El lo había jurado.
Se había prometido a si mismo no caer en la trampa. Todo fue en vano, todo fue inútil.
Sin embargo, no fue el orgullo lo que ardió, no fue la dignidad lo que se rompió. Sino, la espinosa capa de hielo alrededor de su corazón. Eso se había roto, se había derretido.
Kakarotto lo había tomado con sus manos desnudas, con esos dedos llenos de luz solar.
Como el día que ahuyenta la noche, como el viento que ahuyenta la tempestad.
Fue una buena sensación descubrir que el príncipe aún podía amar. Alguien como él, cuya existencia había sido programada para todo, menos para dar y recibir amor, en cambio, había recibido esa bendición dos veces. Dos veces en una sola vida.
Vegeta no creía merecerlo. Estaba seguro de que no se lo merecía en lo absoluto, pero haría todo lo posible por estar a la altura. Y en ese momento, tal vez, estar a la altura significaba ponerle freno.
El hubiera preferido quedarse, habría apagado un poco mas su sed con esa fuente de sonrisas y miradas vivas, pero el era la parte racional. Debía ser racional por ambos.
"Kakarotto" susurró bajo la ventana abovedada con vista al universo.
Aunque era de esperar, Kakarotto lo ignoró. Sonrió y lo buscó de nuevo, sus manos encajadas en los mechones de su cabello y su boca húmeda, sentado justo frente a él.
Al inicio, fue un beso casto, casi tímido, temeroso. Se habían mirado aterrorizados, pero habían ignorado maravillosamente el terror y se habían dado otro. Y luego otro, cada vez menos casto, cada vez menos tímido. Y fue entonces cuando el cerebro de Vegeta había empezado a pensar y reflexionar, aunque era el momento menos oportuno para hacerlo.
Porque el lado racional de Vegeta era al menos tan bipolar como sus instintos.
Estaba dejando que Kakarotto lo besara y se preguntaba porque no lo había enviado al hiperuranio con un rayo de Ki. Estaba dejando que Kakarotto lo besara y se preguntó como diablos se las había arreglado para resistir todo ese tiempo.
"Kakarotto, detente..." murmuró, y cuando Kakarotto deliberadamente eligió ignorar su advertencia e incluso se atrevió a poner una mano debajo de su camiseta, la idea de enviarlo al hiperuranio se volvió mas solida. Sin embargo, era muy difícil poner sus manos sobre el pecho de Kakarotto y alejarlo aunque fuera unos pocos centímetros. ¡Y pensar que siempre odio el contacto físico con él! O tal vez en realidad no lo había odiado, sino que simplemente sabia que el contacto entre ellos era muy peligroso, pero eso eran solo detalles.
"Detente, nosotros...no podemos" Bueno, técnicamente si podían. Podían porque ya lo estaban haciendo.
Los ojos de Kakarotto se abrieron y su rostro inmediatamente se vio mas confundido. Siempre maravillosamente despeinado, con esas estúpidas mejillas rojas y esos ojos fruncidos.
Vegeta respiró hondo para calmarse. La racionalidad y el autocontrol se fueron a la mierda.
"Tú no eres... no eres realmente, uhmm, tú" balbuceo su majestad. Y al carajo también la sintaxis.
En ese momento podía imaginar claramente a un Raditz sentado en un cómodo rincón del infierno comiendo palomitas de maíz y riéndose.
"¿Eh?" preguntó Kakarotto, parpadeando un par de veces. La expresión repentinamente menos inteligente que le recordaba tanto a Vegeta esas tontas declaraciones del pasado. "¡Claro que soy yo!"
Si, definitivamente era él. Y eso dificultaba la búsqueda de buenas intenciones.
"Aun no tienes todos tus recuerdos. No estoy seguro de si harías esto si no tuvieras ese problema de memoria" suspiró Vegeta.
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Across The Universe
Fanfic*Traducción* Luego de un trágico evento. Goku decide irse y tomarse un descanso de la Tierra. Diez años después, no hay señales de su Ki. Se ha disuelto lentamente, volviéndose cada vez más tenue. Un mal presentimiento llevara a Vegeta a través de...