Capitulo 19: A Través del Universo

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En lo profundo del universo no puedes ver las estrellas, incluso si estas en medio de ellas. Todo es oscuro, un negro mas negro que la oscuridad.

Y cuando se apagó el ultimo destello, brillante y explosivo de Caps12, Vegeta podía jurar que la oscuridad era aún mas profunda. La oscuridad aún se reflejaba en los ojos antracita de Kakarotto. Ya no brillaban y dolía. Vegeta podía sentir a Kakarotto temblando de rabia, después de todo estaban en un espacio demasiado pequeño para dos personas. El príncipe se habría molestado normalmente, pero en ese momento además de necesidad había deseo. El deseo de ser golpeado directamente por esa frustración, compartir, soportar juntos esa carga.

Vegeta perdió su mirada en el universo. No hubiera imaginado que realmente podría sufrir por la perdida de Raditz, haberse encariñado mucho con él en esos meses, volver a conocerlo. Se conocían desde que entrenaron en las guarderías del planeta Vegeta, pero cuando crecieron y Raditz murió por primera vez, no le importo. Tal vez estaba un poco arrepentido, pero había aprendido a que le importara una mierda todos y todo. A mantenerse sin emociones.

Pero ahora Vegeta era una persona diferente. Todavía vivía las emociones de una manera silenciosa y poco convencional, pero sabia reconocerlas la mayor parte del tiempo.

Y sabiendo que Raditz se había sacrificado para mantenerlos con vida, sabiendo que el tonto de risa fácil había regresado al infierno hizo que Vegeta se sintiera mal. Y saber que Kakarotto había perdido a su hermano después de unas semanas de encontrarlo, finalmente hizo que Vegeta se sintiera el doble de mal.

Luego volvió a mirar a los ojos de Kakarotto, estaban llenos de lagrimas, rojos.

"Kakarotto... lo traeremos de vuelta" le dijo. Kakarotto lo miro y tragó.

"Sí...pero aun así duele"

Estaban acostumbrados a la reversibilidad de la muerte por causas no naturales y, sin embargo, quien sabe por qué, la muerte siempre asustaba lo mismo, dolía lo mismo. Vivir otro duelo -aunque sea temporal- después de todos aquellos que ya los habían devastado en el pasado, era como traer de vuelta a la superficie sensaciones asfixiantes.

Quizá eso era lo que hacia de la vida algo tan precioso. Tal vez eso fue lo que los hacia humanos.

"Lo sé..." simplemente, respondió eso.

Y, juntos, volvieron a mirar a la oscuridad mas oscura. Vegeta hubiera preferido volver a mirar las estrellas desde el tronco de un árbol, pero al menos estaban cerca. Al menos estaban compartiendo ese peso juntos.

Uno apoyado del otro, a través del universo.


✧☆∵✧☆



Se permitieron ese silencio y ese contacto por un tiempo que pareció dilatado y restringido a la vez, pero claro, la necesidad de hacer algo mas surgió.

Esa nave espacial de un solo asiento fue diseñada para un solo pasajero, por lo que la saturación de oxigeno no era suficiente para ambos y, lo mejor de todo, la conexión del sueño criogénico era solo una. No podrían ir a ninguna parte con ese naufragio aplastados como sardinas.

También, tendrían que hacer un gran desvió, directo a Nuevo Namek. Solo Porunga podría devolver a Raditz a la vida, ya que el había resucitado anteriormente.

Establecieron la ruta hacia el muelle mas cercano -que era de trece horas mas o menos- e intentaron en la medida de lo posible no desperdiciar su aliento en charlas para preservar las condiciones de oxigeno funcionales para la vida. Dormían en momentos alternos, incomodos, uno encima del otro en ese entrelazamiento que parecía algo así como un abrazo pero que no lo era en lo absoluto. No lo era, ¿verdad?

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