XIII

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Todos los barcos se adentraron al muro de niebla, la visibilidad era muy escasa y no notaban muy bien que había alrededor. Aún así se adentraron con un solo objetivo: destruir el nido de dragones.

-Canten sus posiciones. Permanezcan al alcance de mis oídos.- ordenó Estoico caminando por el barco.

-¡Aquí!- escuchó gritar a uno.

-Estamos a medida de tu popa.- escuchó a otro.

Bocón decidió aprovechar ese momento para acercarse a su amigo.

-Oye, Estoico. Escuché hablar a algunos hombres y hay quienes se preguntan a qué nos enfrentamos.- dijo con un poco de nervios en su voz.- Yo no por supuesto. Sé que siempre tienes un plan. Pero algunos, yo no, se preguntan siquiera si hay un plan.- colocó su mano buena en su mazo.- ... Y de qué se trata.

-Hallar el Nido y destruirlo.- fue su única respuesta.

-Desde luego. Una buena invasión.- Bocón comentó sarcásticamente.- Un tradicional plan vikingo. Simple y efectivo.

Chimuelo estaba decaído hasta que escuchó una voz susurrar cerca de él. Se movió de forma inconsciente tratando de buscar el orígen de ésta.

Estoico se giró en ese momento al escuchar al dragón gruñir. Le pidió a Bocón que guardara silencio al notar como Chimuelo se movía de forma extraña moviendo sus orejas por todos lados y sus ojos eran apenas una línea fina. El jefe se acercó ahora al timón.

-Muévete.- quitó a un vikingo de su camino.- A un lado.- pidió tomando el timón y veía al dragón.

Chimuelo alzó su cabeza y miraba hacia la derecha. Estoico giró el barco siguiendo los movimientos del Furia Nocturna y luego a la izquierda siendo seguido por los demás.

-A babor.- murmuró un vikingo a los demás barcos.

...

Hicca estaba entrando a la arena asegurando su cabello en una trenza. Miró las enormes puertas y avanzó hacia una intentando levantar la palanca cuando una voz detrás suyo la sorprendió.

-Si planeas ser devorada optaría por el Gronckle.- dijo Patapez entrando de mala gana colocando sus manos en su cintura.

Hicca solo lo vió confundida un buen rato para después apoyarse en la palanca sin activarla. Brutacio se acercó a ella empujando a su hermana y quedando frente a la castaña dándole un gran susto.

-Fuiste lista al pedir ayuda del arma más letal del mundo.- dijo tomando sus mejillas y la soltaba.- Ese soy yo.

Patán lo empujó molesto.

-Ah... Yo...- trató de decir Hicca, pero la presencia de los chicos frente suya siempre la asustaba y no estaba acostumbrada todavía a no estar rodeada de dragones.

-Me encanta éste plan.- ahora fue Brutilda quien lo retiró de un golpe.

-Yo no...

-Estás loca y eres una salvaje.- miró a su alrededor y le mandó una mirada seductora.- Eso me gusta.- estaba por besarla de no ser por Astrid quien la jaló de su casco para alejar a la chica que estaba muy asustada.

-Bueno, ¿cuál es el plan?- preguntó la rubia e Hicca volteó a ver a todos con una sonrisa traviesa apoyándose en la palanca y haciendo que las puertas se abrieran.

-Espera, ¿harás que nos devoren?- preguntó Patapez asustado alertando a todos menos a Astrid.

-Do.- la primera puerta se abrió revelando al Grunckle, que Hicca conoció como Sasha.- Edsenar... domtar... gradones...- trató de explicar acariciando al dragón quien ahora se encontraba feliz.- Es una pequeña venganza por lo que me hicieron pasar desde que llegué aquí.- explicó mientras las demás puertas se abrían por completo dando paso a la Nadder: Engla, y el Cremallerus: Wilbur y Theon.

I'm flyin' with the DragonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora