CAPITULO 22

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CAPITULO 22
¿ASÍ ES EL AMOR?
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Con un gruñido abrí la puerta invitando a Serena a pasar seguido de aquella pareja.
Al menos el departamento estaba limpio y en orden así que no debía preocuparme por quedar mal con Serena que…
Esta última me fue difícil no mirarla de pies a cabeza.

Desde que ella me besó, algo cambió.
La deseaba, si eso sin duda.
La amaba con locura pero también había algo más. Me atraía demasiado, ya había probado de sus labios y deseaba probar más de ella en cualquier parte de su cuerpo como por ejemplo: la cintura desnuda.

Y creo que la miré demasiado ya que se giró y frunció el ceño. Tuve que tomar mis pensamientos y hacerlos aún lado.
Cerré la puerta dejando a los invitados en la sala mientras yo iba a la cocina y pedía un par de pizzas para pasar la noche. Por fortuna tenía refrescos y cervezas en la nevera así que no debía preocuparme.

—No has decorado nada —escuché su voz detrás de mí—. Creí que al menos le pondrías algo a tu estilo.

—Me gusta como está —me encogí de hombros girándome a verla—.  ¿Qué cambios les harías tú?

Frunció sus labios mirando a su alrededor.

—Le pondría algo de color, talvez un par de plantas para tener vivo el lugar y uno que otro cuadro.

Sonreí cruzándome de brazos.

—Si, bueno, no estaría mal.

Ella me miró e imitó mi posición.

—Es la hora de la verdad Chiba. ¿Qué sucederá con nosotros?

Fruncí el ceño.

—¿A qué te refieres?

Suspiró dejando caer sus brazos sobre sus costados.

—Esta en claro que lo nuestro ya no es amistad después de esos fabulosos besos pero ¿Qué sucederá? ¿Seremos amigos, amantes? Me has dicho que me quieres y que estás enamorado de mi, bueno pues acepto y te respondo con lo mismo pero no lo sé.

—¿Quieres una relación? —alcé una ceja—. Por qué yo si la quiero. Seguiremos siendo amigos, amo tu amistad así que eso no lo cambiaremos. Ahora, tu me quieres, yo te quiero, ¿Qué puede pasar? Quieres que te diga: ¿Quieres ser mi novia? Y así formalizar nuestra relación o quieres que vaya y pida permiso a tus padres.

Serena parpadeó con delicadeza para desviar la mirada.

—Bueno yo, no lo sé.

—¿Quieres estar conmigo Sere? ¿Quieres que te bese cada vez que pueda? ¿Quieres que siempre esté contigo para abrazarte? ¿Me quieres a mí?

Con cada palabra me fui acercando a ella ganándome su atención. Bajé la cabeza tomando su mentón con delicadeza y pasando mi pulgar sobre su labio inferior, un pequeño jadeo salió de sus preciosos labios.

—S…si —respondió agitada como si le hubiera robado el aliento.

Ante su respuesta sonreí satisfecho.

Hasta Que La Vida Nos SepareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora