CAPITULO 42

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CAPITULO 42
MANTENTE A MI LADO
─═❦𝑫𝑨𝑹𝑰𝑬𝑵❦═─


El mundo se detuvo. Mi mundo se detuvo. Todas las maravillas que había ejercido en ese mundo, se acaban de hacer trizas.
Traté de mantener la calma pero no podía mantener algo que no tenía.
La tomé en mis brazos suplicando a qué no me dejara en este momento, aún no podía dejarla ir, la necesitaba.
Sus ojos estaban opacos, sin vida, las pupilas estaban dilatadas.
Negué repetidas veces.
No, aún no es el momento.
No, aún no estoy listo.
No, aún la necesito a mi lado.

Por fortuna Kenji había llamado a una ambulancia y en unos diez minutos, que se hicieron eternos para mí, al fin habían llegado.
Me negaba a soltarla, Kenji me hizo razonar así que con todo el dolor de mi corazón y alma la solté para que los paramédicos pudieran hacer algo.

Ikuko se quedó con los niños tratando de tranquilizar el llanto de Darren y el miedo de Selene. Ella se quedó en casa mientras yo subí a la ambulancia sosteniendo la mano gélida de Serena. Los paramédicos le dieron oxigeno, les tuve que decir sobre el Linfoma y Leucemia y todos los síntomas que Serena presentaba. Ambos se miraron con preocupación pero no mencionaron nada.
Al llegar al hospital, quien se encargó de todo fue Jackson pues él ya sabía todo el historial de Serena. No tuve más remedio que esperar en la sala y suplicar para que Serena estuviera bien pero me preocupaba demasiado.

Tenía los ojos fríos, sin vida. No me respondía cuando traté de hablar con ella, no hizo ningún movimiento.
Me aterró demasiado verla tirada en el suelo. El miedo me inundó.
Oh mierda, mierda, mierda.
¿Y si era el momento? Aún no estaba preparado, no quería hacerme la maldita idea de su muerte.
Lloré en este lugar sin importarme las miradas curiosas de las personas, Kenji llegó a mí y media hora después también estaban aquí Zafiro y Hotaru, Samuel tardaría unas horas en llegar.

Las horas se hicieron eternas, con cada segundo o minuto que pasaba aquí sin tener una respuesta para saber cómo estaba mi esposa, eran jodidamente eternas. Sentía la desesperación en cada parte de mi cuerpo, el pecho me dolía de solo imaginarme cosas peores.
Alrededor de las diez de la noche, Hotaru hizo un cambio con Ikuko. Ahora era Hotaru quien se quedaría con los niños para que Ikuko estuviera aquí. Ella hizo sus infinitas preguntas pero nadie le podía responder con claridad.
Fue hasta las 12 de la noche cuando Jackson salió, todos nos pusimos en pie ansiosos por saber algo de Serena.

—¿Cómo está ella? —hicimos la misma pregunta pero en diferentes tiempos.

Jackson suspiró.

—Verán, es difícil decirles todo esto pero Serena ya está en la etapa final. Quiere decir que el cáncer se ha propagado por un órgano, o más, fuera del sistema linfático. —pasó su mano por el Cabello—. Le hicimos unos estudios, está atacando el hígado y a iniciado con el pulmón derecho además en desestabilizar a la médula ósea sea, aún más de lo que ya estaba. Por el momento Serena ha tenido una recaída demasiado fuerte, su cuerpo no reaccionó como se debía, por el momento todo su cuerpo se encuentra débil tras el ataque además de la fragilidad. La quimioterapia no ha tenido el efecto que deseamos, trataremos de encontrar algún ensayo clínico que nos pueda ayudar para que ella acepte algún tratamiento pero por el momento la pondremos en un coma inducido para que su cuerpo recobre la energía que se requiera. ¿De acuerdo? 

Cada palabra fue un golpe directo en mi corazón.
Estaba en etapa final…
Se a propagado al hígado y pulmón…
Su cuerpo no reaccionó como debía…
Coma inducido…
Dolía como un infierno.
Desaté las lágrimas y me dejé caer en un asiento, ocultando mi rostro con mis manos. De lejos escuchaba a Kenji e Ikuko hablar con Jackson sobre el coma inducido, yo debía estar al tanto, soy su esposo pero en estos momentos no me encontraba totalmente cuerdo para pensar y decidir. Sentí una mano apoyarse sobre mi hombro.

Hasta Que La Vida Nos SepareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora