CAPITULO 11

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CAPITULO 11
HERMOSA SENSACIÓN
─═❦𝑺𝒆𝒓𝒆𝒏𝒂❦═

—¿Ya llevas lo necesario?

Asentí.
Quiero creer que tengo lo necesario, ropa suficiente para mis dos semanas fuera del país.

—Solo falta cerrar esta maleta.

Hotaru miró a mi alrededor.

—¿Estás segura?

—Ujum, un poco —me encogí de hombros mirando a mi alrededor.

Ya tenía todo, ropa, artículos de belleza, mis artículos electrónicos, documentos, dinero entre otras cosas. Creo suponer que no me faltaba nada.

—Te extrañaré —dijo—. Serán dos semanas sin ti.

—Bueno no es demasiado tiempo, ¿Recuerdas que te fuiste de luna de miel por dos semanas? —alcé una ceja—. Irme a México será como un buen suspiro para mí.

Y en definitiva lo eran. Habían Sido una semana bastante pesada para mí, desde el papeleo para mí presentación en México, desde mi primer tratamiento con medicamentos para la Leucemia y… Las palabras de mierda que Darien Chiba lanzó hacia mí.

Uy, de solo recordar ese día me causaba tanta furia, coraje y tristeza.
¿Ya había dicho que Odiaba a Darien? Bueno, pues lo sigo odiando y creo que loodiaré hasta el día de mi muerte, el cuál no creo que esté tan lejos.
La forma en como se expresó de mí, comparando su vida con la mía. Yo sabía lo que le había ocurrido y tal vez no compartía los mismos sentimientos que él tuvo durante su tiempo en el orfanato.

Había muchas diferencias entre nosotros.
Yo tenía padres, Darien no los tenía.
Yo viví mi infancia como un niño normal, Darien vivió su infancia esperanzado en ser adoptado.
Yo me estaba muriendo, Darien aún tenía una larga vida por delante.

Ese día me destrozó y a la vez quise entenderlo, comprender su dolor.
Pasó la mayoría de su vida sólo con la esperanza de encontrar una familia.
No había vuelto a verlo ni hablar con él.

Parpadeé cuando una bola de chocolate decidió tomar asiento en mi maleta abierta.

—Al parecer no has empacado lo necesario—puntualizó Taru con una sonrisa.

—Lo siento Galleta no puedo llevarte.

Me coloqué en cuclillas acariciando a el amor de mi vida quien respondió agitando su cola.

—Aun que me encantaría tenerte a mi lado —continué— así conocerías un nuevo lugar. Buen chico.

—No te preocupes, yo me haré cargo de pasearlo todo los días.

Al parecer Galleta logró entender la frase de Hotaru, ya que se puso en cuatro patas yendo con ella.

Continué empacando y al final dejé mis maletas en un rincón. Mañana tomaba mi vuelo hacia México y de ahí hacia Guadalajara.
Hotaru sugirió invitarme a cenar, una pequeña despedida.

—¿Zafiro vendrá? —pregunté.

—Si, él nos verá en el restaurante.

Hasta Que La Vida Nos SepareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora