Hasta Que La Vida Nos Separe

CAPITULO 23

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CAPITULO 23

ROSAS, SÍMBOLO DEL AMOR
─═❦𝑺𝒆𝒓𝒆𝒏𝒂❦═─

Observé lo que tenía entré mis manos. Necesitaba un boceto, el tema principal para Nueva York era representar lo que el artista sentía en su interior.
Cuando leí aquel párrafo, sabía que sería pan comido para mí.
No era la primera vez que pintaba lo que sentía, de echo, la pintura que llevé a México hace un par de meses representaba lo que yo sentía pero ahora me encontraba vacía.

Garabatee el cuadernillo tratando de al menos poner las ideas claras pero en estos momentos no estaba funcionando.
¿Qué era lo que realmente sentía?
Podía hacer una representación del amor porque en estos momentos estaba enamorada pero creo que aquello no serviría de mucho.
¿Y si hacía una representación del cáncer? ¿De la vida o de la muerte? Eso podría funcionar pero me prometí a mi misma en no pensar en aquello. Debía vivir lo que me quedaba de meses de vida en ser feliz y olvidarme de todo aquello.

Dándome por vencida, alejé el cuadernillo y me derrumbé sobre el piso extendiendo mis brazos.
La música sonaba por el taller, el olor de pintura envolvió el lugar pero nada de eso me ayudaba en nada. Cerré los ojos. ¿Qué siento? ¿Qué hay dentro de mí? ¿Amor, dolor, Anhelar la libertad? ¿Vivir?
Todo esto se siente tan asfixiante, es… Es como vivir debajo del agua, el querer respirar y no poder.

Con otro largo suspiro me incorporé tomando el cuadernillo y empezando con la ligera idea, lo primordial es tener la idea plasmada y después lo tendré más claro.

El atardecer había dado inicio a los rayos de sol que se filtraban por la ventana así que empaqué mis cosas y me fui a la cafetería de mamá.
Al llegar ella me miró y desvió la mirada, nuestra relación no ha mejorado nada. Ella se molestaba cuando yo salía con Darien o cuando no llegaba a casa a dormir, ahora mamá estaba en contra de divertirme o vivir un poco más, quería que estuviera todo el tiempo en casa guardando reposo pero para ser sincera me aburría demasiado estar en casa o no poder hacer nada.

Cuando visualicé a mi padre, sonreí y me acerqué a él dándole un leve beso en la mejilla.

—¿Qué tal el trabajo? —pregunté tomando asiento a su lado.

—Bien, un poco estresante por acercarse el fin de semestre —se encogió de hombros mirando mis manos—. ¿Y que tal tú trabajo? ¿Algún avance?

Suspiré negando.

—Hoy mi mente estaba de vacaciones, nada de lo que pensaba me ayudaba. ¿Alguna idea?

—Umm bueno, es tu trabajo no el mío pero si quieres una humilde opinión debes sentir lo que quieres expresar. Eres muy buena artista, me sorprende que estés un poco apagada.

—Esta así porque al parecer el arte ya no le está interesando —apareció mamá dejándome un tipo de té con olor fuerte. Hice una mueca—. Desde que sales demasiado con Darien, ahora el arte ya no te importa.

Puse los ojos en blanco retirando el té de mi vista.
Papá a mi lado suspiró con pesadez.

—Darien es un buen muchacho —apoyó papá—. Yo no le veo nada de malo