—Esto no es lo que me había imaginado cuando me pediste que te acompañase —se quejó Spencer mientras colocaba una piedra en su lugar.
Alex le sonrió y dio un paso atrás para observar los progresos que habían hecho en la construcción de aquel muro. No había ido allí con intención de ponerse a trabajar en el campo, pero cuando se encontró con un grupo de campesinos dedicados a esa tarea, aprovechó la oportunidad. El trabajo duro y los músculos doloridos le habían enseñado a buscar la satisfacción dentro de sí misma y a disfrutar de las cosas sencillas, como por ejemplo el trabajo bien hecho. Y era una lección que estaba decidido a enseñarle a su hermano.
—Después de que tú y yo hayamos muerto, Spencer, este muro seguirá aquí. Tú formas parte de algo eterno. Piensa un poco en tu pasado y dime si has hecho algo para dejar tu huella en este mundo.
Su hermano se puso recto y frunció el cejo. Los dos se habían remangado las mangas de la camisa, estaban cubiertos de polvo y tenían las botas sucias. No parecían los nobles que eran.
—Por favor, no me digas que también te has vuelto filósofa. Como si no bastase con que estés todo el día pendiente de tu esposa.
—Supongo que preferirías que estuviese pendiente de la esposa de otro, ¿no? — contestó ella, sarcástica.
—Pues claro que sí. De esa manera, cuando te cansas de ella la dejas, se va hecha un mar de lágrimas y el problema es de otro hombre, no tuyo.
—Tienes demasiada fe en mí, hermanito, y más teniendo en cuenta que a mi esposa se le da muy bien convertir a los hombres en un mar de lágrimas.
—Ah, sí, eso va a ser complicado. La verdad es que no te envidio. —Se secó el sudor de la frente con el dorso de la mano y le sonrió—. En fin, cuando Pipes te haya pisoteado bajo la suela de su zapato como un bicho, yo estaré a tu lado para ayudarte. Te daré vino, te presentaré a mujeres y volverás a quedar como nueva.
Alex negó con la cabeza y se apartó de su hermano riéndose. Entonces vio a dos jóvenes peleándose en una colina cercana. Preocupada, se alejó de donde estaba.
—No tiene de qué preocuparse, mi lady —dijo una voz a su lado. Alex se dio la vuelta y vio a uno de los campesinos—. Sólo son mi hijo Billy y su amigo.
Ella volvió a mirar la escena y luego los chicos corrieron por la colina hasta llegar al llano.
—Ah, sí, me acuerdo de que yo también tenía días como éste en mi juventud.
—Creo que eso nos ha pasado a todos, milady. ¿Ve a esa muchacha que está sentada en la cerca?
Alex miró donde señalaba el campesino y el corazón se le detuvo al ver a una muchacha castaña que se reía de los dos chicos que corrían hacia ella. Su cabello casi rojiso reflejó los rayos del sol y su brillo compitió con el de su sonrisa.
Era preciosa.
Se parecía mucho a Emily.
—Los dos llevan años compitiendo por el afecto de la joven. Ella siente cariño por mi hijo, pero la verdad es que espero que al final tenga la sensatez de escoger al otro.
Alex apartó la mirada de la bella joven y arqueó ambas cejas.
—¿Por qué?
—Porque Billy sólo cree que está enamorado. A mi hijo le gusta competir con todo el mundo, ser mejor que nadie y, aunque sabe que ella no es la chica adecuada para él, no puede soportar perder su admiración. Es un acto puramente egoísta. Pero el otro chico la quiere de verdad. Siempre la ayuda en sus tareas y la acompaña al pueblo. Se preocupa por ella.
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🔸🔸𝙈𝙔 𝘿𝙀𝘼𝙍 𝙒𝙄𝙁𝙀🔸🔸
Fanfiction"Lady Piper Chapman y Alex Vause, marquesa de Grayson, son la pareja más escandalosa de todo Londres. Tienen en común una lujuria desmedida, un gran ingenio, una provocativa reputación en entredicho y lo más importante, ninguna intención de enamorar...