Oscuridad.
Era lo único que estaba a su alrededor.
Apenas sentía que movía los dedos y los oídos le zumbaban.
Comenzó a abrir los ojos mientras intentaba levantarse con sus codos de manera lenta y tortuosa a la vez que todo el cuerpo le exigía a gritos que debía seguir descansando. Cayó de forma abrupta a la suave cama en la que estaba acostada tratando de volver a quedarse dormida-
Espera un momento, en su cueva no había camas así.
Volvió a levantarse de forma abrupta, esta vez ignorando las demandas de su cuerpo y su cabeza que no dejaba de dar vueltas. Era como si un Trueno Tambor le hubiera rugido directamente a sus oídos.
Comenzó a fijarse en sus alrededores una vez aclaró su cabeza, notando inmediatamente que no estaba en su cueva. Las paredes y el suelo alrededor suyo eran de madera en vez de piedra, así como había una pequeña ventana frente suyo, y lo más importante, la cama era cómoda y cubierta de pieles.
Intentó levantarse con un poco más de esfuerzo, eso hasta que escuchó lo que parecían ser pasos acercándose a donde se encontraba. Ideando un plan rápido se escondió a un lado de la cama, dándose cuenta que le habían quitado su cuchillo cuando se estrelló junto a Chimuelo.
Debía salir de ahí rápido a encontrar a su amigo e irse de la isla lo más rápido que puedan, ir a la isla de la Muerte Roja, y finalmente, volver a casa.
Escuchó pasos qué se acercaban a ella, se encogió más en su lugar y esperó el momento oportuno para que lo que sea que se acerque a ella estuviera más cerca y pudiera atacar.
Cuando los pasos cesaron Hicca se abalanzó sobre lo que creía ser su enemigo, ambos cayeron al suelo con Hicca sujetando firmemente la tela qué cubría su torso y con un puño en alto para dejarle claro que no estaba para bromas.
Más fue grande su sorpresa al ver que era lo que parecía ser una chica de su edad, pelo rubio y ojos azules, pero lo que más destacó para Hicca era que ella no poseía ningún rasgo que la caracterizaba de ser un dragón, al contrario, ella parecía ser...
Más como ella.
¿Acaso era una...?
Salió de su shock al escucharla... ¿Estaba hablando? No la podía entender en lo absoluto, pero por su lenguaje corporal y sus expresiones podía saber que ella estaba confundida y trataba de quitarla de encima.
-¡Cálmate, soy aliada! Estás segura... Quítate y hablemoslo.
La chica rubia le dijo a la castaña, pero al parecer no entendía lo que estaba diciendo así que optó por hacerle señas. Hicca se quitó sin confiar todavía manteniendo la guardia en alto y se alejó de ella a cuatro patas, cosa que extrañó demasiado a la chica.
-Soy Astrid.- se presentó extendiendo la mano hacia la chica.- ¿Me puedes decir tu nombre?, ¿O cómo es que te raptó ese dragón?, ¿De dónde eres?
Todas sus preguntas parecían ir de un oído y salir por el otro, no parecía ser que la chica entendiera algo de lo que estaba diciendo
-¿Puedes entenderme?- la postura erguida y los gruñidos leves de la chica fueron su respuesta.
-¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? ¡¿Dónde está Chimuelo?!- ahora fue Hicca quien preguntó, más Astrid solo escuchaba pequeños gruñidos y lo que parecían ser rugidos.
Lo que de verdad sorprendió a Astrid fue el hecho que los ojos verde bosque de la chica no parecían ser humanos, más bien parecían ser los de un dragón ante su presa; sus pupilas eran una fina línea y notó los pequeños colmillos que sobresalían un poco al levantar su labio.
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I'm flyin' with the Dragons
FanfictionHicca era solo una bebé cuando su vida dió un gran giro sin esperarlo. Desde que tiene memoria siempre ha estado rodeada de ellos, dragones de todos los tipos, tamaños y colores. Creciendo a su lado, enseñándole la lengua de los dragones como su med...