la plataforma de aterrizaje octagonal, Vegeta pudo ver claramente con sus propios ojos lo extraño que era ese lugar.

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