Extra: Primera Interacción

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Todos pensaban que era una locura. Creían que el Alaeterna por fin había llegado a la etapa señil cuando anunció la profecía de una humana que viviría entre ambos mundos y sería la clave para vikingos y dragones.

Sin embargo fue aquella noche en la que Virran había traído a esa bebé vikinga a su nido que todos tenían sus mandíbulas hasta el suelo. Era tan solo una bebé, muy pequeña a diferencia de los demás que habían visto en las redadas; era prematura y pasó una semana a manos de un dragón. Era un milagro que siguiera viva.

Aprendieron que su nombre era Hicca, por lo que Virran pudo deducir al escuchar a un vikingo macho gritar ese nombre. Tenía el presentimiento de que ella haría cosas muy grandes y maravillosas en el futuro; pero eso no quitaba el hecho que de momento a ojos de los dragones ella era tratada como una marginada al no poseer ningún rasgo dragoniaco.

Pero había alguien más en el Nido que era tratado de esa manera...

Virran tomó la decisión de juntar a ambos, con el permiso de su rey, y organizó una pequeña reunión al día siguiente para que ambos se conocieran.

Claro que ya se esperaba que una cría de una Furia Nocturna con solo dos años y una bebé humana no se llevaran bien en el primer encuentro.

-Muy bien. Kreston, ella es Hicca. A partir de hoy tu deberás ser su guardián y amigo.- habló Virran cansado de los constantes gruñidos del dragón.

-¡Ni loco!- bramó muy molesto.- ¡¿Por qué tengo que hacerme amigo de ésta humana?! ¡Es totalmente ridículo!

El dragón mayor solo suspiró cansado y juraba que le iban a salir escamas blancas por su culpa.

Aprovechó que estaba en su forma humana para cargar a la pequeña Hicca, que ya tenía un año cumplido y gateaba hasta su padre, la tomó con cuidado y la puso a Kreston.

-Solo es una pequeña bebé inofensiva. Y te recuerdo que no es de caballeros lastimar a una dama, y mucho menos cuando no hace las cosas con intención, ¿verdad?- el Furia Nocturna solo se encogió en su lugar y repetía lo dicho con voz chillona. Pero el Windwalker no se dejó influenciar.- ¿Quedó claro?

No recibió respuesta, el mayor suspiró sentándose en sus rodillas y enseñándole a Hicca, quien estaba fascinada con la barba rojiza del adulto.

-Escúchame bien, Kreston. Tal vez yo no sepa lo que es ser el único de tu especie en un lugar totalmente grande y desconocido. Pero ella lo va a experimentar.- explicó ganándose la atención del menor.- Ustedes dos van a pasar por las mismas discriminaciones y malas miradas. Por eso pienso que lo mejor para ambos es que estén juntos y no dejen que esas cosas les afecten; sean el pilar del otro y que sean esa persona que puedan confiar en el otro. No lo hagas por mí, por Alaeterna, o por cualquier dragón, Kreston. Hazlo por ti y por ella. Sé su guardián y su mejor amigo.

Kreston parecía pensárselo y algunas palabras si llegaron a impactar en el corazón del jóven. Pero siendo una cría bastante orgullosa y terca solo respondió con un soplido y apartó la mirada.

Virran cansado de su comportamiento se volvió a levantar y dejó a una muy curiosa Hicca en el suelo que veía al dragón como algo inusual haciendo que su curiosidad solo creciera más.

-Está bien. Si así quieres jugar, no digas que no te lo advertí. Vas a cuidar a Hicca hasta que yo regrese, ¿entendido?- Kreston estaba a punto de protestar pero la mirada del dragón mayor le hizo tragarse todas sus palabras.- ¿Entendido?

-Sí señor...

-Bien.- sonrió un poco cuando acarició el cabello de Hicca y recibió una pequeña risa.- Vuelvo dentro de poco, Hicca. Pórtate bien.

-Baba...- trató de decir Hicca extendiendo sus manos.

Y así fue como Virran se fue dejándole lo que es probablemente la mayor responsabilidad a una pequeña cría cuando él apenas y podía cuidarse a sí mismo. Kreston bufó molesto y se alejaba de la chica para poder largarse de ahí y descansar en su área en el Nido, pero no dió ni dos pasos cuando sintió un jalón en su cola haciéndolo saltar y volteando a ver a su atacante.

Era esa molesta bebé humana.

El Furia Nocturna sacó sus dientes retráctiles y amenazó a la bebé de que lo soltara, pero eso solo pareció divertir a la pequeña quién rió con gusto y comenzó a jalar más fuerte su cola.

-¡Suéltame! ¡Te dije que sueltes mi cola, maldita renacuajo buena para nada!

Kreston jalaba su cola e Hicca pensaba que todo era parte de un juego lo que hacía molestar más al dragón. El mayor no pudo soportar más y le dió un jalón más fuerte a su cola logrando sacar a volar a Hicca.

Pero claro que su cuerpo era más pequeño y frágil que el de él, por lo que el impacto fue mayor y ella logró soltar su cola y caer al suelo.

Hicca por instinto y por el dolor comenzó a llorar con todas sus fuerzas y no tenía intenciones de levantarse del suelo, Kreston en ese momento sintió su alma abandonar de su cuerpo y se acercó como un rayo a la bebé y estaba bastante asustado por lo que Virran, o peor el Alaeterna, le harían si se enteraran de lo que acababa de pasar.

La tomó con cuidado entre sus patas y trató de ver en donde estaba la herida, por suerte vió que no fue en la cabeza sino en su brazo derecho. Sintiendo culpa se acercó lentamente a la zona herida y comenzó a lamer con cuidado logrando que Hicca pare de llorar y lo vea con ojos muy abiertos y curiosos.

-Listo...- la volteaba a ver y se encogía en su lugar.- ... Perdón... Prometo que no lo voy a volver a hacer... Perdón...- se disculpó.

Pero no se esperó sentir unas pequeñas manos en su cabeza dándole caricias y una hermosa sonrisa que parecía poner al sol en vergüenza por lo radiante que era. Estaba bastante seguro de que si se hubiera quedado en su forma humana ya hubiera delatado su sonrojo por la pena.

-Vaya que eres una pequeña renacuajo...- se quejó tratando de dormir solo para sentir nuevamente la presencia de la pequeña tratando de acostarse junto a él, al parecer el pequeño juego había logrado cansarla y ahora tenía sueño.

Kreston suspiró derrotado y solo se acomodó en su lugar, alzó una de sus alas y cubrió a Hicca con ella para evitar que la herida se infecte y que pase frío. No sabe cuánto tiempo había pasado pero de un momento a otro sintió los ojos pesados y terminó durmiendo con la imagen de Hicca en su regazo.

Virran no pudo evitar la pequeña sonrisa que se formó en su cara cuando finalmente encontró a sus pequeños protegidos en una bolita con Kreston usando su cuerpo para cubrir a la pequeña Hicca y como ésta última se aferraba a sus escamas para encontrar más calor.

Fue en ese momento que supo que había tomado la decisión correcta de juntar a ambos y que formaran una muy bonita amistad.

Claro que, él no tenía idea de que esa amistad pasaría a ser una hermosa y trágica historia de amor.

I'm flyin' with the DragonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora