I'm flyin' with the Dragons

IV

Hicca no despegaba su mirada de los ojos azules de la chica frente a ella. Entre ambas se estaba formando una tensión que podría ser cortada fácilmente con una daga y el silencio era una clara señal de que había una conservación sin palabras al que ninguna iba a ceder.

Definitivamente no deberían dejarlas solas en una habitación con intenciones muy claras de querer matar a la otra cuando bajen la guardia.

-Habla.- dijo firme Astrid cruzada de brazos y afilando más su mirada. Pero no recibió ninguna respuesta, lo que la hacía enfadar más.

-Este... Perdón que interrumpa tu... Momento. Pero realmente no creo que ella entienda nada de lo que estamos diciendo.- habló un poco nervioso Patapez cortando el incómodo silencio.- Digo, parece ser que lo único que sabe hacer es gruñir.

Y eso le hizo recordar a Astrid cuando ella estaba despertando; el como se había abalanzado hacia ella como si supiera que estaba en peligro y a pesar de que trataba de asegurarle que estaba a salvo parecía no entenderla de forma genuina cuando ella estaba hablando con Bocón, el como gruñía como un animal tratando de comunicarse y sus garabatos no habían sido de gran ayuda si era honesta, y su último reflejo fue correr cuando sintió que hablaban de ella.

-Hace unas horas intentó comunicarse por medio de papel y carbón, así que no podemos descartar del todo la parte de salvaje ya que ella entendió lo que trataba de decirle.- comenzó a explicar Astrid.- Debe de haber una forma en la que podamos sacarle la información si no podemos entender lo que está tratando de hablar o escribir.

-Oh, vamos hermosura. Si hay alguien que puede lograr éste trabajo ese soy yo, ¡Patán!- exclamó el mencionado flexionando sus músculos y besándose.

-Creo que voy a vomitar.- mencionó Astrid cubriendo su boca.

-Patán, no creo que eso vaya a funcio-

-Silencio, Patapez.- interrumpió la gemela.

-Si, queremos ver cómo resulta esto.- comentó Brutacio chocando cascos con su hermana y riendo de una forma para nada preocupante.

-Solo déjenmelo a mí y verán como ésta salvaje va a comenzar pronto.- Patán dijo de forma orgullosa acercándose a la puerta dándole la señal a Astrid para que la abra para él.

Astrid no estaba para nada confiada o segura de lo que Patán podría hacer dentro de una celda con una chica que le dió verdadera batalla cuando trató de escaparse en la plaza. Pero por otro lado en serio quería que la chica le cierre el hocico al chico de una vez por todas.

Con una simple sacudida de hombros Astrid abrió la puerta de la celda y Patán entró con el pecho inflado por su orgullo; aunque jamás admitiría que se asustó cuando escuchó la puerta cerrarse detrás de él y su mirada conectó con los ojos reptilianos de la chica delante suya.

-Buenas tardes, señorita.- habló Patán ganándose un gruñido y suspiros irritados.- Parece ser que hubo un pequeño fallo de comunicación.

-... No tengo idea de quién es este troll, pero por su tono algo me dice que no me gusta nada de lo que está diciendo.- susurró Hicca para sí misma viendo de forma molesta al tipo delante suya. Incluso llegó a cubrir su nariz con ambas manos de tan horrible que olía.

-Pero no te preocupes, el gran Patán está aquí para ayud-¡AH!

Hicca ya estaba harta de tanta palabrería sin sentido y el tono egocéntrico, así que sin pensárselo dos veces se abalanzó hacía el chico haciéndolo caer al suelo y le aplicó una llave torciendo su brazo detrás de su espalda aplastando ambas piernas para inmovilizarlo.

-¡Alguien quíteme a éste animal salvaje antes de que me mate!- gritó desesperado.

-Nah, preferimos ver sangre.- hablaron los gemelos al mismo tiempo a la par que se reían del dolor de su amigo.