Extra: Como aprender a volar

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Ésta era una de las anécdotas que ambos disfrutaban recordar para pasar buenos momentos de risa y nostalgia.

Una de las reglas no escritas del nido en el que ambos crecieron era que todos debían de cuidar de Hicca, lo cual era a veces todo un reto cuando ella tenía demasiada imaginación y energía.

Pero sin duda una de las complicaciones era el traslado en el nido, pues en ese entonces no existían los puentes o pasadizos que te llevaban de un punto a otro, al contrario de la chica humana, todos podían volar con ayuda de sus alas tanto en sus formas humanas como en dragones.

Cuando Hicca tenía cuatro años ella comenzó a notar ese tipo de detalles y sentirse en parte culpable, pues si ella quería ir a otro lado o necesitaba algo ella siempre tenía que recurrir a los dragones adultos para que ellos la llevaran cargando.

Con una mirada decidida ella decidió recurrir a su esperanza.

Chimuelo.

-¡Chimuelo!- lo encontró en su cueva comiendo pescado.

-¿Hicca? ¿Qué haces aquí?

Hicca se había sentado frente a él y le explicó su dilema.

-... Entonces, ¿quieres que yo te enseñe a volar?- preguntó demasiado confundido Chimuelo.

-¿No puedo?- preguntó con mucha inocencia.

Chimuelo no tuvo el corazón para decirle la verdad al ver los ojos brillantes de su mejor amiga.

-Más bien...- intentó no romperle sus ilusiones.- Digamos que, bueno, como te explico... Tu... No estás capacitada para volar.- intentó cubrir la verdad lo mejor que podía.

-¿En serio?

-En serio.

-¿Sabes por qué?

-Que te lo explique Virran cuando seas más grande.- evitó reír al ver el puchero tan adorable que ella hacía.

-Entonces... ¿Tu sabes volar?

-Claro que sé hacerlo. Te puedo asegurar que yo ya sabía volar antes de que nacieras.- presumió con orgullo ganándose una mirada indiferente.

-Ya veo... Así que, creo poder pedirte éste favor.

Y así fue como una tranquila tarde como cualquier otra pasó a ser una ajetreada gracias a que Hicca trataba de volar con Chimuelo, aunque el Furia Nocturna no tenía experiencia previa con tener a alguien sobre su él e Hicca si cabía por completo en la espalda de un dragón más grande que su amigo.

El día estuvo lleno de fallos, caídas, estrellados contra piedras y árboles, casi golpeando otros árboles y cayendo al agua más de una vez.

Y ambos estaban hartos.

Pero aprendían de sus errores con cada caída.

Hicca incluso comenzó a desarrollar sus habilidades en la fragua con bastantes bosquejos e ideas sobre crear sillas para adaptarse a todos los dragones.

Con el tiempo esas ideas pasaron a ser de un plano completamente diferente ya que la chica se empeñaba únicamente en hacer la silla perfecta para montar únicamente en su mejor amigo, apreciando gracias a ello la sensación de libertad con el viento.

E incluso en un par de años ya dominaban bastantes trucos en el aire y harían planes para volar hacia otras islas y explorar el mundo. Pero por el momento ambos apreciaban la compañía del otro y el hermoso sentir del vuelo como si fueran uno solo.

Aunque esa es una historia para otro momento.

I'm flyin' with the DragonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora