Hasta Que La Vida Nos Separe

CAPITULO 25

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CAPITULO 25
LA PAREJA IDEAL
─═❦𝑺𝒆𝒓𝒆𝒏𝒂❦═─

Oh por dios.
Nunca creí que eso de tener sexo oral fuera tan malditamente fabuloso. Fue como sumergirme en una ola de placer. Me hubiese gustado experimentarlo antes pero también debo agradecer lo que la boca de Darien hizo.
Joder, ahora no podré quitarme de la mente lo que esa boca hizo ahí.

Me sentía demasiada extasiada, sentía mis pobres piernas temblar y aún que intentaba recuperar el aire me era imposible.

««Lo necesito, necesito más de él»»

Le dí toda la razón a aquella voz.

—¿Te encuentras bien?

Su voz. Oh Diablos. Acababa de terminarme con un perfecto orgasmo y ahora su voz reflejaba lo que él también necesitaba. Sin querer bajé la mirada hacia aquella erección que me saludaba y a la vez me pedía a gritos ser atendida. Estaba completamente efecto, con líquido preseminal sobre la punta. De solo verla me causó un calor fuerte por todo mi cuerpo.

—Más que bien —logré formular con la respiración cortada—. Eso fue…fue… Ni siquiera puedo ponerle nombre.

Darien se rió apoyando sus manos sobre cada lado de mis muslos. Aún tenía parte de mis fluidos por su barbilla y labios. Para cualquiera podría ser algo vergonzoso o asqueroso pero para mí me dejaba en claro que no era la única que lo había disfrutado.

—Me halaga saber que no tienes palabras para describir lo que acabo de hacerte.

—Tampoco te sientas tan importante, Chiba.

—¿Ah no? —con una sonrisa malisiosa, pasó sus dedos sobre mis muslos, luego más arriba hasta sentir como empezó hacer círculos sobre mis pezones ocasionando a que estos se despertaran—. Me siento tan orgulloso por ser el causante de que tú cuerpo se estremezca de placer.

Imposible de gemir me moví un poco más tratando de tener más de su contacto, de que por una vez más él me siga tocando.
En un solo segundo, Darien empezó a dejar un rastro de besos húmedos por mi hombro, luego subió a mi clavícula, cuello, mejillas y por fin, en mis labios. Sus manos se detuvieron en mis senos en los cuales empezó amasar con cuidado jugueteando con mis pezones, soltaba leves gemidos y por mero instinto enjaulé a Darien con mis piernas, él tuvo que acercarse más a mí sintiendo esta vez su erección haciendo contacto con una de mis piernas.
Erecto, duro, perfecto.

—Uhm, Darien por favor —supliqué ansiosa y excitada—. Te necesito.

—No tanto como yo…

Dicho eso me volvió a tomar entre sus brazos, le rodeé la cintura apretándome contra él, su gemido resonó entre la casa que, casualmente estaba silenciosa. Busqué sus labios mientras Darien me llevaba hacia su habitación, un camino del cual era eterno. Besé todo su rostro e incluso lamí su cuello, en ese preciso momento sintiendo una leve palmada en el culo. Me estremecí de placer. No fue fuerte pero el cosquilleo en aquel lugar me hizo sentirme más excitada de lo que ya estaba.