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Déjame latir al ritmo de tu corazón, querido primer amor—Umbra.

Déjame latir al ritmo de tu corazón, querido primer amor—Umbra

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JACEL.

Aún estoy sorprendido. Mi hermano no me dijo absolutamente nada sobre mi salida hace dos días, y sobre el hecho de que no haya regresado a dormir en casa, he estado esperando a que saque el tema, pero afortunadamente no lo hizo. Y por otro lado la mujer que me tocó como madre decidió viajar a lo de los abuelos en Francia. Intentó despedirse de mí, pero como siempre la ignoré como si fuera una desconocida, porque para ser sinceros, para mí lo es totalmente.

Es una desconocida que me hirió más que los golpes y palabras de Kaemon.

Las personas que ignoran, que se mantienen en silencio a pesar de tener la oportunidad de detener un infierno con sólo una palabra, son las que más odio. Esa mujer que por mucho tiempo llamé mamá, ella nunca quiso detener mi infierno.

—¿Vas a desayunar en el instituto? —pregunta él de ojos iguales a los míos apoyado en la puerta de mi habitación—. Tengo una clase por la mañana, puedo llevarte si quieres.

—O puedes prestarme tu motocicleta, ya que no la utilizas —digo colgando mi mochila sobre mi hombro y mirando su expresión impasible—. Y también podrías devolverme la puerta de mi habitación, digo, no es como que vaya a intentar suicidarme de nuevo.

—Eso no lo sé —dice con seriedad. Entorno los ojos, irritado—. Pero pensaré sobre lo de la motocicleta, claro, todo depende de que tan bien te vaya en los exámenes en el segundo trimestre.

—Como sea. Ah, no hace falta que me lleves, Jake pasará a buscarme —escupo de mala gana.

—Humh —Me da una última mirada antes de alejarse.

Mientras salgo de mi habitación reviso mis mensajes, Jake envío uno hace diez minutos diciendo que estaba de salida y que pasaría por mí. Él odia los lunes y yo no soy diferente, pero no hay modo de que Kaemon me deje faltar. Es un fastidio, pero sinceramente prefiero estar en la maldita institución educativa que en una casa deprimente y solitaria, después de todo mi hermano tiene clases en la universidad por la mañana y en ocasiones por la tarde. Además, tengo que ir al club, no puedo faltar porque sino me van a expulsar y no tendré donde ir a perder el tiempo para no volver a casa.

Termino de bajar las escaleras, me detengo al notar que Jake está en la puerta, Kaemon gira a verme.

—Vayan con cuidado —Tras decir eso se dirige hacia la cocina, por mi parte camino hacia mi amigo, chocamos puños y nos deslizamos fuera de casa.

—Tu hermano es intimidante —comenta el de rizos rubios—. Y ahora se que tan guapo te verás cuando crezcas más.

—Tonterías, yo soy y seré más guapo que él —digo con seguridad—. Déjame conducir.

JACEL© [La forma en la que lates] #1 LGBT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora