Capítulo 17

460 31 6
                                    

—No sé qué decirte, Caleb —dijo Piper, entrecerrando los ojos en dirección a su hermano.

Alex se inclinó hacia ella y murmuró:

—Acompañaré a Abigail de vuelta a la mansión para que puedas hablar con Caleb en privado.

Sus ojos se encontraron un instante y ella le apretó la mano en señal de agradecimiento. Observó a Alex mientras ésta se reunía con la joven, que estaba visiblemente alterada, y se la llevaba de allí. Entonces se volvió hacia Caleb:

—¿Acaso has perdido la cabeza?

—Sí. Dios, sí.

Se lo veía triste y, al patear la raíz de un árbol, levantó una pequeña nube de polvo.

—Sé que estabas un poco alterado cuando nos fuimos de Londres, pero utilizar a esa niña para saciar tus...

—Esa «niña» tiene la misma edad que tu esposa —le señaló él, cortante, horrorizando a su hermana.

—Ohhh...

Piper se mordió el labio inferior y comenzó a caminar de un lado a otro.

Al final había terminado por olvidarse de la diferencia de edad que existía en su matrimonio. Cuando se casó con Alex, los rumores se deleitaron en señalar que ella era varios años mayor que ella, pero Piper hizo oídos sordos. Ahora, sin embargo, no podía negar que estaba acostándose con alguien más joven.

No podía pensar en aquello en esos momentos.

—No te atrevas a compararlas —dijo, levantando la cabeza—. Alex es una mujer con mucha experiencia y resulta bastante evidente que la señorita Abigail no.

—Una maniobra de distracción muy eficaz —masculló Caleb.

Piper negó con la cabeza al ver que el estado de ánimo de Caleb se ensombrecía.

—Por favor, dime que no te la has llevado a la cama.

Los hombros de su hermano se desplomaron.

—Dios santo.

Piper dejó de pasear nerviosa y se lo quedó mirando como si fuese un completo extraño. El Caleb que ella conocía jamás se fijaría en una dama tan inteligente e inocente.

—¿Desde cuándo?

—La conocí el día que me obligaste a asistir contigo a aquel maldito almuerzo — refunfuñó—. Todo esto es culpa tuya.

Ella parpadeó atónita. Semanas. No era cosa de un par de días.

—Estoy intentando entenderte. Aunque quiero que te quede claro que sigue sin parecerme bien —añadió al instante—. Lo único que deseo es comprenderte. Y no puedo.

—No me pidas a mí que te lo explique. Lo único que sé es que cuando estoy cerca de ella, mi cerebro deja de funcionar y me comporto como un animal en celo.

—¿De Abigail Stewart?

El modo en que su hermano la fulminó con la mirada fue muy revelador.

—Sí, de Abigail Stewart. Maldita sea, ¿por qué nadie puede ver lo preciosa que es? ¿Lo que vale realmente?

Piper se quedó atónita y lo observó con detenimiento; vio el rubor en sus mejillas y el brillo de sus ojos.

—¿Estás enamorado de ella?

La expresión que apareció en el rostro de él le habría hecho gracia si no hubiese estado tan preocupada.

—Me tiene loco de deseo. La admiro. Me gusta hablar con ella. ¿Es eso amor? — Negó con la cabeza, abatido—. Yo tarde o temprano me convertiré en duque de Sandforth y tengo que considerar las necesidades del título por encima de las mías.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 13, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

🔸🔸𝙈𝙔  𝘿𝙀𝘼𝙍  𝙒𝙄𝙁𝙀🔸🔸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora