El tiempo pasaba demasiado rápido en un parpadeo. Los dragones se habían ahora encariñado con la única humana de su Nido, quien ya tenía tres años recién cumplidos y podía hablar la lengua de los dragones; o bueno, todavía seguía aprendiendo.
Algunos dragones estaban reunidos en el área común del nido y reían ante la ternura de ver a Hicca corriendo por todos lados extendiendo sus manitas para poder alcanzar a Kreston, quien igual reía tratando de escapar de su amiga a modo de juego.
En todo éste tiempo que ambos habían crecido juntos ellos habían formado un vínculo inquebrantable. Eran como la uña y mugre, ya que donde veían a uno, el otro siempre estaba a su lado; jugando, riendo, durmiendo. Siempre estaban juntos.
Y si algo habían aprendido todos es que Kreston era el más apegado y celoso dragón, ya que cuando alguien más intenta cargar a Hicca o jugar con ella él siempre se metía y gruñía a lo que llamaba "enemigos" o "rivales" y los aleja.
Nunca debías experimentar la ira de un Furia Nocturna.
Así continuaba su tarde hasta que Hicca tropezó por accidente con una piedra y se fue de cara al suelo, y como seguía siendo pequeña no pudo evitar las lágrimas caer por el dolor. Algunas madres reaccionaron ante el llanto y se iban a acercar para ayudar a la pobre pequeña, pero Kreston fue más rápido y llegó a su lado como si fuese un rayo tomándola con delicadeza con su boca con ayuda de sus dientes y le lamió la herida.
Hicca observó todo curiosa y sin avisar tomó la boca de Chimuelo para abrirla e inspeccionar su mandíbula y los dientes retráctiles sacándole un buen susto a los adultos al creer que Chimuelo podría morderla por accidente.
Más la preocupación cambió rápidamente por sorpresa al ver como Hicca se reía.
-¡Chimuelo!- comenzó a decir emocionada.- ¡Chimuelo!
Ante eso el Furia Nocturna quedó congelado en su lugar.
-¿Gedron?...- trató de decir.
Hicca por suerte lo soltó y comenzó a saltar en su lugar todavía con su alegría muy latente.
-¡Chimuelo! ¡Chimuelo!- repetía como un loro.
Ante esas palabras los adultos parecieron entender y se atacaron de la risa dejando al dragón muy confundido por lo que estaba sucediendo.
-¡¿De qué se están riendo?!- preguntó muy molesto dejándose abrazar por Hicca.
-Al parecer la pequeña Hicca te ha puesto un nuevo apodo.- comentó un Pisarrocas adulto.
-Aw, es tan adorable. Sus estudios han dado frutos y ahora es capaz de poner apodos.- se burló una Muerte Dulce.
Kreston estaba seguro de que si estuviera en su forma humana se burlarían más si notaran su sonrojo.
-¡Cállense! ¡Me rehúso a tener un apodo tan patético como lo es-
-¡Chimuelo!- interrumpió Hicca abrazando más fuerte al dragón.
El Furia Nocturna solo la observaba y dejó salir un suspiro de cansancio aceptando la derrota. Nunca podría decir que no ante la sonrisa y adorabilidad de su humana cuando se trataba de estas cosas.
Kreston, ahora llamado Chimuelo por todos, aceptó su destino y aunque al principio fue un apodo que nació gracias a la inocencia y cariño de su amiga; en un futuro recordaría ese momento como algo especial.
El momento en el que los sentimientos amorosos sembraron su semilla y fueron creciendo con el tiempo.
Aquel apodo fue el inicio de muchos momentos mágicos entre ambos.
Y como quería matar a los dragones que se burlaron de él en el pasado; pero ahora, lleva el apodo que le dió su mejor amiga y amada con orgullo.
Ya se los demostraría.
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I'm flyin' with the Dragons
FanfictionHicca era solo una bebé cuando su vida dió un gran giro sin esperarlo. Desde que tiene memoria siempre ha estado rodeada de ellos, dragones de todos los tipos, tamaños y colores. Creciendo a su lado, enseñándole la lengua de los dragones como su med...