CAPITULO 44

290 55 7
                                    

•───────⊰·•·⊱───────•
♪SE RECOMIENDA ESCUCHAR:
Train Wreck / James Arthur
•───────⊰·•·⊱───────•
⚠️ÚLTIMOS CAPÍTULOS⚠️
CAPITULO 44
LLÉVAME CONTIGO
─═❦𝑫𝑨𝑹𝑰𝑬𝑵❦═─


—Bien, vas bien, no te apresures, hazlo con calma.

Observé a Serena desde el otro extremo de la habitación. Como su cuerpo había estado en coma y las últimas dos semanas estaba en cama, Serena ha decidido empezar con un tratamiento para empezar a recuperar la fuerza de sus extremidades. Han Sido tres días que ha Sido como una montaña rusa, logra llegar a la cima pero en cuestiones de segundos cae a un precipicio profundo.

—Bien, bien vas bien. Con cuidado —Gasper quien era el fisioterapeuta de Serena, daba indicaciones y cuidados sobre Serena—. Lo estás haciendo bien, solo da pasos cortos, no te apresures.

Me mantuve quieto observando cada movimiento de Serena, desde el temblor en sus manos y brazos a apoyarse contra la varilla o en sus piernas quienes flanqueaban con cada paso. Mis alarmas se encendieron y me encontré dando pasos hacia su dirección cuando ella se detuvo y la vi dudar.

—Tranquila ¿Vale? No te desesperes —Gasper la ayudó—. Creo que es todo por hoy.

—No —respondió mi esposa—. Necesito recuperar la fuerza, no quiero darme por vencida.

—No te darás por vencida Muñeca pero no puedes ejercer más fuerza de lo que tú cuerpo te está dando. No puedo apresurar todo el tratamiento, todo a su debido tiempo.

—Tiempo —Serena se rió—. Todos creen que tengo todo el tiempo del mundo ¿No?

Me acerqué más a ella sabiendo el rumbo de esta conversación.

—No quise decir eso —Gasper se veía arrepentido—. Solo que no puedo ni puedes apresurar algo que te cuesta trabajo.

—Créeme, no me cuesta trabajo. Solo quiero poder caminar bien y sostener cosas. Estoy cansada de ser una mujer inútil que no puede sostener a su hijo de once meses porque mis malditos brazos empiezan a debilitarse —Señaló—. Quiero salir de este maldito hospital porque no pienso morir aquí.

—Nena.

La sostuve de la cintura al verla debilitarse, por fortuna logré sostenerla justo antes en que sus piernas se debilitaran por completo y cayera al suelo. Todos a mi alrededor se apresuraron a venir y ayudar pero los detuve. Serena se había escondido sobre mi pecho, estaba llorando, sus sollozos se escuchaban con claridad.
Gasper me miró con arrepentimiento y dolor, sabía que no era su intención en decir esas palabras, lo único que estaba haciendo era su trabajo pero Serena realmente ya no estaba de humor durante estos días.
Ya no hablaba con frecuencia, solía mirar hacia la ventana durante horas, ya no sonreía ni reía, solo se mostraba feliz cuando los niños la visitaban. Eran los únicos momentos en los que Serena era realmente ella pero en cuanto se iban los niños volvía a tener esa expresión de dolor y tristeza.
Me dolía verla de esa manera, de verdad estaba tratando de hacerla feliz durante estos días pero nada funcionaba. Se enojó conmigo cuando le llevé unas acuarelas y un lienzo, al menos llevarle algo que mantuviera su mente en relajación serviría de algo. Error. No sirvió de nada.

—¿Cómo puedes traerme algo como eso? Soy una maldita inútil, ni siquiera puedo sostener nada durante un maldito minuto —protestó observando con odio el lienzo que Samuel sostenía.

—Hermana…

—Fuera —señaló—. No quiero ver eso, ni quiero escuchar nada. Solo quiero estar sola.

Hasta Que La Vida Nos SepareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora