Cherry Bunny (YiZhan)

8.

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Xiao Zhan no cabía de la emoción, llegó a su casa feliz como un niño, besó a su mamá, a su papá y se fue alegremente a su habitación. Se sentía un colegial enamorado.
Suspiró feliz mirando el techo de su habitación después de dejarse caer sobre su cama.

¡Lo sabía, él lo sabía! Sabía que esa punzada en su pecho había sido al encontrarse con su alma gemela, probablemente Yibo también lo había sentido pero por el susto, se había alejado.

De pronto entre tantas fantasías con el castaño, recordó que tenía aun un par de citas prometidas los siguiente días, tres en total. ¡Maldición! Él ya solo quería concentrarse en el chico de Luoyang, pero él era un hombre de palabra. Tendría sus citas y luego hablaría con cada uno de sus pretendientes para poder estar libremente para poder entablar una relación con Yibo, porque ahora que sabía que era su alma gemela, no podría ser solo su amigo. Lo sentía aun más por Ayanga ahora que finalmente el otro mostraba genuino interes por él más allá de la amistad.

Para la noche se sentía travieso, así después de tomar un largo baño de agua tibia, se acostó desnudo en su pequeña cama y comenzó a acariciar su pecho.
Cerró sus ojos y rozó sus pezones con sus dedos, los frotó circularmente hasta ponerlos duritos.
Con su mano libre se acarició el vientre descendiendo lentamente con la yema de sus dedos hasta llegar a sus vellos y luego a su ya erecto falo.

Tomó la base mientras continuaba acariciando sus pezones, intercalando el derecho y el izquierdo cada tanto. Apretó la base lo que le hizo suspirar profundamente, repitió la acción, acto seguido, movió su mano hasta la punta y tocó la mojada ranura, una gota se filtró de ahí.

- Aah chico de Luoyang... - Mordió su labio inferior gimiendo mientras deslizaba su mano arriba y abajo.

Estaba imaginando que el chico de Luoyang lo veía masturbarse desde la ventana mientras él fingía no darse cuenta. Pellizcó por última vez sus pezones antes de tomar sus testículos con su mano y acariciarlos también mientas frotaba su falo.

- Aah Yibo... soy un chico travieso, castígame...

Otro poco de líquido se filtró de su glande y lo recogió con dos dedos, luego los llevó a su boca y chupó saboreando su propio sabor. Sacó sus dedos y volvió a tomar su falo para continuaría frotándolo.

- Mmm Yibo... soy un chico sucio. - Gimió acelerando sus movimientos.

Apretó su pene cuando casi se corrió al imaginar a Yibo poniéndolo bruscamente sobre una mesa en medio de la cafetería, frente a todos, incluidos sus pretendientes. Siempre había tenido muy buena  imaginación, por eso desde pequeño era muy popular y sociable, todos los niños querían jugar con él.

Así que siguiendo con su fantasía, se imaginó a Yibo presionádolo boca abajo mientras le bajaba bruscamente el pantalón. Todos los presentes estarían escandalizados pero ninguno haría nada, Yibo le diría:

- "Eres un chico sucio y muy travieso, Cherry Bunny..."

- Ah si... lo soy... - Dijo gimiendo, luego levantó un poco la cadera y comenzó a rozar su entrada. - Yibo...

Al ser un experto en jugar solito en su cama, sabía que debía usar lubricante que por fortuna la tenía a la mano en su cajoncito de a un lado. Se estiró para alcanzarlo, luego lo abrió y tomó la botellita amarilla para derramar un poco en sus dedos. Masajeó su estrecha cavidad por un rato y luego introdujo sus dedos uno por uno hasta meter tres al mismo tiempo y frotar con sus puntas su sensible próstata.