IX

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Hicca esperaba no haber entendido esa parte- O bueno, esperaba que fuera un error de traducción.

La habían lanzado a la boca del lobo en el momento que le dijeron que debía tomar un entrenamiento con los demás jóvenes, ya que concluyó que sería su manera de mantenerla vigilada y hacerla actuar como una verdadera vikinga.

Supuso que al tener las mismas características que ellos, bueno en realidad el no tener ningún rasgo físico relacionado con los dragones, deben querer que ella se comporte y actúe como una humana.

Humana...

Esa palabra tanto en la lengua de los dragones como en la común sonaba demasiado extraña y no estaba tan familiarizada con el concepto después de todo.

Ella no era una. O eso era lo que trataba de convencerse a sí misma.

Hicca no era idiota, ella sabía muy bien que en el momento que se encuentre libre iría a buscar a Chimuelo donde sea que lo mantuvieran encerrado, haría el mismo intento que él hizo para sacarla, ambos huirían y a seguir con sus vidas.

Regresarán al Nido del Alaeterna, se disculpará con su padre y abuelo por no completar la misión y destruir sus expectativas; pero Hicca no tenía ni la fuerza mental ni física para hacer aquello.

Ella decepcionará a su familia.

Aguantaba las lágrimas y ahogó un sollozo cuando escuchó la puerta de su celda ser abierta por el vikingo que siempre la visitaba y hablaba con ella, a quien identificó como Bocón, y le hizo una seña con la cabeza para que se levante y lo siga.

-Vamos, Hilda. Un nuevo día y nada como entrenar a primera hora para pelear contra dragones.

Se tuvo que morder la lengua para evitar rugir del coraje.

Había pasado la noche leyendo ese Libro de Dragones, o bueno, al menos lo intentó con su conocimiento básico de lectura. Y eso si que fue un infierno.

Pero grande fue su sorpresa al encontrarse con la última página encontrando el nombre de su dragón, los Furia Nocturna, siendo una página completamente en blanco y con apenas información sobre que sus cualidades eran "desconocidas".

De haber podido se hubiera reído en sus caras y corregiría aquellos datos más dando uno que otro punto curioso sobre su mejor amigo.

Y eso sería darle información al enemigo.

Con un último suspiró se levantó de su rincón y extendió las manos para que le pudieran quitar esas molestas cadenas. El vikingo qué a veces vigilaba su celda, Cubeta, se acercó un poco nervioso a la chica comenzando a liberarla por sus pies.

El momento en que le quiten las ataduras de sus muñecas haría nuevamente su intento de escape. Cuando el simpático vikingo estaba a punto de quitarle las últimas ataduras la voz de Bocón tuvo que arruinar aquel bello momento.

-No tan rápido, Cubeta. Solo déjale la de las muñecas. No queremos repetir el incidente de hace unas semanas.

Hicca chasqueó la lengua y afilando su mirada asustando al pobre vikingo quien chilló del susto, pero Bocón ni se inmutó.

-Vamos, es hora de que inicies tu entrenamiento.

El camino a la arena fue tortuoso e incómodo para Hicca. Al caminar notaba las miradas de los pocos vikingos que se encontraban en la aldea llenas de disgusto y horror al verla caminar por las calles.

Estaba segura que muchos la habían visto o habrán escuchado de sus dos intentos de escape y que trató de hacerlo con Chimuelo, un dragón humanoide. Bueno, si es que ya sabían que era un dragón en primer lugar.

I'm flyin' with the DragonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora