Capitulo 5: El Presentimiento

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"DETENGANSE DONDE ESTAN, MANOS A LA VISTA. ¡ESTAN BAJO ARRESTO!"

El que hablo fue un alienígena gordo, grumoso, de piel morada con un gran blaster doble en la mano y un uniforme demasiado ajustado para su prominente cuerpo.

Vegeta y Raditz no se alertaron en lo absoluto, pero tampoco se movieron.

Estaban rodeados de armas que les apuntaban, pero, suponiendo que ese gran grupo de personas posee un poder de pelea medio-alto, A Vegeta literalmente le habría tomado un chasquido de sus dedos hacer volar ese lugar, incluidos los blasters, las personas y toda la plataforma.

Sin embargo, lo único que le interesaba, era que la nave permaneciera en buenas condiciones para viajar. Precisamente por eso, cuando sintió el Ki de Raditz arder, Vegeta lo miro con dureza solo para hacerle entender que no había necesidad de arrasarlo todo tan pronto.

A lo largo de los años, el príncipe había aprendido que un buen trato conducía a mejores resultados a diferencia de la total aniquilación.

Vegeta abrió las manos en señal de rendición y las giro hacia el alienígena morado.

"¿Cuál es el problema?" pregunto con calma.

Un murmullo cínico se elevó en la multitud.

"El problema, escoria, debería ser bastante claro" gruño el alienígena, casi asqueado. "No eres bienvenido aquí. Ni en Vortax, ni en el sistema Eldereen, ni en toda esta galaxia."

Vegeta que luchaba por entender porque estaba tan enojado, frunció el ceño. Años atrás no habría perdido su tiempo y le habría volteado el cerebro a ese imbécil. Y tal vez ese instinto estaba luchando por salir, causándole una picazón severa debajo de los guantes blancos.

"Estábamos a punto de irnos" Dijo, en cambio.

"E ir a otro lugar no le hace daño a nadie" agrego Raditz. Pero, a pesar de que él tenía razón, Vegeta le lanzo otra mirada aguda.

"Oh, claro que se irán a otro lado. ¡Directo al infierno! ¡El sitio adecuado para gente como ustedes!" otro alienígena ladró entre la multitud, cargando el Blaster.

"¿Gente como nosotros?" pregunto Vegeta.

"Saiyajin, la peor escoria del universo" siseó el primero, el de piel morada. Dio un paso más cerca y escupió demasiado cerca de las botas de Vegeta. "Pensamos que estaban extintos, para regocijo de todo este sistema"

El príncipe tuvo que recurrir a toda su buena voluntad para agarrar el brazo de Raditz y evitar que cometiera una brutalidad justificable. Probablemente habían sospechado de ellos por la cola de ese idiota, y ni siquiera podían decir nada en su defensa o hacerse los tontos: El documento entregado mencionaba claramente el alto cargo de Vegeta, príncipe de su especie.

"No estamos aquí para conquistar o destruir. Hace décadas que no operamos en nombre de Freezer." Declaro Vegeta.

Alguien se rió, alguien exhibió el más colorido de los insultos en el lenguaje intergaláctico.

"Eso no es difícil de creer, ya han destruido todo lo que se podía destruir por aquí" grito uno.

"No estamos aquí para negociar, estamos aquí para destruirlos de una vez por todas" resoplo el alíen de piel morada, luego de sostener mejor el arma.

Vegeta inhalo con fuerza por la nariz y puso los ojos en blanco. Hacía más de medio siglo que no recurría a cierto tipo de discurso. Excepto que en el pasado solía ser "Ríndete o mueres" y luego los habría matado igualmente. Mientras que en ese momento sintió que se había vuelto realmente más diplomático.

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