😈Para que vayan a dormir calientitos🥵
Alex apretó los dientes al deslizar su excitado miembro por los húmedos labios del sexo de Piper. La abrazó contra su torso y se esforzó por mantener la calma mientras el resto de su cuerpo estaba pendiente del enorme placer que sentía al estar dentro de ella y de los gemidos de placer que salían de sus labios.
Alex ardía de pies a cabeza, se sentía caliente incluso el cabello; en cuanto una capa de sudor se le secaba sobre la piel, volvía a estar empapada.
—Oh, Pipes —suspiró, apartándole una pierna hacia un lado para poder penetrarla más—. Estar dentro de ti es como estar en el paraíso.
Ella se movió debajo de su cuerpo y giró las caderas de un modo que ella apenas pudo soportar.
—Al...
Oírla gemir así hizo que Alex se estremeciese con todas sus fuerzas.
—Maldita sea, deja de moverte así o terminaré por perder el poco control que me queda.
—¿A esto lo llamas control? —Suspiró y levantó las caderas, pidiéndole más—.
¿Qué diablos haces cuando lo pierdes por completo?
Alex le soltó las manos y la abrazó contra su cuerpo. La lujuria la había cegado varias veces en la vida y en muchas ocasiones había dado rienda suelta a sus impulsos. Pero su necesidad de ceder nunca había sido tan acuciante como en ese momento. La escandalosa belleza de ella, su descarada sensualidad, sus maravillosas curvas... Pipes estaba hecha para que fuese tan primitiva como ella podía llegar a serlo. Cuatro años atrás, Piper era demasiado para ella, a pesar de que, en su arrogancia, Alex jamás lo habría reconocido. Pero ahora le preocupaba ser demasiado para ella. Y no podía correr el riesgo de asustarla y ahuyentarla de su cama. Deslizó las manos debajo del cuerpo de Pipes y les dio la vuelta a ambas para que ella quedase encima.
—¿Qu... qué? —preguntó Piper, sorprendida.
Su melena suelta le caía a ella por la cara y los hombros, rodeándola con su perfume. Su miembro se excitó hasta límites insospechados.
—Lleva tú las riendas —dijo entre dientes y apartó las manos de ella como si la hubiese quemado.
Tenía su cuerpo encima y era más de lo que podía soportar. Lo que de verdad quería hacer Alex en ese momento era tumbarla en el suelo y poseerla como un animal hasta quedar exhausta. Y luego volver a empezar. Pero Pipes era su esposa y se merecía algo mejor. Y, dado que no podía confiar en sí misma, lo mejor sería que confiase en ella.
Piper dudó un segundo y Alex tuvo miedo de que fuese a cambiar de opinión y de que volviese a rechazarla. En vez de eso, colocó las manos en el suelo y levantó el torso. Después, bajó despacio para que su miembro se deslizase mejor hacia su interior, hasta que los labios de su sexo le besaron el extremo del pene.
Cerró los puños al oírla gemir de placer. El ángulo en que había quedado dentro del sexo de Piper era delicioso.
—Dios, Al. Eres tan...
Ella cerró los ojos y los apretó con todas sus fuerzas, respirando entre los dientes al oír su inacabado cumplido. Sabía lo que había querido decir. No había palabras para describir lo que ambas estaban sintiendo.
Quizá se debiera al hecho de que ella la había excitado y rechazado muchas veces, como no lo había hecho antes ninguna otra mujer. Quizá porque era su esposa y ese detalle añadía un grado de propiedad que aumentaba la intensidad del momento. Fuera lo que fuese, el sexo nunca había sido tan intenso para Alex y eso que sólo estaban empezando.
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🔸🔸𝙈𝙔 𝘿𝙀𝘼𝙍 𝙒𝙄𝙁𝙀🔸🔸
Fanfiction"Lady Piper Chapman y Alex Vause, marquesa de Grayson, son la pareja más escandalosa de todo Londres. Tienen en común una lujuria desmedida, un gran ingenio, una provocativa reputación en entredicho y lo más importante, ninguna intención de enamorar...