CAPITULO 41

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CAPITULO 41
EL INICIO DEL FINAL
─═❦𝑺𝒆𝒓𝒆𝒏𝒂❦═─

Me miré en el espejo pero cerré mis ojos al verme de esta manera. Mi cabello ya no estaba. Con dolor tomé la decisión de rapar mi cabellera. Es como regresar a tres años atrás donde me sentía totalmente fuera de lugar, cada vez que me miraba al espejo me sentía fea.
Hoy era distinto, tenía un esposo que a pesar de ya no tener mi cabellera rubia, aun así Darien me miraba con amor.

Jamás olvidaré la expresión de dolor en su rostro cuando me encontró tirada en el baño hace tres semanas. Me dolió con todo el alma ver a mi familia dándome ánimos cuando muy bien sabían qué de nada servía decirme esas palabras.
Mamá no me dejó sola ni un solo día, siempre me visitaba dejando aun lado su tienda, Hotaru pasaba las tardes en casa con el pretexto en que Serenity y Darren jueguen juntos a pesar de tan solo ser unos bebés.
Y Darien siempre estaba a mi lado apoyándome, cuidándome.
Por las noches ambos llorábamos por toda la mierda qué estábamos pasando. Era doloroso de pensar, los días pasaban, el tiempo empezaba hacerse más corto, y me dolía tener que hacerme la jodida idea.

Con todo el dolor emocional, tomé la pañoleta y la coloqué en mi cabeza para así no pasar desapercibida.
Solté un último suspiro para salir de aquí y adentrarme a lo que me espera.
Darien alzó su mirada al oírme salir, sonrió con felicidad caminando hacia mí y dejar un beso sobre mi frente.

-Darren a dado sus primeros pasos ¿¡Puedes creerlo!? -se rió con felicidad-. Selene fue testigo de ellos. ¿Quieres verlo?

Asentí. Tomó mi mano y juntos bajamos hacia la sala donde se encontraba Selene tratando de seguir a Darren, el pequeñín era un maestro para gatear, siempre tenemos que ponerle un ojo encima para que no se escape.
Selene me miró y sonrió para abrazarme.
Tuve que explicarle lo que me sucedía. Otra cosa que me dolió fue ver el miedo en su rostro, Darien trató de tranquilizarla aquel día mientras yo era un mar de ataques y llanto. Recuerdo que mis padres tuvieron que llamar a Jackson para saber lo que realmente me sucedía y así darme un sedante. Al día siguiente le expliqué todo a Selene, me dolía tener que decirlo todo a ella, solo era una niña de cinco años que apenas entendía lo que sucedía a su alrededor pero aún así Selene me abrazó y me dijo lo mucho que me quería.

-Ya no ha vuelto a caminar -comentó-. Pero se mantiene en pie por leves segundos.

Contemplé a mi pequeño hombrecito, acababa de cumplir sus nueve meses y para mi ya era un niño grande. Es como si el tiempo estuviera pasando demasiado rápido y no me da el tiempo en disfrutar lo que debería.
Darren estaba en pie apoyándose sobre el borde del sofá pero cuando me vió, sonrió y de la nada empezó a caminar hacia mí con pasos lentos pero aún así ¡ESTABA CAMINANDO!

Me coloqué de rodillas extendiendo mis brazos y así tomar a mi pequeño bebé. Las lágrimas no se hicieron esperar, eran lágrimas de dolor y felicidad.

-Ya puedes caminar ¿Cómo es eso posible, mi amor? -le besé su mejilla regordeta.

-Intentaremos que lo haga seguido -replicó Selene-. Así caminará aún más rápido.

Le sonreí a mi pequeña hija.
Darien estaba detrás de ella contemplando la escena con una enorme sonrisa. Me gustaba cuando sonreía porque me dejaba en claro la felicidad que él tenía pero a veces podía ver cómo aquella felicidad se esfumaba. Le había hecho daño, era lo que menos quería en estos meses.
Había hecho lo posible para mantener a Darien feliz y evitar que esto pasara pero a pesar de que Darien intente sonreír y ser feliz, yo sé que dentro de él siente el mismo miedo y dolor que yo siento.

Me puse en pie con Darren entre mis brazos, pasamos al menos unos diez minutos jugando en la sala hasta que mi madre llegó.
Saludó a todos y se detuvo en mí dándome esa mirada que tanto odio.

Hasta Que La Vida Nos SepareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora